Griñán, junto a Chaves, durante una reunión del Gobierno andaluz. / Archivo
relevo en la junta

El futuro del PSOE andaluz, en manos de Griñán

El cuarto presidente del Gobierno autonómico tiene una extensa carrera política a sus espaldas y el objetivo de ganar los comicios de 2012

MADRID Actualizado: Guardar
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José Antonio Griñán Martínez, el hombre que el miércoles se convertirá en el cuarto presidente andaluz, es dueño de una extensa carrera política. Llega a la presidencia de la Junta con 62 años y habiendo sido ministro de Sanidad y Consumo (1992-1993), y de Trabajo y Seguridad Social (1993-1996) con Felipe González, después de ser viceconsejero de Trabajo (1982-1986) y consejero de Salud (1990-1991) de la Junta de Andalucía, donde hasta ahora ocupaba el cargo de consejero de Economía y Hacienda.

Este licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla e inspector de Trabajo y Seguridad Social llega a la presidencia de la Junta con la educación como prioridad para salir de la crisis y heredando muchos problemas. Además de agarrar el bastón de mando con la legislatura comenzada, se tiene que enfrentar a una crisis económica que deja en Andalucía una tasa de paro cercana al 18%, además de enfrentarse a los ciudadanos en la urnas en 2012, ya que ha exigido ser el próximo candidato del PSOE para los próximos comicios autonómicos.

Pepe llega para quedarse

A Griñán, su primer puesto de mando le llega cuando sus pensamientos estaban más cercanos a la retirada, tras una vida entera dedicada a la política. Hombre culto, se define como un socialdemócrata puro, sin enemigos dentro de su partido, ha sido el candidato elegido personalmente por Chaves para sucederle en el cargo tras 19 años al frente del Gobierno andaluz. Pepe, como ha pedido a la prensa que se le llame, ya que siempre le han nombrado así, está casado y es padre de tres hijos. Amante de la ópera y la hípica, según sus amigos posee una memoria prodigiosa, además de mucho carácter.

Después de 34 años de militancia socialista llega al sillón presidencial de Junta de Andalucía para quedarse, pues ha señalado que su proyecto es de “largo alcance” y no sólo para tres años de legislatura. Aunque ha llegado con la carrera electoral comenzada, confía en no perder el ritmo y en que con su proyecto el PSOE vuelva a ganar en las urnas en 2012; si no es así, pasará a la historia como el candidato con el que los socialistas perdieron la hegemonía andaluza.