ESPAÑA

Zapatero propone a Rajoy un pacto para afrontar juntos la crisis económica

El presidente de los populares recuerda que ya ha ofrecido su colaboración al Gobierno y que la respuesta ha sido el desprecio El jefe del Ejecutivo considera que caben «puntos de encuentro»

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José Luis Rodríguez Zapatero «invitará» a Mariano Rajoy a sellar un acuerdo en materia económica para hacer frente a la crisis. El presidente del Gobierno anunció ayer en Valencia que citará en los próximos días al líder de la oposición para «buscar puntos de encuentro» que permitan generar un clima de estabilidad institucional en plena debacle del sistema financiero internacional. El entendimiento entre los dos grandes partidos serviría para lanzar un mensaje de confianza a los mercados y suavizar las restricciones en la concesión de créditos que tienen atenazadas a las empresas españolas. Más está por ver su viabilidad.

La economía se ha convertido, desde que Zapatero ganó las elecciones del pasado 9 de marzo, en el campo de batalla casi exclusivo entre Gobierno y oposición. Las recetas frente a la crisis fueron el único gran desencuentro entre los dos principales dirigentes políticos del país en la reunión que ambos mantuvieron en La Moncloa el pasado 23 de julio. Sellaron la paz después de cuatro años de enfrentamiento en el ámbito de la Justicia y enterraron sus diferencias sobre política antiterrorista. Pero no ha habido ni una sesión de control en el Parlamento, en la que la que el PP no haya arremetido contra la gestión gubernamental de la situación económica.

Delantera

Hasta hace tan sólo unos meses, el Gobierno y el PSOE rechazaban la posibilidad de un gran acuerdo. No sólo porque entendían que este tipo de políticas concertadas son propias de situaciones de gravedad extrema -los pactos de La Moncloa se firmaron en 1977 con una inflación que superaba el 40%-, sino porque daban por hecho que los populares no querrían soltar una presa tan fácil, y efectiva, con la que erosionar al Ejecutivo. De ahí que abogaran por construir un discurso para asomar la cabeza por encima del magma de cifras negativas, por acentuar su perfil social y, sobre todo, por presentar a Zapatero como el defensor de los más desfavorecidos.

El jefe del Ejecutivo optó ayer por volver a tomar la delantera a Rajoy -ya lo hizo a la vuelta del verano cuando anunció su comparecencia en el Congreso para hablar sobre la crisis- al poner sobre la mesa su voluntad de pacto. Un movimiento con el que acalla el runrún de que no se deja «ayudar» lanzado por la oposición. Pero, aún así, no abandonó la ofensiva política. Es más, dio por hecho que el gran debate en los próximos meses, en España y en el mundo, se orientará a dirimir el modelo económico y social más válido: «aquel que, como dice el PP -subrayó-, se sustenta en más desregulación, más flexibilidad laboral y menos gasto público o el que defiende el PSOE, que es mantener las políticas sociales aún en tiempos de dificultad». Unas palabras que dan una pauta del ánimo con el que él mismo afronta la cita con Rajoy.

Sobre el papel, en todo caso, la distancia entre uno y otro no es tan acusada. El líder opositor lleva meses exigiendo unos Presupuestos en los que el gasto no crezca más del 2%. Durante su intervención en el congreso en el que los socialistas valencianos eligieron su nueva ejecutiva, Zapatero invitó a su rival a aclarar qué es lo que querría recortar, las pensiones, las becas o las ayudas a las familias. Brocha gorda, porque los Presupuestos contemplan también un crecimiento de sólo el 2% del gasto si se descuenta la aportación al seguro de desempleo, con la que llega al 3,3%.

Respuesta

Minutos antes, en la clausura del congreso del PP canario, Rajoy recordó que ya ha ofrecido su respaldo al Gobierno para hacer frente a la crisis. «Hemos ofrecido nuestra colaboración, nuestra ayuda, y la ha despreciado», se quejó el líder opositor, quien, de todos modos, dejó su mano tendida. No respondió a la invitación de Zapatero porque llegó después de su intervención, pero el PP da por seguro que la aceptará como ha hecho siempre que ha sido llamado a La Moncloa.

En el partido opositor, no obstante, se recibió con escepticismo la oferta ya que sus posiciones están en las antípodas de las gubernamentales. El propio Rajoy se encargó de dar fe de ello al descalificar los Presupuestos porque, además de ser «increíbles», «no sirven para paliar la crisis, sino que van a agravarla». Son cuentas, agregó, «para ganar tiempo y esperar a ver qué pasa», y eso «no es gobernar, es dar palos de ciego».

El jefe de la oposición apuntó que el gran problema que tiene Zapatero para capear la crisis es que «cada vez que habla genera más desconfianza en la economía» y de esa forma «nadie, ni dentro ni fuera, se fía». Recordó que la reciente intervención del presidente del Gobierno en Naciones Unidas fue propia de «un marciano o de alguien de otro planeta», porque sacar a relucir supuestas «envidias» del italiano Silvio Berlusconi o de francés Nicolas Sarkozi al crecimiento económico de España es «hacer el ridículo».