El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, saluda al ministro francés de Inmigración, Identidad Nacional y Desarrollo de la Solidaridad, Brice Hortefeux, durante la reunión informal de ministros de Justicia e Interior de la UE que se ha celebrado en la ciudad francesa de Cannes. /AP
francia quiere cerrar un acuerdo para octubre

Los Veintisiete aplauden en Cannes el Pacto europeo sobre Inmigración

Rubalcaba se muestra satisfecho con el contenido del texto porque recoge "una buena parte" de las aspiraciones españolas

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Los ministros de Inmigración de la Unión Europea han analizado en el Consejo informal celebrado en Cannes, al sur de Francia, el texto que la presidencia francesa de la Unión Europea ha elaborado junto con el Gobierno español y el alemán para lograr un Pacto europeo sobre Inmigración que París quiere aprobar el próximo mes de octubre. El texto pone freno a las regularizaciones masivas y pide que se hagan "caso por caso".

Además del respaldo de España y Alemania, que que han participado en la redacción del texto, la iniciativa ha estado arropada por los ministros de Grecia, Países Bajos, Bélgica, Irlanda, República Checa o Italia, que la ha calificado de "óptima". Francia consigue así el apoyo general de los Veintisiete en una cumbre informal que ha servido para que los ministros del Interior hayan abierto los debates para diseñar una política europea común que luche contra los flujos de ilegales y apueste por la integración de los regulares. El objetivo de la presidencia de turno de la UE es que texto definitivo sea aprobado en el mes de octubre.

El Ejecutivo español es uno de los que más se ha implicado en una directiva que pide a los Estados miembros que se limiten a las regularizaciones "caso por caso y no generales, en el marco de las legislaciones nacionales por motivos humanitarios y económicos". Una posición que contrasta con la política de regularización masiva que llevó a cabo y defendió el Gobierno de Zapatero en la anterior legislatura.

Ahora el nuevo texto comunitario invita a los países de la UE a poner en marcha "políticas ambiciosas para favorecer la integración armónica en sus países de acogida de los inmigrantes, con la perspectiva de que se instalen de manera duradera". Estas políticas, deben descansar en el equilibrio de los "derechos" de los inmigrantes, como el acceso a la educación, al trabajo, la seguridad y a los servicios públicos y sociales, y de sus "deberes", entre los que menciona el respeto a "las leyes del país de acogida".

El contrato de integración queda fuera

La iniciativa también contempla medidas específicas para favorecer "el aprendizaje de la lengua y el acceso al empleo, factores esenciales de la integración" y pone el acento en el respeto a las "identidades" de los Estados miembros de la UE, así como a sus "valores fundamentales", como los derechos humanos, la libertad de opinión, la tolerancia, la igualdad entre hombres y mujeres y la obligación de escolarizar a sus hijos.

Respecto a la reagrupación familiar, se pretende que los Estados tengan en cuenta sus capacidades de acogida e integración respecto a las familias, en función de los recursos de éstas, de sus posibilidades de alojamiento en el país de destino y, por ejemplo, su conocimiento de la lengua.

El Pacto refleja la necesidad de luchar contra la inmigración ilegal, básicamente garantizando el regreso de los irregulares a sus países de origen o tránsito y pide cooperación entre los Estados miembros para que los extranjeros en situación irregular abandonen el territorio.

Si finalmente se aprueba este texto en octubre, como quiere París, quedará establecido que los países deberán tener dispositivos nacionales para el regreso voluntario de los irregulares y deberán generalizar el uso de visados biométricos como muy tarde el 1 de enero de 2012. También contempla la puesta en marcha de un registro electrónico de entradas y salidas a partir de 2012.

El ministro francés de Inmigración e Identidad nacional, Brice Hortefeux, ha sido el encargado de presentar formalmente y por primera vez ante sus colegas el texto fruto del acuerdo con Madrid y Berlín y que renunciar a incluir el contrato de integración para los inmigrantes como el que ya existe en Francia.

Rubalcaba, "satisfecho" con el texto

Pese a todos los problemas iniciales, el ministro español Alfredo Pérez Rubalcaba se ha mostrado satisfecho con el contenido del Pacto europeo porque recoge "una buena parte" de las aspiraciones españolas. El titular de Interior ha destacado la importancia de que la UE tenga una política de inmigración común y que el acuerdo venga avalado por Francia, Alemania y España. Es precisamente España uno de los países más afectados por una inmigración ilegal que hoy ha vuelto a teñirse de tragedia.

A su modo de ver, es importante también que recoja el modelo de inmigración español que defiende, ha recordado, cuatro elementos fundamentales: una inmigración legal y ordenada, que esa inmigración conduzca a políticas de integración, la lucha contra la inmigración ilegal y la cooperación con los países de origen y tránsito. "No se puede hacer una política de inmigración al margen de estos países", ha insistido.

Por otro lado, ha negado que España se sienta señalada por la referencia a las regularizaciones "caso por caso" que recoge el documento francés. "Nos sentimos muy cómodos habiendo conseguido que se reconozcan elementos de nuestra política de inmigración y pensando que las regularizaciones tienen que hacerse caso a caso", ha detallado Rubalcaba.

En los mirmos términos se ha pronunciado el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Diego López Garrido, que ha señalado que hay una "coincidencia general" entre España, Francia y Alemania. Además, ha confirmado que el borrador ya no menciona el contrato de integración para los inmigrantes legales que París había incluido en su propuesta inicial y que España rechazaba, y que también se ha resuelto la discrepancia inicial en materia de regularizaciones.