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«Habría que darle y darle hasta que quede bien despachado»

La mujer que quiso «dar un susto» a su exmarido para que perdiese la custodia de su hija pertenecía a una banda acusada de dos atracos

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La historia de la mujer que intentó «dar un susto» a su exmarido jerezano -publicada en primicia por LA VOZ el pasado sábado- adquiere con el paso de las horas tintes de guión de película de cine negro. El levantamiento del secreto de sumario permitió confirmarlo ayer.

La Policía Nacional de Sevilla informó de la detención de cinco personas, cuatro hombres y una mujer, Francisca G. P, tal como avanzó este medio, a las que finalmente ha acusado de ser los presuntos autores de dos atracos a mano armada en la capital hispalense. Hasta ahí, nada demasiado extraño dentro de la actividad policial. Lo llamativo llega cuando hace referencia a que las detenciones se precipitaron cuando los agentes averiguaron que, además, los sospechosos se disponían a sustraer a una menor de la custodia del exmarido de la detenida en la localidad valenciana de Burjassot. Y es que, al parecer, la banda pretendía lesionar al padre, jerezano, con el objetivo de dejarlo impedido para su cuidado y lograr que la custodia de la menor tuviera que serle revocada.

La investigación se inició en noviembre del año pasado, después de que dos varones que ocultaban su rostro con cascos de motoristas sustrajeran la caja de una entidad bancaria de la calle Arroyo de Sevilla intimidando a los empleados con sendas pistolas. Los testigos indicaron que los autores tenían acento árabe. Posteriormente, se supo que fueron ayudados por una tercera persona que sujetaba la puerta abierta para facilitarles la huida.

Días después tuvo lugar otro atraco en un supermercado, también de Sevilla. Según los primeros indicios, dos individuos encapuchados con pasamontañas y armados con pistolas sustrajeron la recaudación, por lo que la similitud en el 'modus operandi' y las semejanzas físicas de los autores permitió a los agentes relacionar ambos asaltos.

La investigación abierta dio sus frutos en febrero, cuando se logró identificar a dos de los supuestos autores materiales de los atracos. Los agentes diseñaron entonces un dispositivo para su localización y la identificación de los restantes miembros de la banda. Averiguaron que la organización estaba compuesta por cuatro personas, en concreto dos marroquíes y dos españoles.

Seguimiento

Desde este momento, los investigados fueron sometidos a una estrecha vigilancia para conocer la infraestructura que tenían, domicilios, pisos francos y otros lugares donde pudieran almacenar las armas y los efectos sustraídos. De forma paralela, identificaron a la pareja de uno de los marroquíes, una española que, al parecer, estaba también plenamente integrada en la estructura de la organización.

Los hechos se precipitaron los últimos días de febrero, ya que los integrantes de la banda mostraban «gran agitación», con numerosos contactos entre sí y diversas salidas de la ciudad a localidades como Burjassot o Jerez. Los policías sospechaban que iban a cometer un nuevo atraco, por lo que intensificaron las vigilancias sobre el grupo. Además, establecieron contacto con las unidades especializadas en este tipo de bandas tanto en Valencia como en Jerez para intentar determinar cuál sería su próximo golpe.

Sin embargo, en sus desplazamientos a estas ciudades los delincuentes parecían controlar unos domicilios y no establecimientos comerciales o bancarios. Todo hacía pensar, por tanto, que no iban a perpetrar un atraco, ya que dichas viviendas estaban relacionadas con la anterior pareja sentimental de la integrante femenina de la banda y actual pareja del líder de la organización.

Así, se supo que el objetivo final era el secuestro de la hija que habían tenido en común, cuya custodia, tras la separación, había correspondido al progenitor. Según las propias palabras de los delincuentes, «habría que darle y darle hasta que esté bien despachado» durante la sustracción de la menor. Los arrestados, expertos en artes marciales y boxeo, querían lesionarle de manera grave y dejarlo impedido para el cuidado de la niña, para que la custodia de la menor tuviera que serle revocada.

Con las informaciones obtenidas por los agentes, se intensificó el control sobre estas personas y se estableció un dispositivo coordinado desde Sevilla que culminó con su detención el día 29 de febrero. Los dos súbditos marroquíes y la mujer fueron arrestados en Burjassot, en las inmediaciones del domicilio de la niña cuando se disponían a secuestrarla.