«Nunca hay que darle al niño la sensación de “barra libre” con el dinero, siempre hay que poner un tope»

Aunque toque la lotería y cambie el estatus económico de la familia, los pequeños deben aprender lo que cuesta el dinero

MADRID Actualizado: Guardar
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Toca la lotería en un hogar. Alegría, champán, planes, gastos... el dinero no puede estar oculto, y menos a los ojos de los niños que se enteran de todo. Los pequeños no son muy conscientes del valor del dinero, sólo se van dar cuenta de que hay más holgura económica y que a partir de un momento dado la familia se puede permitir cosas que antes no podía.

Es verdad que no se habla de dinero igual en una casa en la que falta, que en otra en la que se vive con holgura. El dinero pasa de ser algo agobiante y difícil de conseguir y retener, a ser algo positivo que facilita la vida.

Pero entonces comienza el peligro, lo cuenta al pedagoga Marta Sanz: «Nunca hay que darle al niño la sensación de “barra libre”, siempre hay que poner un tope».

Si el pequeño ya tiene seis o siete años, es bueno darle una cantidad fija para que aprenda a manejar el dinero y vaya conociendo su valor.

El hecho de disponer de mucho dinero no quiere decir que al niño se le entregue más cantidad que la media. A los pequeños hay que enseñarles el valor de las cosas. Es más, el dinero puede ser utilizado como arma pedagógica.

Marta Sanz recomienda que la paga constituya un premio, y que su cuantía se incremente en función de logros conseguidos. También es bueno recalcar que lo que se le da, es de lo que va a disponer. Si malgasta o se le acaba antes de tiempo, no va a tener más, porque es importante aprender a administrarse.

Para los niños más pequeños es mejor darles paga semanal, pues es más fácil gestionar el dinero durante un período corto. A medida que se van haciendo más mayores, el espacio de tiempo puede ser mayor.

La cantidad que se les da puede ser variable. Hay que dejar claro que, aunque la paga será siempre la misma, si la situación económica de la familia lo requiere, será acordada una nueva cantidad (tanto para una cantidad superior como inferior). Es importante que tomen conciencia de que puede haber un cambio en la economía familiar y que eso va a repercutir en todos los miembros por igual.

La experta recomienda que los padres hagan pensar a los niños sobre el dinero: «En que se lo gastan, si ahorran, si lo que compran es necesario y si podrían administrase mejor —y añade— aprender a manejar el dinero es un arte muy difícil y hay que enseñárselo a los niños desde pequeños»

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