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Cuatro años sin el rey de la Bahía, el Vaporcito

Asuntos burocráticos mantienen al Vaporcito del Puerto arrumbado en dique seco desde que se hundió en 2011

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Hace exactamente cuatro años, parte de la historia sentimental de muchos gaditanos se quedaba encallada bajo el muelle. Allí se ahogaba el Vapor. En el mismo lugar que le había regalado tantas glorias y coplas; ahí, el 'Adriano III' despedía por accidente y a la francesa su viaje. La ida ya no tendría vuelta y la Plaza de Las Galeras se quedaba viuda. Ese 30 de agosto el barquito pinturero de Paco Alba dejaba a todo el mundo mudo cuando pasadas las seis de la tarde su patrón perdía el control y lo golpeaba contra la Punta de la Sato en la bocana de Cádiz. Una herida abierta en la proa lo convertía entonces en mito. Otra vez, porque siempre lo había sido.

Incluso, antes de morir.

Han pasado cuatro años y la memoria de aquel naufragio sigue llena de óxido y verdín. Con sus cuadernas casi desnudas y la brea que lo cubría destrozada, ya no se mece. Permanece quieto. En dique seco. En el mismo varadero al que se llevó una vez reflotado en Cádiz. En un pequeño astillero de la Bajamar portuense, el Guadalete, otro lugar quebrado, ahora vacío. Allí, sigue arrumbado, e, ironías de la vida, al lado de un club náutico y vencido en una rampa que, con ganas, lo lanzaría directamente al río. Allí, espera, como un marinero en tierra, que administraciones y propietarios lleguen a un acuerdo que lo devuelva pronto a la mar.

Promesas y lamentos

Al principio todo fueron lamentos y muchas promesas. Quizá demasiadas para que fueran verdad. La noticia del hundimiento del Vaporcito, considerado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1999, fue capaz de poner de acuerdo a instituciones de muy distinto signo político. Ayuntamientos -los de El Puerto, Cádiz y Chipiona-, la Diputación (de la que además había sido imagen), la Junta e incluso el Gobierno Central, a través de los exministros de Medio Ambiente y Fomento, Rosa Aguilar y José Blanco, respectivamente... Todos ellos ‘lloraron’ su final y aseguraron que estarían ahí «para lo que hiciera falta». Cuatro años después, el barco sigue sin navegar. Asuntos administrativos y de permisos mantienen el barco varado.

La motonave espera a ser reparada de manera integral
La motonave espera a ser reparada de manera integral

Tras el hundimiento, al año más o menos, lo que quedaba del barco fue vendido a un grupo de inversores. Los nuevos propietarios conservaron el mismo nombre de la empresa anterior, Motonaves Adriano, y confiaron en llevar su proyecto adelante con ayuda de las autoridades competentes. Pero, como explica el administrador de la actual propiedad, Manuel Ramos, a pesar del interés han sido muchas las trabas que han ido encontrando. De esta forma, los plazos que se anunciaron por ejemplo el día de la presentación del 'nuevo Vapor' en 2012 no se han podido cumplir y ni siquiera es seguro que se pueda volver a hablar de una fecha próximamente.

Hacerlo restaurante o llevarlo hasta Mónaco, algunas de las propuestas

La falta de respuesta ha sido uno de los principales problemas que han encontrado los inversores para iniciar el arreglo. Y es que aunque el coste de la restauración (presupuestado en unos 400.000 euros) sea asumido por ellos mismos, son las administraciones las que también tienen que tomar las decisiones sobre el proyecto dado que se trata de un Bien de Interés Cultural que además es imagen e icono de toda la Bahía de Cádiz. «La responsabilidad no solo es del armador, un empresario invierte en un proyecto siempre que tenga seguridad jurídica. No se puede apostar por algo para que luego no se cuenten con los permisos. Lo primero que queremos es asegurar con las diferentes administraciones que el proyecto va a tener viabilidad», explica Ramos.

Y es que a pesar de que la reparación está parada, sí existe actividad administrativa para conseguir toda la información y los permisos posibles. Aún así, las respuestas son lentas, la burocracia eterna y la paciencia se va agotando. «Cuando comenzamos con el proyecto de recuperar el Vapor del Puerto jamás pensamos que iba a ser tan difícil, creímos que como dijeron en su día, las autoridades iban a estar más interesadas de que volviera a navegar».

El varadero, otro escollo

Pero además de la lentitud en los procesos hay otra marejada con la que se han encontrado. Hace más de un año quebraba el Varadero Guadalete, el lugar donde comenzaron a arreglar la motonave. Pero la empresa fue a pique y Autoridad Portuaria les retiró la concesión del suelo que ocupaban por impago. Ahora, los dueños del Vapor esperan un permiso para la cesión temporal de esos terrenos y poder trabajar allí.

La restauración no se hará si no hay viabilidad

También los cambios políticos han retrasado la restauración del barco. Por ejemplo en El Puerto en tres años ha habido tres alcaldes distintos. Y cada uno de ellos con una predisposición diferente. Actualmente, es el PSOE quien lidera el tripartito que gobierna la ciudad y, si cumplen con su programa electoral, sí echarán una mano para que el 'Adriano' vuelva a la Bahía. 'Ganar futuro con nuestra historia', prometieron en los panfletos. De momento, ya han mantenido una reunión con la propiedad y se han mostrado dispuestos a colaborar. «Todos deseamos que El Puerto pueda contar de nuevo con el Vapor y apoyaremos cualquier iniciativa que parta del armador o de la Plataforma para su puesta en uso o su reconversión», afirma el concejal de Turismo, el socialista Ángel Quintana.

Respecto a otras administraciones, el Consistorio gaditano no se ha pronunciado. Sí lo ha hecho la Diputación de Cádiz desde donde aseguran que no se les ha remitido ninguna información ni solicitud por parte de los promotores. Por su parte, la Junta de Andalucía sostiene que está siguiendo de cerca el procedimiento administrativo debido a la catalogación de BIC del Vapor. Por ello, a mediados de julio, a través de su delegación de Cultura, afirman que volvieron a reiterarle al propietario «no solo sus obligaciones como titular de la conservación, mantenimiento y custodia, sino también los artículos 15 (órdenes de ejecución) y 16 (ejecución forzosa) de la citada Ley, requiriéndole el correspondiente proyecto de conservación».

Un diseño cuestionado

Justamente, el diseño es otro de los asuntos que están pendientes de limarse. Al querer recuperar la imagen original que tenía el barco en 1956 hay algunos elementos visuales muy característicos que desaparecerían, como por ejemplo sus flotadores naranjas, ya que no se adecuan a las actuales normas de seguridad. Esta decisión, que parece más bien estética, es otro de los pequeños flecos que frenan a algunas autoridades a confiar en el proyecto, un propósito que sí viaja con una idea firme:«En ningún momento se plantea la restauración del barco si no es para su navegación», cuenta el administrador.

Recreación virtual del proyecto presentado
Recreación virtual del proyecto presentado

Y eso que no les han faltado propuestas de todo tipo: «Nos han dicho que lo convirtiéramos en un museo, en un centro de interpretación, también que fuera un restaurante y ponerlo al lado del puente San Alejandro, a la entrada de El Puerto, e incluso nos han llegado ofertas de llevarlo a Barcelona o Mónaco».

De momento, todo lo que se baraja es eso, una posibilidad, ya que hasta que no exista un empujón definitivo por parte de todos el 'Adriano III' no volverá a ser el Vaporcito del Puerto.

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