«Soy un mediador entre el ciudadano y el Ayuntamiento»

Alberto García Trigo sirve de nexo de unión entre la Administración municipal y el ciudadano. Su labor es la de coordinar y controlar que se cumplan todas las normativas para que las personas no se vean perjudicadas y reciban el trato que les corresponde.

-¿Cómo definiría el papel del defensor del ciudadano?

-Es una institución que se creó por el pleno del Ayuntamiento para supervisar el trabajo de los organismos de cara al ciudadano. Este se venía quejando de algunas actuaciones de la administración que o bien no estaban conforme con la ley o aun estando les perjudicaba en cierta medida. Soy un mediador entre el ciudadano y el Consistorio.

-¿Tiene límites?

-Sí, está supeditado a actuaciones puramente del Ayuntamiento, no puedo mediar ni entre particulares, ni entre ciudadano y empresa u otras administraciones.

Para eso hay otros cauces.

-¿Cuál es el procedimiento a seguir ante una queja?

-Se inicia una investigación, se recaba información por parte del ciudadano y se traslada al órgano afectado, este tiene que dar su versión de los hechos con respecto a la situación que alega la persona. A partir de que tengo las dos versiones procedo. Si se actuó bien por parte de la administración se lo comunicó al ciudadano, aunque le haya perjudicado. Y si es al contrario, se le envía un requerimiento de sus funciones para que trabaje como se debe hacer.

-¿Se puede encontrar entre la espada y la pared por algún caso delicado?

-Sí, pero la figura del defensor no está sometida a mandato imperativo alguno de los órganos de Gobierno. Es independiente, pero yo no puedo anular ningún acto del Ayuntamiento que haya sido validado correctamente. El Consistorio, a veces, toma decisiones que al ciudadano no le gusta, pero no se puede olvidar que fue constituido válidamente en unas elecciones.

-¿El defensor puede anular una sanción que haya sido mal puesta?

-No, nunca anular. Puede sugerir que el procedimiento se adapte a lo que diga la normativa. Al igual que no puedo entrar en un asunto que ya esté en un cauce, ya sea administrativo o penal.

-¿Cuáles son las reclamaciones más sugeridas por los portuenses?

-Son muy variadas, destacaría dos: el funcionamiento de la Oficina de Atención al Ciudadano, en cierto modo es normal porque al cambiarse de instalaciones se han tenido adecuar muchas cosas y muchas tramitaciones. Y la otra es la actuación de la Policía Local, esta es otra complicada porque le afecta directamente en forma de multas y dan lugar a quejas.

-¿Las asociaciones de vecinos también hacen sus quejas?

-Sí, pero estas son más enredadas y delicadas porque normalmente son de carácter urbanístico. Aquí intento que se sienten a hablar.

-Después de un año, ¿hace balance positivo del servicio?

-Esto ya funcionaba antes pero con otro formato, con la Comisión de Quejas y Sugerencias, pero se ralentizaba un poco porque las reclamaciones se acumulaban hasta que se reunían. Considero que el actual sistema es muy positivo, lo que sí creo es que la persona encargada debe estar a tiempo completo.