CÁRITAS

La mayor parte de los sintecho de Chiclana viven en casas ocupadas

Un total de 83 personas sin hogar son atendidos por Cáritas en el Centro Social Padre Francisco Almandoz, un 10% más que desde el inicio de la crisis

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«Es como una escalera, con la salvedad que es muy fácil bajar los peldaños, pero muy difícil después subirlos». Con estas duras palabras describe Miguel Barroso, coordinador del Programa Diocesano de Personas sin Hogar, la amarga situación que atraviesa casi un centenar de chiclaneros. Personas que cayeron a un pozo del que parece complicado escapar y que genera diferencias propias del Tercer Mundo en un país desarrollado. 

Tanto es así que las personas sin hogar se enfrentan a una esperanza media de vida menor de la media de un país del Primer Mundo. «Es como si ambos mundos convivieran en las mismas calles», reconoce Barroso. Una situación a la que se enfrentan concretamente 83 personas en Chiclana.

Esa es la cifra de personas sin hogar que atendió el Centro Social Padre Francisco Almandoz durante el pasado 2013. Porcentualmente, supone un ascenso de, aproximadamente, un 10% desde el inicio de la crisis.

Y es que el año 2007, fueron 75 las personas atendidas en el mismo centro. En este sentido, Barroso explica que, en contra de lo que se pueda pensar, «el aumento no es tan acusado como el que se ha vivido en la asistencia a familias en las parroquias». Se trata, por tanto de una cifra que ha ido creciendo de forma moderada y en un perfil diverso que va desde personas con orígenes en familias desestructuradas a procedentes de entornos normalizados «y que lo perdieron todo».

«Acabar en la calle suele estar asociado a lo que solemos llamar sucesos vitales estresantes, tales como el fallecimiento de alguien querido, un divorcio, una quiebra económica. En el caso de una persona sin hogar suelen confluir una cadena de estos sucesos», explica el responsable de Cáritas.

Todo ello para desencadenar en una situación psicológica «sin fuerzas, ni motivación». «Son personas que, normalmente están solas en la vida, sin entorno ni fuerzas para luchar. Eso, a la larga suele desencadenar en problemas de salud mental o física y adicciones para evadirse de la realidad», explica el responsable. 

Una cruda situación que en la localidad tiene un perfil distinto al del resto de ciudades. «Se da la circunstancia de que la mayor parte de las personas sin hogar de Chiclana subsisten en casas, locales o chalés ocupados», matiza Barroso. Situaciones en las que, en ocasiones, suelen contar con el beneplácito del propietario o, al menos, de la Guardia Civil, que está informada de su situación. «Nosotros siempre recomendamos que avisen a la Guardia Civil, también por su propia seguridad», reconoce el coordinador. Tanto es así que Barroso explica que los sintecho en Chiclana se exponen a contextos de inseguridad en estos casos «porque no tienen ningún tipo de protección y en las casas pueden entrar otras personas en la misma situación que les obliga a trasladarse».

Frente a esta situación, Cáritas en Chiclana dispone del Centro Social Padre Francisco Almandoz. En él, además de servir de cuartel general de Cáritas Arciprestal, se atiende a una media de 17 personas sin hogar al día. En él, reciben atención y acompañamiento, asesoramiento e higiene. Así, los 12 voluntarios que trabajan en el centro, entre otras funciones, se encargan de lavarle la ropa.

Ante esta espiral, Barroso apuesta por favorecer el acceso a una vivienda digna de los sintecho. Es el caso de la existencia de pisos tutelados para hacer posible su inclusión social y el posterior acceso a alquileres sociales y demás tipos de viviendas protegidas que ofrecen administraciones como el Ayuntamiento. Precisamente por ello, este año el Día de las Personas Sin Hogar (que se celebra el próximo día 30) tiene el lema ‘Por una vivienda digna y adecuada. Nadie sin hogar’. Un esfuerzo de visibilidad desde Cáritas para un colectivo que parece haberse vuelto invisible.

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