CÁDIZ

El uso de la vivienda familiar, posible desencadenante del crimen de Ubrique

Juan M., de 53 años, detenido por matar a cuchilladas a sus dos hijos, de 16 y 20 años, se había negado a darles ayuda económica

CÁDIZ/UBRIQUE. Actualizado: Guardar
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El rincón del horror en pleno centro de Ubrique. El pueblo amanecía ayer consternado por ser protagonista del peor suceso que se recuerda en la memoria colectiva de esta población de la Sierra de Cádiz. Un hombre, de 53 años, identificado como Juan M. F., había asesinado presuntamente a su hijo y su hija, de 16 y 20 años respectivamente, en el seno del domicilio familiar utilizando un arma blanca. Posteriormente se habría dado a la fuga, utilizando un pequeño callejón peatonal, cercano al escenario del crimen y que conecta con el río. Sobre las dos de la tarde se confirmaba la detención del sospechoso.

Juan M. fue localizado en una casa abandonada a las afueras de la población serrana, a pocos kilómetros de la vivienda donde habían sido encontrados los cuerpos de sus hijos. Estaba herido en una pierna y se había practicado un torniquete para frenar la hemorragia. En el momento de la detención no se resistió, estaba exhausto y muy debilitado. Fue introducido en una ambulancia y trasladado al hospital de Villamartín, donde recibió el alta ayer por la tarde. Juan M. fue interrogado en el cuartel de dicha localidad serrana donde habría confesado la autoría del doble asesinato ante los agentes. Tras concluir el interrogatorio, fue trasladado a la Comandancia de Cádiz y se espera que entre hoy y mañana pase a disposición judicial.

El suceso que ha conmocionado a una población de menos de 20.000 habitantes, aunque muy conocida por la producción de artículos de piel, se produjo en torno a las cinco de la pasada madrugada. El 112 daba la voz de alerta tras recibir la llamada de una vecina que había escuchado ruidos. Esta primer testigo había decidido salir al descansillo del primer piso del número 60 de la calle San Sebastián. Ahí encontró a Laura, la joven de 20 años, que yacía inerte en un charco de sangre. Los bomberos tuvieron que forzar la entrada del piso para poder acceder al interior. La Guardia Civil descubría el cuerpo del hermano menor de Laura dentro. Al igual que la joven, también presentaba heridas por arma blanca.

Fuentes del caso confirmaban que el escenario era dantesco, los cuerpos tenían numerosas cuchilladas, sobre todo el de la chica, con el que se habría ensañado el presunto autor de los hechos.

La Guardia Civil trató de localizar sin éxito al padre de los fallecidos. El hombre se había dado a la fuga, dejando un rastro de sangre a su paso. Se tuvo constancia de que pudo huir a través del monte, a la zona conocida de los Olivares, a la altura de la Curva de las Pitas, junto al depósito de agua. Desde primera hora, este lugar fue peinado por agentes de la Guardia Civil en busca del presunto autor del doble crimen, quien finalmente era detenido sobre las dos de la tarde.

Ese rastro de sangre que fue dejando en su huida fue fundamental para su localización. Los agentes lo fueron siguiendo hasta que encontraron al sospechoso descamisado, manchado de sangre y derrumbado en una casa abandonada. Numerosos medios fueron testigos de esta detención, que ponía fin a una fuga de nueve horas.

Rumores y desmentidos

El crimen desató la rumorología. Así, a primera hora de ayer se dio por muerto al padre de los fallecidos, llegando esta información a colarse en los titulares de varios medios. La Guardia Civil lo desmentía; al igual que haría horas después con una información acerca del hallazgo de la supuesta arma del crimen.

Juan M. ha trabajado como guarda forestal y gracias a su experiencia se mueve bien por las afueras de la localidad; de ahí que se temiera que su fuga pudiera alargarse. El riesgo se atenuó al confirmarse que no llevaba consigo las tres armas que tiene de forma reglamentaria a su nombre: dos escopetas y un rifle.

Familiares, amigos y muchos curiosos se acercaron a la vivienda de las víctimas tras confirmarse la noticia del doble asesinato. La calle fue acordonada y los agentes de la Policía Judicial y Científica, venidos de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, tomaron huellas en el domicilio. A media mañana, el juzgado de Ubrique autorizaba a los servicios funerarios a que trasladara los dos cadáveres al Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia.

Frío con las víctimas

Fuentes cercanas a la familia han confirmado que en el seno familiar existían problemas de convivencia. La madre de los jóvenes murió hace un tiempo y «su padre se desentendió de ellos e incluso no les pasaba ningún dinero, por lo que estaban sobreviviendo a duras penas», aseguraba José Morales, un tío político de las víctimas.

También en el entorno se apunta como desencadenante de la agresión mortal, una disputa por la vivienda familiar, donde residían los jóvenes. Al parecer, la hija Laura habría acudido a los Asuntos Sociales municipales a pedir ayudar y a denunciar que se encontraban en situación de abandono, razón por la que hoy habían citado al padre a declarar. Fuentes vecinales aseguran que los problemas se agravaron a raíz de una relación que el padre estaba manteniendo, ya que, apuntan los vecinos, «tenía la intención de quedarse con la casa en la que vivían sus hijos».