El pecio hallado en el puerto de Cádiz es del siglo XVIII

Los arqueólogos podrán comenzar a investigar los dos pecios hallados en las obras del puerto de Cádiz, después de que uno de ellos, fechado en el siglo XVIII, haya sido trasladado con éxito a un lugar seguro en una complicada y pionera maniobra que, además, ha permitido hallar un nuevo lingote de plata.

El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, ha señalado hoy que el trabajo realizado para localizar y proteger estos dos pecios pone de manifiesto que la región tiene capacidad de «primer nivel» para proteger y dar a conocer su «enorme y rico» patrimonio subacuático.

Lo ha dicho después de ver el vídeo que muestra la complicada maniobra que culminó el pasado 30 de noviembre, cuando una gran estructura metálica especialmente realizada para la ocasión logró trasladar, con ayuda de dos grúas, uno de los dos pecios hallados en las obras de la nueva terminal de contenedores.

El movimiento, que trasladó este pecio que naufragó a su llegada a Cádiz en el siglo XVII o XVIII cuando completaba su ruta de comercio con las Américas, ha permitido trasladar la nave unos quinientos metros y a un lugar preparado, a profundidad de unos cinco o seis metros, cuando fue localizado a 14 metros de profundidad.

Se utilizaron 41 cinchas de treinta centímetros de ancho para que las grúas pudieran levantarlo casi diez metros y trasladarlo sin riesgo de roturas, en una maniobra en la que se empleó hasta un GPS para minimizar los riesgos al depositarlo sobre el lugar elegido, porque el principal temor era que, después de más de doscientos años sumergido sobre el fango, se resquebrajara.

El otro pecio , que también parece proceder del siglo XVIII, se quedará en el sitio el que ha sido encontrado, porque no está en un lugar que pueda hacer temer por su integridad en la nueva terminal de contenedores.

En los alrededores ya han aparecido un total de diez lingotes de plata, alguno de ellos procedentes de México y de máxima pureza, monedas, una coraza, restos de madera, cerámicas, ánforas (algunas de ellas cerradas y con aceitunas en su interior) y botellas de vidrio que podrían apuntar a unas primeras utilizaciones de estos materiales en envases para el comercio.

El consejero de Cultura ha querido poner de manifiesto que nada de esto hubiera sido posible sin el trabajo del Centro de Arqueología Subacuática (CAS), con sede en Cádiz.