Trabajadores de Servisa trasladan el cuerpo de la mujer desde su domicilio al Instituto de Medicina Legal de Cadiz. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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Mata a su madre a golpes en Benalup tras sufrir un brote psicótico

El parricida, de 45 años, padecía esquizofrenia y había sido internado en diversas ocasiones en centros psiquiátricos

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Ocurrió un suceso similar en septiembre de 2010, en Medina Sidonia, cuando un hombre incendió supuestamente su vivienda y murieron en su interior su padre y su hermana. También ocurrió hace casi un año, el 18 de enero de 2011, cuando Ildefonso Troya, profesor de un instituto de Chiclana, fue asesinado a puñaladas por su hijo adoptivo. Y ayer volvió a ocurrir muy cerca de ambas ciudades, en Benalup. De nuevo, la falta de medios profesionales para atender a enfermos mentales y sobre todo, la incapacidad legal de los familiares de estos para obligarles a seguir un tratamiento médico, ha acabado con una nueva tragedia: la muerte de una mujer de 77 años a manos de su hijo, de 45 años, que sufre un trastorno esquizofrénico y que la golpeó al parecer con un bastón, supuestamente al sufrir un brote psicótico.

El trágico homicidio tuvo lugar en torno a las 12.30 horas, en la casa en la que vivían la madre y su hijo, en el número 19 de la céntrica plaza de San Juan, una de las más populares de Benalup. Los agentes de la Guardia Civil y la Policía Local detuvieron al hijo dentro del domicilio casi una hora y media después de la agresión. Cuando llegaron a la vivienda, el homicida estaba en una de las habitaciones viendo la televisión. Con gran aplomo les dijo: «¿Me vais a poner las esposas?», y se dejó apresar sin ofrecer resistencia.

El cadáver de la madre, Andrea Román Sánchez, lo descubrió la única vecina que vive en la finca. Como de costumbre, cruzó el patio de vecinos para visitar a su amiga, pero la encontró en el suelo, sobre un charco de sangre. Horrorizada salió a la calle a buscar ayuda. Avisó primero al dependiente de una tienda de ropa situada en la misma plaza, que intentó socorrer a Andrea, pero que no pudo hacer nada por ella. Después, la vecina acudió a la jefatura de la Policía Local para avisar del parricidio.

Agentes del Equipo de Personas de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la comandancia de Cádiz se encargaron de la investigación y a lo largo de la tarde de ayer, realizaron una inspección ocular de la casa para recoger todos los rastros posibles. Los hechos, en principio, parecen claros: según los primeros indicios, el hijo golpeó supuestamente a su madre con un objeto contundente, al parecer, un bastón. Alrededor de las 18.15 horas, el cuerpo de Andrea fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal, en el tanatorio de Servisa de Cádiz. Se espera que hoy se realice la autopsia.

El parricida fue conducido en un primer momento a los calabozos del puesto de la Guardia Civil de Benalup, y por la tarde, al cuartel de la Benemérita de Conil. Allí permanecerá detenido a la espera de que pase a disposición judicial, probablemente mañana viernes, una vez que se haya practicado la autopsia al cadáver de la madre. La instrucción del caso ha recaído en el juzgado Mixto Número 5 de Chiclana.

Una familia conocida

El homicidio conmocionó ayer a todos los vecinos de Benalup, de 7.000 habitantes. La alcaldesa, Amalia Romero, acudió por la mañana a la vivienda para dar el pésame a los familiares de Andrea y decretó dos días de luto oficial, durante los cuales las banderas del Ayuntamiento ondearán a media asta con crespones negros, en señal de duelo. Andrea era muy conocida y apreciada por los vecinos de la localidad. A su familia la conocen popularmente como los 'Capadores', ya que el marido, ya fallecido, se dedicaba a esa profesión. Además, ella regentó durante años una carnicería en el pueblo y sus otros dos hijos, mayores que el detenido, también tienen profesiones de cara al público, en un supermercado y una farmacia. Según vecinos de la misma calle, el hijo ahora detenido tenía una relación muy cercana a su madre. No solo vivía con a ella, sino que también se les solía ver juntos paseando por el pueblo y la acompañaba a misa. Luis, gerente de un restaurante 'kebab' que linda con la vivienda de Andrea, reconocía ayer que nunca oyó discusiones dentro de la casa y describía al hijo como una persona no violenta, aunque era consciente de que había protagonizado algunos altercados puntuales dentro del pueblo.

De hecho, aunque nadie podía imaginar que llegase a cometer un crimen, la irracional manera de actuar del parricida no sorprendió a casi nadie en Benalup. Algunos recordaban cómo el hijo de Andrea la emprendió a golpes con la puerta de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro con una maza de gran tamaño, el verano pasado. Tras aquel incidente, el hombre fue ingresado en un centro psiquiátrico, donde ya había estado en otras ocasiones. Pero, a los pocos meses, el hombre volvió a ser dado de alta y tuvo que regresar a su casa, atendido por su madre.