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El Predicador de la Casa Pontificia rectifica y pide perdón a los judíos por su homilía

ROMA. Actualizado: Guardar
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El Predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, pidió ayer perdón a los judíos por su discurso del Viernes Santo, en el que comparó las críticas a Benedicto XVI por los casos de pederastia con el antisemitismo, y aseguró que el Pontífice desconocía el texto que leyó en la basílica de San Pedro. «Si, contra mi intención, he dañado la sensibilidad de los judíos y de las víctimas de la pederastia, estoy sinceramente apenado, pido perdón, y reitero mi solidaridad a unos y otros», afirmó Cantalamessa.

El Sumo Pontífice no hizo ayer ninguna manifestación sobre la pederastia en su Mensaje Pascual, que pronunció desde el balcón central de San Pedro ante decenas de miles de personas que en una mañana lluviosa, fría y desapacible llenaron la plaza y los aledaños. En contraste, sí recibió el apoyo caluroso de destacados miembros de la Iglesia católica, como el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, quien afirmó que «los fieles no se dejan impresionar por las murmuraciones del momento». Por su parte, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, criticó el «fuerte temporal antieclesial y anticlerical», y el cardenal y arzobispo de París, André Vingt-Trois, denunció una campaña de desprestigio con el objetivo de «manchar al Papa».

En referencia a la airada reacción del mundo judío sobre su homilía, Cantalamessa señaló que sus intenciones eran «amistosas» y que, teniendo en cuenta que este año la Pascua cristiana y la judía caen en la misma semana, quería enviar un saludo a los judíos en el contexto del Viernes Santo, «una fecha que, por desgracia, siempre ha sido de confrontación y, para ellos, de comprensible sufrimiento».

Se refería a las plegarias de los católicos por los judíos durante ese día de la Semana Santa. En el rito anterior al Concilio Vaticano II se pedía por su conversión al cristianismo y se rogaba a Dios para que eliminara «la ceguera de este pueblo, para que, reconocida la verdad de tu luz, que es el Cristo, salga de las tinieblas». Esa frase fue cambiada y actualmente se implora a Dios que «ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo salvador de todos los hombres», texto que siguen criticando los judíos. Cantalamessa manifestó que habló en su homilía de la carta de su amigo judío «porque me pareció un testimonio de solidaridad hacia el Pontífice tan duramente atacado en estos días». E insistió en que nadie en el Vaticano conocía su discurso, y que el mismo Papa lo escuchó cuando él lo estaba predicando, lo que demuestra el «gran acto de confianza hacia mí».