Trifulca entre los socialistas catalanes por la continuidad del tripartito
BARCELONA. Actualizado: GuardarLas 'maragalladas' no eran, por lo que se ha visto, patrimonio exclusivo de Pasqual Maragall, también su hermano Ernest, consejero de Educación de la Generalitat, practica esta faceta verbal.
La 'maragallada', según la calificaron sus compañeros de filas socialistas, que soltó el consejero de Educación, cuando afirmó que Cataluña está «fatigada» del tripartito y no quiere más «artefactos inestables», ha provocado una nueva fisura en el Gobierno de José Montilla.
Uno de los pesos pesados del Ejecutivo catalán, el consejero de Economía, Antoni Castells, terció ayer en defensa de su compañero y salió también al paso del malestar que las palabras de Maragall han provocado en las filas socialistas, hasta el punto que Montilla las calificó de inoportunas. Castells discrepó de la opinión de su jefe. «Sólo faltaría que un consejero de la Generalitat no tuviera que hablar de política. Y sólo faltaría que no pudiera hacerse eco de las preocupaciones que tienen los ciudadanos respecto de las instituciones y respeto de las diferentes alternativas de gobierno. Negar el debate libre y negar la realidad es siempre un error que yo trataré de que mi partido no cometa», sentenció Antoni Castells en un comunicado leído ante la prensa.
«Inoportunas»
Montilla, en cambio, eludió defender a su consejero de Educación y afirmó que está dispuesto a volver a liderar el Gobierno de la Generalitat y que espera hacerlo con más apoyo en las urnas. Eso sí, el president catalán no dejó clara una nueva apuesta por el tripartito. «Yo no estoy fatigado ni lo está el Gobierno catalán. A mí lo que me produce fatiga es que estemos continuamente hablando de nosotros mismos, de nuestros problemas, y no de aquellas cosas que preocupan al ciudadano de la calle. En Cataluña hay demasiada tendencia a mirarse al ombligo», replicó Montilla a Maragall y Castells en Punto Radio.
Las «inoportunas» declaraciones del consejero catalán de Educación, según las calificó Montilla, no han hecho sino resaltar las diferencias que separan a las dos familias que conviven en el socialismo catalán y que se incrementan ahora que se acercan las elecciones y hay que fijar la estrategia a seguir. Por un lado está la corriente adscrita al barrio de Sarriá-Sant Gervasi de Barcelona, de tono catalanista y proclive a marcar distancias con el PSOE, Son los Maragall, Castells, Jordi Hereu o Montserrat Tura, catalanistas de pro.