Fútbol | PRIMERA DIVISION

El Barça desnuda al presunto aspirante

Con un Messi estelar, el campeón sacó los colores a un Atlético tierno que en menos de media hora ya perdía 3-0

Actualizado: Guardar
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Si el Barça se enfrentaba en el Camp Nou con una alternativa al poder establecido, la teoría de la Liga bipolar que maneja Del Nido cobra fuerza. Había enorme interés por observar este examen de los culés ante un equipo emergente, y el resultado fue revelador: sobresaliente para el campeón, matrícula para Messi y muy deficiente, con actitud pasiva, para el presunto aspirante.

Los de Guardiola sometieron a los de Manzano como un perro mastín a un chihuahua. Tienen la virtud de empequeñecer a cualquier rival. De tal calibre fue su dominio que en 25 minutos el partido ya estaba resuelto con un 3-0 demostrativo de que los catalanes avasallaban y los madrileños se escondían tan asustados que no asomaban ni el morro. El Barça es invencible cuando no se distrae pero los atléticos dieron argumentos a Mourinho para insistir en su teoría de que la mayoría de los equipos se rinden de antemano ante el campeón.

El tercer gol del Barça, obra del inigualable Messi, resume el choque entre consumados artistas y ‘turistas’ a los que solo les quedó aplaudir. El astro argentino sacó de banda, recibió sin oposición y se marchó de Godín y Mario Suárez con un simple amago de cadera. Con todos atónitos, la clavó junto al palo de Courtois. El belga solo había recibido un gol en cuatro partidos pero su cara lo decía todo. Estaba tan desesperado como Falcao, un gran delantero que ni la vio y recibió incluso la carantoña del árbitro.

En realidad, el encuentro quedó finiquitado los ocho minutos. Xavi, dueño absoluto del centro del campo, sacó la escuadra y el cartabón y dibujó un pase perfecto que retrató una vez más a Perea. Villa la paró con el pecho, recortó a Miranda y fusiló a Courtois. Cuando se trataban de despertar los ‘colchoneros’, llegó el segundo mazazo. Hubo polémica, ya que Messi venía del fuera del juego, y suerte para los culés, beneficiados por una carambola entre el argentino, Courtois y Miranda.

A placer

El ciclotímico Atlético se presentaba eufórico después de golear a Racing y Sporting pero regresa con las orejas gachas. Su técnico había prometido que sus jugadores mirarían a la cara a los azulgrana pero, a la hora de la verdad, les perdieron de vista. No se entiende que el preparador jienense experimentase en defensa en el peor escenario posible. Más de un rojiblanco se temió el baño cuando vio a Perea y Antonio López en el once. El colombiano jugó por la lesión de Sílvio y el capitán porque parece más defensa que Filipe Luis.

Tampoco se comprende la ausencia de Domínguez en beneficio de Godín. Un ataque de entrenador en toda regla. Manzano apostó además por Diego, que venía de sufrir una lesión muscular, y prescindió de Arda Turan, el turco que, en silencio, con menos titulares que el brasileño y Falcao, equilibra este equipo.

Guardiola, en cambio, fue fiel a su propuesta de este curso. Insistió en los tres defensas, pobló el centro del campo con todos los bajitos, y percutió con Pedro, Messi y Villa. Ordenó a sus centrocampistas buscar la espalda de los laterales y acertó de pleno. Encontró dos tesoros en ambos flancos. Los azulgrana presionaron la salida del rival como les caracteriza, la robaron una y otra vez, y cortocircuitaron por completo al Atlético.

Quizá la noche no hubiera sido tan plácida para el Barça si el Atlético llega a marcar en su primera y única ocasión del periodo inicial. Reyes vio a Tiago y el tiro del portugués se estrelló en el travesaño. A partir de ahí, solo la intensa lluvia incomodó a un Barça triunfal. Un chaparrón que difuminó todavía más la figura de sus ‘oponentes’. Al Barça solo le faltó que la bella vaselina del “anárquico” Cesc, tal y como le define Guardiola con inmenso cariño y en sentido positivo, hubiera entrado tras superar a un Courtois boquiabierto.

Poco varió el panorama en la reanudación. El Atlético mejoró ligeramente con los cambios pero jamás dio sensación de poder inquietar a un Barça que levantó el pie y tampoco quiso hacer sangre de un rival tan blandito. Firmó una manita pero dio la sensación de poder conseguir una goleada escandalosa. Los golazos Messi, compendios de velocidad, engaño y disparo, y un regate espléndido de Thiago a Antonio López, dejaron al Atlético a su sitio. Pasan las jornadas y la Liga vuelve por donde suele, ‘hat tricks’ de Cristiano y Messi.