Fachada y habitaciones del hostel gaditano Alquimia
Fachada y habitaciones del hostel gaditano Alquimia - a. v.
turismo

El nuevo alojamiento de 96 plazas de Cádiz, paralizado por la burocracia

El hostel Alquimia, un proyecto de la fundación Martínez Yepes en la calle Santiago Terry, ha tenido que frenar sus reservas a la espera del último permiso de la Junta

mercedes morales
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El hostel Alquimia es uno de los alojamientos turísticos más prometedores de los últimos tiempos en Cádiz. Se trata de la transformación del geriátrico de la calle Santiago Terry, junto a plaza Mina. La propiedad del proyecto es de la Fundación Martínez Yepes y lo gestiona el conocido empresario gaditano José Piñeiro, un publicista de prestigio y larga trayectoria en la ciudad.

El edificio enamora, transmite paz, «buen rollo», como apunta Piñeiro, y encaja a la perfección en esta nueva catalogación de alojamientos hostel que son un híbrido entre un albergue juvenil y un hotelito con encanto. También se les conoce como ‘backpacker’ (mochilero).

Pone a disposición del viajero nada menos que 96 plazas en pleno casco histórico de la capital gaditana y se encuentra listo para sorprender con un servicio de calidad a precios de carnet joven, independientemente de la edad de quien lo frecuente.

Una oferta tentadora para mochileros y viajeros de todo tipo que busquen sumergirse, no solo en las playas de Cádiz, sino en la forma de vida de esta ciudad.

Hasta ahí todo perfecto. A este proyecto turístico no le falta nada, al contrario, sólo le está sobrando burocracia. El gerente del hostel Alquimia, Luis Piñeiro, denuncia frustrado que el exceso de papeleo y la descoordinación entre administraciones les ha forzado a paralizar las reservas para el mes de julio «porque nos falta «la declaración de inicio de actividad de la Consejería de Turismo».

Piñeiro asegura que este ha sido el último eslabón de la cadena pero que desde el 8 de enero están esperando los permisos de las administraciones local y autonómica. Este último escollo ha obligado a paralizar las reservas a través de Booking, que ya estaban comprometidas.

Este parón que afecta a la apertura total al público de las casi cien plazas turísticas citadas se debe a que el hostel Alquimia ha tenido que subsanar con medidas compensatorias algunas deficiencias del proyecto. Esto ocurre cuando el alojamiento se realiza sobre un edificio antiguo como este y es totalmente imposible adaptarse a todos los requerimientos de la normativa de la comunidad autónoma. Entonces, el promotor ha de incluir en el proyecto nuevas medidas que aporten calidad a su propuesta turística.

Larga espera desde enero

Luis Piñeiro entiende y atiende a todos los requisitos pero se desespera cuando mira a su alrededor y echa cuentas para pagar a las cuatro personas contratadas en un alojamiento vacío.

«Estamos pagando las nóminas con préstamo personal y no podemos aguantar mucho tiempo así. De cualquier forma, hay que estar loco para emprender un negocio turístico en Cádiz. Llevo meses peregrinando de una ventanilla a otra y eso que los funcionarios están siendo muy eficaces y se han volcado con la idea», sentencia Piñeiro.

Fuentes de la Junta aseguran que los permisos llegarán de «forma inminente» y que han estado muy encima de esta documentación, pero que todo lleva «su trámite y su tiempo». Todo apunta a que en agosto estará funcionando al fin el proyecto de hostel de Mina.

El gerente apunta que el hecho de que los beneficios estén destinados a una obra social y el haberse enamorado del edificio lo impulsaron a emprender esta «locura» empresarial en la que también está implicada su mujer, médico de profesión y viajera de vocación.

Asegura que están sufriendo en sus «propias carnes lo que había oído a muchos jóvenes emprendedores. Cuando yo inicié mi negocio hace 27 años esto no era así. Empezabas a trabajar y ya está. Es increíble que no haya una ventanilla única real donde te informen de todos trámites que deberás cumplir para iniciar la actividad con todos los permisos».

La cocina, punto de encuentro

Más allá de la denuncia por el retraso, el hostel Alquimia encierra muchos encantos que hay que destacar. Si alguna dependencia define la vocación de este tipo de albergues es la cocina o cocinas.

A diferencia de otros alojamientos que abundan en la costa gaditana como los hoteles de cuatro estrellas en los que es vital un buen 'spa' para responder a las expectativas del turista, en este caso la cocina comunitaria será el centro de reunión del edificio, el punto de encuentro para los huéspedes.

En el hostel Alquimia, como en otros, se encuentran varias cocinas en las que los viajeros podrán preparar los alimentos que previamente pueden adquirir en el pequeño ultramarinos del propio hospedaje.

En esta mini tienda encontrarán productos básicos a los mismos precios que en las tiendas de la zona, con la intención de ofrecer un servicio más al viajero, que no tendrá que preocuparse por este aspecto cotidiano durante su estancia en la ciudad. Cabe concluir subrayando que el precio de una noche en habitaición compartida es de 15 euros.

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