el rey abdica

Don Juan Carlos será aforado tras perder la inviolabilidad

El Rey se equivocó varias veces y se mostró fatigado el día de la Pascua Militar. Días después comunicó su decisión al Príncipe

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Felipe VI será proclamado Rey a partir del 18 de junio. Ese día las Cortes ya habrán aprobado la ley orgánica que regula la abdicación de Don Juan Carlos y el actual Monarca podrá sancionar la última ley de su Reinado: la de su propia abdicación. La firma tendrá lugar en una solemne ceremonia en el Palacio Real ante las altas autoridades del Estado y al día siguiente se celebrará la proclamación de Don Felipe.

La ley entrará en vigor cuando se publique en el Boletín Oficial del Estado y, en el mismo momento en el que sea efectiva la abdicación de Don Juan Carlos, Don Felipe se convertirá en Rey de forma automática, incluso antes de prestar juramento ante las Cortes, aunque no podrá ejercer las funciones de Jefe del Estado hasta que jure. Según fuentes gubernamentales, a diferencia de los altos cargos, el Rey no jura para tomar posesión, sino que jura porque ya es Rey. En ese momento, la Infanta Leonor también se convertirá automáticamente en Princesa de Asturias.

Irse de puente

La Casa del Rey aún no había fijado anoche la fecha de la proclamación de Don Felipe, que podría celebrarse cualquiera de los días siguientes, incluso el 19, Corpus Christi, que este año es fiesta en la Comunidad de Madrid, lo que permitirá seguir la histórica ceremonia a muchos más españoles que si se celebrara en un día laboral. No obstante, algunos diputados estaban presionando ayer para que la proclamación se celebrara antes del festivo y poder disfrutar del puente.

A partir del momento en el que se haga efectiva la abdicación del Rey, Don Juan Carlos perderá también su inviolabilidad. Ello quiere decir que Don Juan Carlos seguirá siendo inviolable por todos los hechos ocurridos durante los 39 años de su Reinado, mientras ha ejercido como Rey, pero que dejara de serlo respecto a los hechos posteriores a la abdicación.

Protección jurídica

No obstante, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció ayer que el Gobierno prepara un real decreto para proteger con algún tipo de aforamiento a Don Juan Carlos. Según fuentes gubernamentales, en ninguna ley se establece qué tribunal sería el competente para investigar un asunto que afecta a un Rey que ha abdicado.

Además, el mismo día que se haga efectiva la abdicación se publicará otro real decreto que establecerá qué tratamiento recibirá Don Juan Carlos tras el relevo.

De esa forma culminará una abdicación que empezó a gestarse la tarde del pasado 6 de enero. Don Juan Carlos había cumplido 76 años la víspera y aún se recuperaba de su última operación de cadera, a la que se sometió el 21 de noviembre. Aquel día se celebraba la Pascua Militar en el Palacio Real y este acto supondría su reaparición tras la convalecencia. La expectación era enorme y la presión, también. Pero las cosas no salieron como se esperaba. El Rey se equivocó varias veces al leer su dicurso y se mostró fatigado. Tras el vino español que se sirvió después, el Monarca regresó a Zarzuela con muy mal sabor de boca.

Llevaba dos años sopesando la posibilidad de abdicar, porque percibía que se había despertado en la opinión pública «un impulso de renovación», un deseo de dejar paso a «una generación más joven», pero hasta ese momento tenía dudas. Ni la situación política, con el problema catalán encendido, ni la situación económica, con más de cinco millones de parados, parecían las más favorables para traspasar la Corona a su hijo.

Sin embargo, los hechos ocurridos aquella mañana en el Palacio Real le llevaron a reflexionar y a convencerse de que abdicar era «lo mejor para España». Pocos días después, su decisión -la más personal en la vida de un Monarca- era firme y se la transmitió al Príncipe; a finales de marzo, se lo dijo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a primeros de abril al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. A partir de ese momento se sucedieron un montón de reuniones de Zarzuela con Presidencia y Vicepresidencia del Gobierno para preparar el relevo, el primero que se produce en España en los tiempos recientes. Había que diseñar el marco jurídico partiendo de cero. Las abdicaciones no requieren ningún reforma de la Constitución. Tampoco es necesario aprobar una ley de Sucesión a la Corona. Pero cada una de las abdicaciones exigen una ley orgánica específica que la dote de efectividad. Esa es la tradición española y lo que establecían las Constituciones anteriores que hacían referencia a este acto, según explican fuentes gubernamentales.

La fecha aproximada del anuncio de la abdicación fue fijada en abril. Don Juan Carlos quería estar recuperado «tanto físicamente como en mi actividad institucional» en el momento que se hiciera público. Desde Zarzuela también se insistió el lunes en que el Rey no abdicaba por problemas de salud ni por otras razones personales.

Ese mes se marcaron tres posibles fechas, todas después de las elecciones europeas: la última semana de mayo, la primera de junio o la siguiente. Finalmente, se consideró que no era conveniente hacerlo justo los días siguientes a las elecciones y que esta semana era la conveniente. El lunes 2 tanto los Reyes como los Príncipes coincidirían en Madrid, por lo que se escogió esa fecha.