Los mecánicos de Renault cambian los neumáticos del asturiano. / AFP
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La FIA castiga a Alonso sin correr en Valencia

El monoplaza del español perdió una rueda en plena carrera por un error de su equipo

| ENVIADO ESPECIAL. BUDAPEST Actualizado: Guardar
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El error humano de Renault le puede costar carísimo. A bote pronto, y después de estudiar las escuchas radiofónicas sobre el asunto de la tuerca y de la rueda en el coche de Fernando Alonso, la FIA tomó la decisión de sancionar a la escudería francesa sin competir en el Gran Premio de Europa, que se celebra en Valencia el próximo 23 de agosto. Salvo que prospere el recurso, presentado de inmediato por el equipo de Flavio Briatore, la afición española se queda con las ganas de ver al piloto asturiano.

Nunca se sabe cuándo termina una carrera en la Fórmula 1. Es la FIA la que decide echar el cierre cuando se le antoja o cuando terminan las reuniones interminables en donde se exprime al máximo la letra pequeña del reglamento. La bandera a cuadros no es definitiva y en Hungría terminó el Gran Premio dos horas y media después de que los coches dejaran de rodar.

La organización emitió un comunicado en el que justificaba el castigo: «Han puesto en riesgo a los competidores y a los propios espectadores reunidos en el circuito. Tenían que haber avisado por radio a su piloto para que parara la marcha, porque con ese dispositivo suelto todo el mundo corrió un gran riesgo». Esta sanción es extensible a Nelson Piquet, ya que la penalización es al equipo al completo. El circuito urbano de Valencia tendrá dos competidores menos.

La sensibilidad de la FIA aflora justo el día después del brutal accidente de Felipe Massa y coincide una semana posterior a la muerte de Briton Henry Surtees en la F-2 -recibió el impactó de un neumático en la cabeza y se estrelló contra las vallas de protección-. «Ser consciente de ello, y no tomar ninguna medida para impedir que el automóvil de abandonara el 'pit lane' es irresponsable, al igual que no informar al conductor de este problema», relata el comunicado. De hecho, cuando Alonso se comunicó con el equipo por la radio se pensaba que había sufrido un pinchazo.

Otra tuerca maldita

En Hungría siempre pasan cosas. Algo místico tiene este viejo circuito europeo que arroja historias para no dormir. Ayer, en el renacer de Fernando Alonso, la alegría le duró doce giros. Otra vez una tuerca maldita le privó de la gloria en Hungaroring, idéntica situación a la que vivió en 2006. Por entonces luchaba por el Mundial mientras ahora combate por encontrar su sitio. Además, el error conlleva la expulsión directa del Gran Premio de Valencia del 23 de agosto. Hace tres años fue el mal ajuste de la pieza en la rueda posterior derecha y ayer ocurrió lo mismo en la delantera.

Era el día de Alonso y, aunque el asturiano daba por sentado que el oro era una quimera, sabía que estaría coqueteando con la zona noble y mantenía serias opciones de ser regado con champán en el podio. Fue un sábado magnífico, con una «pole» indiscutible, y el domingo volvió a ser fiable en su salida. Volaba el R29, mucho más ligero de carga que el resto por la estrategia, hasta que empezaron los problemas en la vuelta 5. Un enigma en la bomba de gasolina obligaba a Alonso a estar en permanente disputa con los botones del volante, contratiempo que le obligó a entrar antes al «box».

Algo falló en ese cambio fugaz de neumáticos, rutinaria operación de los mecánicos que casi podrían hacerlo con los ojos cerrados y a la velocidad de la luz. Falló la rueda y una vez retomó la carrera Alonso su coche circulaba más lento que un caracol, siendo engullido por la manada. Intermitente a la derecha cediendo el paso al prójimo hasta que la rueda, mal ajustada, saltó por los aires y rodó alegre en solitario durante unos metros sin lamentar mayor tragedia. Fin de trayecto para Fernando Alonso, que abandonó en la vuelta 16.