JUEVES FLAMENCOS

Pansequito y Aurora, compás y trajo gitano

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La XXVII edición de los Jueves Flamencos 2009 dedicados a la memoria del cantaor gaditano Chano Lobato iniciaron su andadura el pasado día 16 a las 22.30 horas en el Baluarte de la Candelaria, que presentaba un brillante aspecto gracias al nuevo servicio de catering servido por El Faro. Entre los asistentes se encontraban las hermanas del desaparecido artista gaditano, Charo, Manuela, Juani, su prima Luisa Ramírez la de Enrique y su sobrino Antonio. Igualmente estaba entre el público el conocido modisto sevillano Tony Benítez, la creadora gaditana Tere Torres, Rafael Román, el tocaor sevillano Antonio Carrión, Chano Vargas Gómez hermano de los cantaores Manolo Vargas y Cojo Peroche, Conchita Aranda y Bendito, José Luis del Valle Vargas, presidente de la Sociedad del Cante Grande de Algeciras, Manuel Martín Martín periodista y crítico flamenco, Diego Magallanes, pianista y músico flamenco residente en Madrid y muchísimos aficionados que disfrutaron intensamente de esta primera jornada flamenca.

Con la palabra exacta del presentador José Cía Arteaga, arrancaba la primera parte con el cante medido y gaditanísimo de Raúl Gálvez primer premio del Concurso Nacional del Cante por Alegrías 2008 acompañado por el toque de Niño la Leo, quien se templó por soleá de Cádiz, cante difícil donde los haya, que nos hizo recordar al patriarca de los cantes gaditanos Aurelio Sellé. Siguió por alegrías y cantiñas, haciendo bueno su premio del pasado año, y en su línea clásica gaditana no olvidó la malagueña mellicera que hizo acertadamente bien; las palmas de Diego Montoya (que muy pronto estrenará paternidad) y Pedro de Chana fueron el contrapunto ideal para una tanda de tangos al estilo de La Niña de los Peines maestra en este palo, con su letra del «gurugú». Remataron por jaleos extremeños cerrando su actuación con una exquisita tanda de bulerías, con recuerdos en este cante a Beni de Cádiz, la Perla y aquella letra de Pastora que decía: «que bonito está el puente a su paso por Triana, cuando al puente le ponen las banderitas republicanas». El tocaor Joaquín Lineras Cortés Niño de la Leo, estuvo perfecto en su acompañamiento, sin estridencias tocaoras que no llevan a ninguna parte. Así este arranque, nos hacia presagiar lo que luego fue una preciosa realidad.

José Cortés Pansequito del Puerto es un cantaor que tiene lo que los buenos vinos que con el paso del tiempo, ganan en arte y genialidad. Acompañado por el toque jerezanísimo de Diego Amaya y las palmas de Rafael Junquera y El Eléctrico, Pansequito abrió su actuación dedicándosela a Tio Chano Lobato que en una gran foto presenciaba lo que ocurría en el escenario. Hizo alegrías y cantiñas con un sello de majestad y pureza que nos hablaba de su poderío flamenco, el cual a continuación nos dejaba un maravilloso regusto de su buen hacer por soléa de Alcalá, con una letra que nos recordaba a la flamenca gaditana Josefa la de Tollo, cante exquisito en la voz de Panseco que lo bordó de forma magistral, el cual siguió por tarantos de un corte genial y el remate a su actuación llego por bulerías, donde José Cortés, destapó el tarro de las esencias flamencas, cerrando una primera parte sin igual, sin olvidar la maestría de Diego Amaya, quien supo arrancar a su guitarra sones divinos para que el cante de Pansequito, se elevase a alturas celestiales.

Genio y tronío

Aurora Vargas es una cantaora flamenquísima y de una fuerza singular en su cante y en sus pataitas bailaoras. Así la segunda parte con el toque de Diego Amaya y las palmas de Rafael Junquera y El Eléctrico, Rafael García Serrano, nos dejó lleno de su compás por alegrías que nos transportó a los cantes de la hermana de su madre, la sanluqueña María Vargas, haciendo igualmente unas cantiñas de auténtico lujo, para seguir por soleá entre la de Alcalá y remate en la soleá trianera con su coda por bulerías al estilo tradicional. No olvidó Aurora Vargas a la gran Pastora Pavón, de quien nos trajo sus tangos «del color de cera mare», cerrando su actuación por una amplia tanda de bulerías acompañándose la propia Aurora de su baile gitanísimo y flamenco. El final de la noche llegaba cuando el reloj se iba acercando a las dos de la mañana, y así lo puso Pansequito con unas bulerías inigualables acompañadas de su baile personalísimo, de lo que hoy ya no se ve. Las palmas y los bailes en el fin de fiesta de El Eléctrico y el jerezano Rafael Junquera con el toque puro y serrano de Diego Amaya, cerraron un jueves flamenco de auténtico lujo y sabor flamenco.