La Infanta se va a América

Hace casi veinte años, la infanta Cristina abandonó Madrid para estudiar un máster en Relaciones Internacionales en Nueva York. Poco después de su regreso, en la primavera de 1992, se independizó, dejó el palacio de La Zarzuela y se fue a vivir a Barcelona, decisión que reforzó al casarse con Iñaki Urdangarín en 1997 y fijar la residencia familiar en la ciudad condal. Desde entonces lleva instalada allí, trabajando en la Fundación La Caixa y tan integrada que se la conoce como 'la Infanta catalana'. De su hija pequeña, Irene, el ex-presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, llegó a decir que es «catalana por los cuatro costados».

Pero los duques de Palma dejarán pronto su casa en el exclusivo barrio de Pedralbes, con su jardín de 1.300 metros cuadrados, donde han criado a sus cuatro hijo. La discreta infanta Cristina, una mujer a la que es fácil ver con sus retoños en el zoo o pedaleando por parques y calles barcelonesas, regresará a Estados Unidos, donde aterrizó como la primera mujer de la Casa Real española que llevaba un título universitario bajo el brazo. Ahora cambiará la ciudad de los rascacielos por Washington y la soledad de la joven estudiante por el bullicio de una familia numerosa.

Un traslado laboral propiciará esta mudanza. Telefónica, en la que Iñaki Urdangarin trabaja como consejero para su rama internacional, le ha ofrecido el cargo de presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica Latinoamérica en la capital de Estados Unidos, que la multinacional tiene especial interés en que ocupe pronto, según destacó ayer la propia compañía. Actualmente el marido de la Infanta es, además de consejero de esta empresa, presidente de honor del Foro Generaciones Interactivas, constituido por Telefónica junto a la Universidad de Navarra y la Organización Universitaria Interamericana.

La complejidad de organizar el traslado familiar ha impedido a las fuentes de la Casa Real precisar cuándo se materializará el cambio de residencia. Sin embargo, la revista 'Hola', que avanzó ayer la noticia, aventuró que probablemente se retrasará hasta después del verano, coincidiendo con el inicio del curso escolar y después de sus habituales vacaciones en Palma de Mallorca junto al resto de la Familia Real.

Esta publicación afirma que doña Cristina e Iñaki Urdangarín han comenzado ya la búsqueda de un colegio para sus hijos. Entre los candidatos, estaría el Sidwell Friends School. Allí podrían hacerse amigos de Malia y Sasha, dos niñas que no tendrían nada de particular si no fuera porque su padre se llama Barack Obama y es presidente de Estados Unidos.

La estancia de los duques de Palma en Washington podría prolongarse durante al menos dos años, y es probable que Iñaki Urdangarín sea el primero en trasladarse a tierras americanas para preparar la llegada de su familia. Con esta mudanza, doña Cristina cierra un ciclo y regresa al lugar donde aprendió a desenvolverse sola y se formó. Pero no podrá olvidar que es hija de un rey europeo y deberá seguir representando a la Corona en actos institucionales.