Paul Newman

La legendaria luz azul

Fallece Paul Newman, una de las mayores figuras del cine de todos los tiempos, a los 83 años, en su casa y rodeado por su mujer, Joanne Woodward, y sus hijas

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El actor norteamericano Paul Newman murió ayer sábado a los 83 años donde quiso, en su casa de Connecticut, rodeado de su mujer y sus hijas. Hasta en el final demostró ser un hombre cabal, un mito que supo envejecer, que trascendió sus imponentes ojos azules y el papel de galán para dejar una inteligente huella en la interpretación y en la realización con cinco décadas de trabajo. El protagonista de El golpe, El largo y cálido verano, La gata sobre el tejado de zinc o El buscavidas fue también reconocido por su labor humanitaria a través de diferentes organizaciones. Fue, precisamente, un portavoz de la Fundación Dynamo Camp Limestre, con sede en la ciudad italiana de Pistoia y vinculada a las actividades benéficas del artista, en este caso a la ayuda a niños enfermos, la que dio a conocer la noticia.

En agosto pasado, el actor, aquejado de un cáncer de pulmón, decidió abandonar el hospital de Nueva York donde fue ingresado para recibir varios tratamientos de quimioterapia para regresar a su casa y pasar sus últimos días en familia. Fuentes cercanas al actor indican que quería poner en orden «sus cosas». Se había alejado del cine en la primavera de 2007, poco antes de anunciar que estaba mortalmente enfermo. Casado durante más de cuatro décadas con la actriz Joanne Woodward, con la que se emparejó en segundas nupcias y tuvo tres de sus cinco hijas -su único vástago varón falleció de sobredosis- Newman deja para industria del cine más de 60 películas.

Además de su talento artístico, Newman destacó por su actividad política y social. Impulsó en memoria de su hijo la Fundación Scott Newman , destinada a proteger a víctimas de la droga; formó parte de la Alianza para la Defensa del Medio Ambiente; en 1978 representó a su país ante la ONU en la Conferencia para el Desarme; y en 1990 fue nombrado Padre del año por Unicef y propuesto por el congresista demócrata de Connecticut Benjamín de Zino como candidato a gobernador de ese estado. Aficionado también las carreras de coches, el actor impulsó asimismo diversas actividades filantrópicas.

Sin fecha de caducidad

No fue una creación de los estudios y tampoco un producto del star system, pero se labró una fructífera y coherente carrera, mucho más allá de lo que pudiera deparar su espectacular físico. Incluso a pesar de su asombroso rostro. En la memoria de cualquier cinéfilo permanecen los personajes que construyó -seductor, timador, revolucionario, leñador, aventurero, incluso fue Buffalo Bill a las órdenes de Altman-, trabajos con los que superó con éxito el difícil papel de sustituir a los legendarios astros del Hollywood dorado: Clark Gable, Gary Cooper, James Stewart y John Wayne.

Disculpas por actuar mal

Pese actuar en la peor película que se rodó en los 50, El cáliz de plata -su debut en la gran pantalla como esclavo griego fue tan desafortunado que cuando se estrenó en televisión el propio Newman publicó un anuncio en la prensa para pedir disculpas- no sólo sobrevivió, sino que despegó y se hizo un nombre con entidad.

Ganador de tres Oscar -uno por el conjunto de su carrera, otro por El color del dinero, cuando ya había traspasado la barrera de los 60, y en 1993 consiguió el premio especial humanitario de la Academia Jean Hersholt-, su primer papel fue en Marcado por el odio, la biografía cinematográfica de Rocky Marciano, personaje que preparó viviendo en los mismos lugares que el boxeador. Un paso decisivo en su carrera fue La gata sobre el tejado de zinc, donde formó una pareja irrepetible con Liz Taylor que hizo saltar chispas de sensualidad.

Con su interpretación de Brick Pollit consiguió su primera nominación al Oscar, galardón que también acarició con Hud, el más salvaje entre mil, El buscavidas, La leyenda del indomable -se atiborró de huevos cocidos para dar verismo a la más famosa escena-, Ausencia de malicia, Veredicto final y Camino a la perdición, su última aparición física en la gran pantalla fue el año pasado para poner la voz a la cinta animada de Cars.

La despedida

Aunque se habló de que podría volver a compartir fotogramas con Robert Redford, con el que hizo los célebres títulos Dos hombres y un destino y El golpe, el también protagonista de El largo y cálido verano, Dulce pájaro de juventud, Éxodo, Harper, detective privado y El coloso en llamas, anunció el 25 de mayo de 2007 que se retiraba porque no podía trabajar «al nivel» que desearía. «Empiezas a perder la memoria, empiezas a perder la confianza, empiezas a perder la capacidad de invención. Así que es prácticamente un capítulo cerrado para mí», declaró en una entrevista en la cadena ABC este profesional que estuvo a las órdenes de Hitchcock, Huston, Altman, Lumet, Pollack y Scorsese, entre otros grandes.

Sin dramatismos, después de demostrar que la edad no es un inconveniente en Ni un pelo de tonto, añadió que no iba a echar de menos la actuación. «Lo añoraría si estuviera listo para trabajar y no me llegara ninguna oferta», apuntó el también director de Rachel, Rachel y la aclamada por la crítica El efecto de los rayos gamma sobre las mariposas.

Planes de futuro

Había cumplido su deber. Pero El hombre de Mackintosh tenía planes. Estaban sus nietos, las actividades benéficas, la empresa Newman's Own, cuyos beneficios destina a obras de caridad, The Hole in The Wall Gang Campo -asociación que crea campos de asistencia para niños con enfermedades terminales- y el restaurante de comida ecológica cerca de su casa de Wesport, en Connecticut.

El octogenario con mejor aspecto del mundo, que en 1989 felicitó las Navidades a los españoles en televisión, seguirá hipnotizando al público con sus fascinantes ojos, ya cerrados, y por haber escrito algunas de las páginas más memorables del cine.