Zapatero pide al PP que «arrime el hombro» para afrontar la difícil situación económica

Las posiciones entre el Gobierno y el PP no pueden estar más alejadas al tratar la crisis. Unos y otros se acusan de no aportar soluciones y de entorpecer la labor del otro. Hoy se ha vivido un nuevo episodio de este enfrentamiento.

Si el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha exigido hoy al PP que "arrime el hombro" y que realice "gestos" de apoyo a las medidas puestas en marcha para afrontar la situación económica en lugar de acusar al Ejecutivo de ser el causante de esta situación, Rajoy ha advertido al Gobierno de que que "la soberbia no es buena consejera" y ha lamentado su "prepotencia" al no reconocer "cuando alguien que sabe le tiende la mano", y al justificar la crisis económica con que ésta "viene de fuera".

Zapatero ha realizado estas manifestaciones en su discurso de clausura del XI Congreso del Partido Socialista de Castilla y León, que ha elegido a Óscar López como secretario general de esta formación política.

Durante su intervención, Zapatero ha instado el líder del PP, Mariano Rajoy, a que diga públicamente si defiende, entre otras cosas, el incremento de las pensiones mínimas y el de las becas o el diálogo social, y deje la política del "insulto" y sus posiciones "ridículas" ante la situación económica.

Desde otro congreso regional ha replicado Rajoy, concretamente el del Partido Popular andaluz, celebrado este fin de semana en Córdoba y en el que Javier Arenas ha sido reelegido su presidente por cuarta vez. Ahí Rajoy ha situado en la pérdida de confianza por parte de los españoles el principal problema económico.

"¿Qué broma es ésta?"

La sociedad española, ha afirmado el líder de la oposición, "da la talla" y está "a la altura de las circunstancias" cuando hay confianza y, con ella, "la economía funciona", pero en el momento actual es inexistente porque hay un Gobierno "absolutamente incapaz" de tomar decisiones.

Aunque se ha mostrado convencido de que "se saldrá" de la crisis, ha explicado su preocupación por el "cómo y cuándo" se hará, especialmente si ello conlleva un cierre "masivo" de empresas o la pérdida de puestos de trabajo.

Mariano Rajoy se ha preguntado en voz alta lo siguiente: "¿Qué broma es ésta de que no se pueden tomar decisiones y que esto viene de fuera?". A pesar de la crítica implícita, ha "tendido su mano" al Ejecutivo, aunque ha calificado de "prepotente y ridículo" que se consideren las propuestas populares como "de derechas".

Medidas "disparatas"

Lo "ridículo", ha añadido, son medidas "disparatadas" como la devolución de los 400 euros los cuales, además, han dejado de recibir 6,5 millones de españoles que coinciden con los que menos recursos tienen.

Así, ha vuelto a enumerar iniciativas como controlar el gasto público, bajar los impuestos a las pymes, emitir un mensaje de confianza, crear una ley en defensa del mercado, impulsar una mayor competencia en los mercados y diseñar un nuevo modelo de crecimiento.

La oposición, ha reiterado, "está dispuesta" a ayudar al Gobierno, a quien ha acusado de actuar con "prepotencia y displicencia cuando alguien que sabe les tiene la mano".