PINCHITOS MORUNOS

El Colchonismo

Ayer mientras paseaba por el barrio de La Viña después de comerme un magnífico atún encebollao que me hizo mi madre, al torcer una esquina, casi me atropella un flex multielastic. El portador del colchón, al verme en peligro, se disculpó con la exquisitez que acompaña al gaditano y me dijo «perdona pisha», y siguió el, con su colchón, Corralón abajo, con la misma elegancia con que un penitente porta la bandera de los 25 años de fundación de su cofradía.

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Yo no sé si a ustedes les habrá pasado alguna vez lo mismo, pero hay que ver que de colchones se mueven en Cádiz de un lado para otro. En ninguno de mis viajes internacionales he visto nada igual. Como se mueve un colchón en Cádiz, no se mueve en ninguna otra parte del mundo. El colchonista de ayer viernes era un porteador a pie. El pobre mio iba fatal, como el chícharo de una ensaladilla que se queda sólo en un plato hasta rebañao y es retirado por el camarero pensando «a mi no me quieren», sabiendo que terminara en la basura compartiendo penas y miserias con un hueso de pollo asao, hasta chupao.. El colchonista era como Jesús de Nazaret camino del Colgota pero en gaditano descansado, porque esta cruz era en forma de colchón y siempre queda la cosa de que si vas fatal pues en vez de que ayude el Cirineo, te echas la siesta a la altura de San Felix.

Pero si hay un colchonismo en Cádiz que me emociona sobremanera es el transportado en vehículo con tracción a dos o cuatro ruedas (no empleo la palabra coche porque esta ciudad se ha vuelto tan fina que ya a los desvios de carreteras de toda la vida le llaman bypass como si en vez de ser regulado por la Policía Local fuera regulado por el cardiólogo de guardia del Puerta del Mar. En Canalejas no habrá atascos, habrá obstrucciones de la vía por parada repentina de vehículo eliminador del desperdicios biodegradables, vulgo el camión de la basura. Con el Ayuntamiento de Cádiz, sí).

A mi me emociona ver en Cádiz a dos tios montados en un Vespino, eso sí con casco, en rigurso meyba floreado y torso moreno al aire, portando en circense equilibrio, un colchón en lo alto. Ahora, al tio no se le cae el cigarro de la boca y cada vez que recibe alguna mirada contesta con los ojos, sin decir palabra si quiera: «¿qué pasa, carajo?». Va el de atrás como en posición de crucificado portando el colchón mientras que el conductor aguanta el flex con la cabeza a la altura del tercer multielastic y así cruzan media avenida, se meten por el bypass de Canalejas e incluso se echan agua pa refrescarse en la fuente de las Tortugas.

Siempre me he preguntado porque en Cádiz se transportan tantos colchones. No sé si habrá estadísticas sobre el tema pero si hay una cosa que me preocupa, Pepe Blas: En caso de que un colchón cambie de domicilio ¿dónde hay que empadronarlo?