
Bruselas se suma a las rebajas y sitúa el crecimiento español en el 3% para 2008
Almunia justifica el recorte de cuatro puntos en el endurecimiento de las condiciones crediticias por la crisis bursátil, la subida del petróleo y la inflación El Gobierno ya admite que a finales de año tendrá que modificar su estimación
Actualizado: GuardarLa Comisión Europea no ha tardado mucho en unirse a la mayoría de entidades nacionales y extranjeras que pronostican para 2008 un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español inferior a la estimación oficial que mantiene el Gobierno, situada en el 3,3%. Bruselas, sin embargo, la fijó ayer en el 3% tras corregir a la baja sus cálculos anteriores y coincide así con el dato que se maneja en el Banco de España. De hecho, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, admitió hace poco que a la vista de los efectos de las turbulencias financieras -tanto en este ejercicio como en el próximo- y de la subida de la inflación es «probable» que el alza final de la economía está más cerca de esa segunda cifra.
En cualquier caso, desde su departamento se ha intentado quitar hierro al debate sobre esas previsiones, «décima arriba o décima abajo». El martes pasado, el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, dijo incluso que no sería «nada dramático» que al final se estuviera más cerca de un crecimiento del 2,7%, como prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI), un dato que a su juicio «no estaría nada mal». En el Ministerio de Economía se mueven ahora sobre un escenario próximo al 3% que, según sus responsables, «no conllevaría dificultad alguna para cumplir con las cifras incluidas en los Presupuestos de 2008».
Más cauta
El caso es que en apenas dos meses la Comisión se ha vuelto mucho más cauta o más pesimista, según los gustos. Un descenso de cuatro décimas respecto al crecimiento que en septiembre pasado preveía para España de cara a 2008 y 2009 no es, sin duda, una revisión pequeña. El responsable comunitario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, lo justificó, sobre todo, en el endurecimiento de las condiciones crediticias derivado de las turbulencias financieras iniciadas en verano. No se olvidó tampoco de la inflación que, si bien en España se mantiene «persistentemente» por encima de la media de la zona euro, se ha incrementado en toda la Unión, empujada por las subidas del petróleo, las materias primas e incluso de los salarios.
También aludió al ajuste que ya se registra en el sector de la construcción y al debilitamiento de la demanda interna española, si bien insistió en que los datos de que dispone le hacen pensar en una desaceleración gradual del mercado de la vivienda y no brusca. Habló, asimismo, del empleo, donde señaló una creación que, aunque «menor» (2,1% el próximo ejercicio), «para si la quisieran otros países». Lamentó, a su vez, que el déficit exterior no dé síntomas de recuperación, sobre todo ahora que las condiciones de financiación son más duras.
Un 2,3% para 2009
Conforme a las nuevas previsiones emitidas desde Bruselas, España crecería este año un 3,8% y la zona euro un 2,6%, en ambos casos una décima más de lo que se pensaba en septiembre. De cara a los dos ejercicios siguientes la situación sería mucho menos alentadora. El PIB español aumentaría un 3% en 2008 (ocho décimas por encima del alemán, un punto más que el francés y el doble que el italiano) y el europeo un 2,2%, mientras que en 2009 las subidas serían del 2,3% y el 2,1%, respectivamente. Para el conjunto de la UE-27, las estimaciones son del 2,9% en 2007, el 2,4% en 2008 y el mismo número en 2009.
Un tercer elemento que perturba el horizonte del crecimiento europeo, junto a las tormentas financieras llegadas de EE. UU. y el encarecimiento del crudo, es la fuerte apreciación del euro, que alcanzaba ayer un nuevo récord histórico por encima de 1,47 dólares, lo que perjudica las exportaciones del Viejo Continente y facilita las compras en los países que utilizan la divisa estadounidense. «El crecimiento económico se vuelve más moderado y los riesgos sobre las perspectivas aumentaron claramente», dijo Almunia que, sin embargo, precisó que el «impacto negativo debería ser limitado».
En cuanto a la inflación, Bruselas mantuvo su previsión sin cambios para 2007 en el 2% dentro de la zona euro, y lo elevó una décima más para el año siguiente, al considerar que los riesgos «van a aumentar».