CHARLETAS GADITANAS

El muelle

Así es como siempre se le llamó al puerto de Cádiz. Conocí el muelle sin rejas, llegaba el cantín hasta donde hoy están los edificios del Trocadero y el Fénix, precisamente era allí donde atracaba el falucho de Rota, barco este con una vela y un motor, que venía diariamente de la Villa roteña con algunos viajeros, normalmente para el médico o para arreglar algún papel en algún centro oficial, y sobre todo a traer aquellas frutas y verduras maravillosas que se criaban en aquella zona antes de estar la base naval. Donde hoy está la reja, desde el paseo de Canalejas, estaba la vía del tren y delante había una explanada que era donde se ponía las atracciones que venían a Cádiz, como circos, teatros de variedades o algunos cacharros para los niños.

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Estuvo en ese lugar un cine de verano que se llamaba Bahía, recuerdo que la noche de la Explosión del año 1947 se ponía en ese cine la película de Jorge Negrete que se llamaba Me he de comer esa tuna, el empresario de este cine era el recordado Antonio Martín de Mora. También estuvo aquí el Club Náutico, que creo que fue el primer sitio donde se instaló.

Estuvo en aquel lugar una caseta con una serie de aparatos que marcaban el tiempo, la humedad, las mareas, etc. y que no era muy fiable, pero mayormente servía para resguardarse de la lluvia o el calor o quedar citado con alguien. Viene todo esto a que me he llevado una gran alegría al leer que se va a llevar a cabo una extraordinaria remodelación del muelle para dar cabida a una serie de más actividades que indiscutiblemente traerán negocios y trabajos a nuestra ciudad, y estas son las cosas que hay que procurar, ya que fiestas y diversiones tenemos bastantes. Tenemos que vivir de cara al mar, el puerto para el trabajo y las playas para el turismo.