El Papa Francisco, en una imagen de archivo
El Papa Francisco, en una imagen de archivo - EFE

El Papa, en el Ángelus: «Ninguna condición humana puede constituir motivo de exclusión»

Francisco explica que, a los ojos de Dios, ninguna persona tiene privilegios sobre otra

Corresponsal en el Vaticano Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una curiosa cuenta atrás ha precedido la aparición del Papa Francisco en la ventana de su estudio del Palacio Apostólico. Los niños y jóvenes de Acción Católica Italiana le han dado así la bienvenida al Santo Padre que un domingo más ha presidido el rezo del Ángelus. Como es tradicional cuando los pequeños de este movimiento acuden al Ángelus, el Papa de nuevo les ha invitado a compartir la ventana en el Palacio Apostólico. Los niños, que participaban en la llamada «Caravana de la paz», le han explicado que su proyecto caritativo de este año ha estado destinado a otros niños, los que sufren la guerra o tienen que huir de sus hogares. A estos niños y jóvenes de Acción Católica se ha unido en la plaza un nutrido grupo de religiosos y consagrados que durante este fin de semana celebran en Roma el final del Año de la Vida Consagrada.

Este lunes tendrán una audiencia especial con el Papa Francisco en el Aula Pablo VI.

En su alocución previa al rezo del Ángelus, el Santo Padre se ha apoyado en un pasaje del evangelista Lucas que relata cómo Cristo predica con dureza en la sinagoga y, por ello, están a punto de arrojarlo por un precipicio. El Papa Francisco ha explicado que se trata de un ejemplo de cómo actúan la envidia y los celos y ha aprovechado para aclarar que cualquier persona puede experimentar estos sentimientos, también las personas religiosas. Se trata de una fuerte tentación: «Es la tentación de considerar la religión como una inversión humana y, por tanto, ponerse a «contratar» con Dios buscando el propio interés». La verdadera religión poco tiene que ver con esto, -ha asegurado el Papa-, sino que consiste en «acoger la revelación de un Dios que es Padre, que se preocupa de cada criatura, incluso de la más pequeña e insignificante a los ojos de los hombres». Porque la venida al mundo de Cristo precisamente encierra este significado, que la salvación no es exclusiva de unos pocos ya que «ninguna condición humana puede constituir motivo de exclusión» del corazón del Padre. A los ojos de Dios, -ha continuado el Pontífice-, «el único privilegio es el de no tener privilegios. Ninguna persona tiene «padrino»».

Por último, el Santo Padre ha insistido en que Dios es para todos, que Dios «viene al encuentro» de cada uno «en la situación concreta en que se encuentra», que Dios siempre «nos busca» y que Dios siempre «da el primer paso y nos viene a visitar con su misericordia».

Después del rezo del Ángelus, el Papa ha recordado que este domingo se celebra la Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra. Ha lamentado que la enfermedad no se haya erradicado por completo en el mundo y ha recordado que, si bien cada vez hay menos casos, «por desgracia todavía sigue afectando a las personas más pobres y marginadas». Por eso, ha hecho un llamamiento a la solidaridad y ha agradecido el trabajo de las personas que asisten a estos enfermos.

Ver los comentarios