La intensa tormenta de Colònia de Sant Pere, un fenómeno que se produce una vez cada mil años

La Aemet explica que el fenómeno por el que se descargaron 232 litros por metro cuadrado en la localidad es muy «extraño»

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Colònia de Sant Pere ha vivido su tormenta del milenio. Las precipitaciones registradas este lunes en el nordeste de Mallorca han sido tan excepcionales, por intensidad y duración , que la probabilidad de que se registren 162 litros por metro cuadrado en Artà es de una vez cada 80 años; pero en Colònia de Sant Pere la probabilidad de repetir los 233 litros por metro cuadrado es de una vez cada mil años , según las estimaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

La receta meteorológica para el desastre tuvo al menos tres ingredientes. Por una parte, un embolsamiento de aire frío en las capas medias-altas de la atmósfera (la DANA o gota fría), que junto al viento proveniente del este , cargado de humedad, generaron en el entorno de la isla de Mallorca las condiciones propicias para las precipitaciones. Pero las lluvias torrenciales se produjeron en una zona muy local.

«Se formó lo que se llama un "tren convectivo" . Convectivo porque las nubes se forman por las corrientes de aire que van desde la superficie del mar hasta las capas altas de la atmósfera, mientras que el "tren" hace referencia a que estas nubes de tormenta se van sucediendo una tras otra», explica el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo.

Esa concatenación de nubes fue determinante para el desastre. Durante unas seis horas , la lluvia cayó con intensidad siempre en la misma área. La DANA se colocó sobre Mallorca. El agua evaporada de la superficie del Mediterráneo, que se había quedado acumulada en la masa de aire, ascendía por la inestabilidad atmosférica. «La temperatura del agua del mar está por encima de lo habitual para estas fechas. Aunque este factor por sí mismo no es determinante para provocar precipitaciones, al haber más evaporación, puede ayudar a que la intensidad de la lluvia sea mayor», explica Del Campo.

En menos de 24 horas, las lluvias dejaron 233 litros por metro cuadrado en Sant Pere; 220 litros por metro cuadrado en Sant Llorenç des Cardassar; hasta 200,5 en el núcleo urbano de Artà y 157 en las afueras. Sin embargo, a tan solo ocho kilómetros, en Manacor, se recogieron 23 litros por metro cuadrado. Al año, lo normal es que se recojan entre 600 y 800 litros por metro cuadrado en Mallorca.

Pese a todo, las cifras de Sant Pere no son el registro más alto de España . «La torrencialidad es una constante en nuestro clima, en otoño no es raro que ocurra en las regiones mediterráneas», explica Del Campo, que cuenta que en muchas ocasiones se han superado los 200 litros por metro cuadrado. El récord nacional de precipitaciones acumuladas lo tiene Gandía, en donde el 3 de noviembre de 1987 se registraron 720 litros por metro cuadrado en 24 horas. Oliva, en cambio, tiene el récord de precipitación acumulada en 48 horas con 817 litros por metro cuadrado.

Difícil de predecir

La excepcionalidad de estas lluvias torrenciales se añaden a la dificultad para predecir fenómenos tan locales. El lunes la Aemet ya tenía activado el aviso amarillo para Mallorca por fuertes precipitaciones, que elevó a naranja y a rojo según fueron pasando las horas. Un aviso naranja implica en torno a 30-40 litros por metro cuadrado. A partir de 60 litros, es lluvia torrencial.

«Es muy difícil predecir una precipitación tan intensa y tan localizada», dice Del Campo. «Los mapas con los que trabajamos no alcanzan tanta precisión », corrobora Mar Gómez, meteoróloga de Eltiempo.es. «Las cantidades no se pueden prever hasta horas antes ».

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