ESPAÑA

Zapatero reclama a Rajoy su ayuda para hacer realidad el fin de la violencia

El presidente reconoce la labor del PP en la lucha antiterrorista y estima esencial su apoyo al Gobierno El jefe del Ejecutivo anuncia que se tomará un tiempo para comprobar la voluntad de los etarras

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José Luis Rodríguez Zapatero solicitó ayer a Mariano Rajoy ayuda para llevar a buen puerto la «esperanza» que abrió ETA con el anuncio de una tregua permanente. Emocionado, el presidente del Gobierno mostró su faceta más institucional y conciliadora al realizar una declaración muy meditada, en la que trató de acabar de un plumazo con el enfrentamiento que en los últimos meses ha dividido a su Gobierno y al PP en la lucha antiterrorista.

Sus primeras palabras fueron para recordar a las víctimas, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, a la sociedad vasca y para solicitar a todos los partidos, en especial al PP, su apoyo para abrir un proceso que termine de forma definitiva con la banda terrorista. También trasladó a los ciudadanos dos mensajes opuestos: «será un proceso largo y difícil», aunque «podríamos estar ante el principio del fin» de ETA.

Rodríguez Zapatero apareció en el Parlamento a primera hora de la tarde con un semblante serio que contrastaba con las amplias sonrisas de su grupo parlamentario y de aquellos que se acercaron a felicitarle. La alegría entre los diputados socialistas era evidente, más aún entre dirigentes vascos como Ramón Jáuregui y Eduardo Madina, quienes se besaron y abrazaron, incapaces de reprimir su emoción.

Consciente de la euforia desatada, la primera consigna del Gobierno al conocer el comunicado fue la de pedir prudencia por las malas experiencias que otros ejecutivos tuvieron con las treguas anteriores. Una cautela que obligó a Rodríguez Zapatero a recordar que los próximos meses serán «largos, duros y difíciles». No obstante, el presidente del Gobierno está decidido a no desaprovechar esta oportunidad y cree que no podrá lograrlo a menos que todos los partidos, y en especial el PP, le apoyen para resolver el principal problema que España arrastra desde hace casi medio siglo. Por ello, obvió en la sesión de control al Gobierno las condiciones que Rajoy le puso para brindarle su apoyo y dio por hecho que el PP mantendrá una actitud digna de su trayectoria en la lucha contra ETA.

Sensatez

«Nos han separado muchas cosas en los últimos tiempos, pero tengo el convencimiento de que ustedes desean, igual que todos los españoles, el fin de la violencia, que lo desean hacer a través de la democracia, de la legalidad, de la sensatez», subrayó. En lugar de destacar la soledad del PP, esta vez Rodríguez Zapatero puso el acento en la importancia que tiene un partido que representa «a un número tan importante de ciudadanos» y consideró que su concurso en este proceso será «esencial» para que concluya «como todos deseamos».

«Créame, tengo confianza en ustedes, que han luchado mucho por el fin del terrorismo». El presidente del Gobierno se comprometió ante la Cámara a ofrecer a Rajoy la «máxima información y colaboración para que podamos ver ese horizonte de esperanza que nos una». «Lo necesita la democracia», sentenció en un discurso que fue muy aplaudido por los socialistas y que esta vez no interrumpió el PP.

Cautela

Las palabras del presidente reflejan la cautela de una gran parte del Gobierno y de la dirección del PSOE, que temen que el PP se descuelgue de este proceso y lo utilice para vapulear y acusar a Rodríguez Zapatero de ceder ante los terroristas. Algo que, creen, podría dinamitar la posibilidad de acabar definitivamente con la banda terrorista.

De ahí los esfuerzos del presidente del Gobierno por atraerse al primer partido de la oposición tras el anuncio de la tregua. El líder del PP fue el primer dirigente político con el que intentó contactar el jefe del Ejecutivo después de que el CNI le informara del alto el fuego durante una reunión que mantenía esta mañana con Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

Antes de conseguir contactar con el líder de la oposición, el presidente del País Vasco, Juan José Ibarretxe, se puso en contacto con el jefe del Ejecutivo. Cuando por fin pudo conversar con Rajoy, Rodríguez Zapatero le emplazó a mantener una reunión la próxima semana para informarle en más detalle de esta «buena noticia».

Por último, en un día que muchos miembros del Gobierno calificaron como «histórico», el jefe del Ejecutivo frenó las expectativas y se apuntó a la mesura: «Iré con calma, con prudencia, cubriendo cada etapa y cada paso con el máximo consenso de las fuerzas políticas en el ámbito de la democracia y la legalidad, que es lo que tiene que dar el empuje definitivo para el fin de la violencia».

Rodríguez Zapatero desveló que después de entrevistarse con los líderes políticos se tomará «un tiempo» para contrastar que las intenciones de ETA son reales y no una trampa. Hasta entonces no comparecerá ante el Parlamento, como prometió en el último debate sobre el Estado de la Nación, para pedir el apoyo formal de las Cortes Generales ante unas posibles conversaciones.