Sociedad

San Valentín innova

Joyas de silicona, oro en tratamientos de estética o palabras de amor en un globo. Aún es posible ser original con los regalos a la pareja en el día más amoroso y comercial

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Cena romántica a la luz de las velas en restaurante de moda. Catorce de febrero. San Valentín. Él la mira, se echa la mano al bolsillo y le entrega una rosa de plástico que guarda en su interior un colgante en forma de corazón partío en el que reza: «Te quiero, churri». Cualquiera es libre de caer en el tópico y arriesgarse a escuchar de su amada un «Qué bonito...» que esconde un «Qué hortera...». Sin embargo, no todo está perdido para los enamorados sin ideas. Salpicadas en un océano de rosas, anillos, perfumes y corbatas, existen cosas originales para hacer y regalar. Una joya de silicona, tres días buscando alces en moto de nieve o las clásicas perlas y el oro en forma de tratamiento para la piel pueden servir para salvar la papeleta rosa con mucha dignidad y pasando un buen rato.

Sin duda, las estrellas de San Valentín son y han sido las joyas, aunque hay opciones más actuales que la plata y el oro. Las piezas que elabora el artista afincado en Madrid Joaquín Blanco están hechas de silicona y resina, y de sus manos salen todo tipo de motivos en un chorro de innovación en las formas, texturas y colores.

Los adictos a los regalos hechos de materias preciosas también pueden salirse del rebaño obsequiando a su pareja con un baño de oro o de perlas. En plena moda de las terapias naturales y los tratamientos relajantes, surge Spa Marine Privilege que se ofrece en el centro de Marina Sánchez Montero -en la Plaza de Jerez de Cádiz-. Se trata de dos tratamientos totalmente innovadores que mezclan el lujo y la originalidad. «Sin olvidar su cometido de devolvernos una piel nueva, relajada que hace que nos luzca aún más joven», dice la propia Marina Sánchez Montero.

Los más exquisitos del confort pueden elegir entre un tratamiento a base de oro y otro a base de perlas. «La terapia comienza con un ritual inicial que permita al cliente relajarse, olvidar las tensiones diarias y sumirse por completo en el tratamiento». El primer masaje corporal combina musicoterapia y cromoterapia, «así trabajamos todos los sentidos posibles que nos ayuden a desconectar poco a poco».

A continuación, según el tipo de tratamiento elegido, se aplican envolvimientos bien de perlas negras o blancas, o bien de oro, precedidos de una exfoliación tanto facial como corporal.

Una vez retirada la envoltura realizamos un masaje integral con piedras energéticas. «La finalidad de este masaje es el bienestar y la relajación. Permite eliminar tensiones físicas y liberar emociones». En total, una hora y quince minutos del San Valentín relajado a cambio de 50 euros para el tratamiento de perla facial y corporal, y 40 euros para el corporal de oro.

Amor bajo cero

Si se trata de viajar y buscarse un sitio romántico donde decir todo lo bonito y guapo que es el otro, una buena opción es perderse en un bosque nevado en Anttila, en los Värmlands suecos, en la frontera con noruega y a 500 kilómetros al noroeste de Estocolmo. Una buena ropa de abrigo es suficiente para perderse en el paraíso rural y silencioso de nieve y pinos que regentan Jan y Petter, que han trasladado hasta su finca una decena de acogedoras cabañas de madera, algunas de ellas construidas en el siglo XVIII.

Además de las carantoñas, quedan muchas cosas por hacer en Anttila: buscar alces y lobos en travesías por el bosque en motos de nieve, aprender conducción deportiva sobre un lago helado a los mandos de un Ford Galaxie, subirse a un trineo tirado por perros o presenciar atardeceres que duran más de dos horas desde lo alto de una colina con un reconfortante trago de licor Jagermeister. Cuando cae la noche, una buena decisión es pasar un par de horas a la luz de las velas en una sauna tradicional construida en el siglo XVII. Los más valientes pueden probar la electrificante sensación de salir de la cabaña y saltar desnudos de cabeza a la nieve virgen.

Para reponer las energías, nada mejor que carne de alce cazado por Jan y Petter, un delicioso Pitt y Panna con huevos fritos, o salmón magro a la plancha. Todo producción propia. Pese al lujo rural que ofrece, Anttila no pone su precio por las nubes, y, al margen de las actividades suplementarias, tres días de mimos a veinte grados bajo cero para dos personas se saldan con 200 euros.

Los que, por razones de tiempo o dinero no puedan llegar hasta los Värmlands, pueden marcarse un detalle en su propia casa y salir de la rutina por 74 euros, los que vale un desayuno especial de San Valentín que envía la empresa Regalooriginal.com. Por ese precio, la pareja recibe una cesta con cava, tazas, termo con café, zumos, magdalenas, pastas, peluches, bombones, un globo en forma de corazón y una vela perfumada, entre otros productos.

A los cuatro vientos

Algunos amantes sienten la necesidad de predicar su amor por el otro y declararse a los cuatro vientos. La rodilla en tierra en el plató de televisión, técnica que rompió moldes hace unos años, ha perdido el punch por la cantidad de parejas que lo han hecho, algunas con mejor resultado que otras.

A la hora del te quiero en público también se puede innovar. Una de las maneras es alquilar una avioneta durante algunas horas para que el «Yo te adoro, Carmeluchi» sobrevuele la cuidad impreso en una pancarta. A lo grande.

La técnica también ha evolucionado en este aspecto, y algunas empresas ofrecen nuevos servicios. Menos espectacular que una avioneta, aunque posiblemente más efectivo en febrero, es colocar un pequeño zepelin portador de mensajes amorosos en algún lugar clave de la ciudad. En Cádiz se pueden contratar los servicios de Green Aerostación, aunque la demostración de amor eterno no está al alcance de todos los bolsillos. «El primer día cuesta alrededor de 950 euros, ya que lo más caro es llenar el hinchable de helio. Luego el precio baja mucho», dice Jesús González Green, que admite que no es una mala idea, aunque recomienda otras propuestas para el día de San valentín, como la declaración de amor en el aire.

«Últimamente varias personas nos han pedido hacer un viaje en globo para declararse», admite González Green, que narra cómo, en algunas ocasiones, las parejas se han pedido en matrimonio en la cesta del globo. «La última vez fue bastante divertido. En el globo viajaban ocho personas: la pareja y otros seis. De pronto, él le pidió a ella que se casaran y ella, un poco cortada, dijo que sí. Todos aplaudieron, hubo risas y les dieron la enhorabuena», cuenta el empresario, que recuerda cómo su padre llegó a casar a una pareja en el globo. «Los pilotos de globo podemos hacerlo y luego basta con pasarse por el registro civil», propone.

¿Se acuerdan de aquella balada que bailaban agarrado cuando se conocieron en aquella discoteca? Hoy, que 15.000 canciones caben en un bolsillo, no hay excusa para no responder la pregunta. Los gadgets de audio portátil pueden ser un buen obsequio para el día de San Valentín, sobre todo si se llena de los cientos de canciones que fueron la banda sonora de la pareja.

Aquella balada

El todopoderoso iPod, además de contener hasta 15.000 canciones, fotos y vídeos, se ha convertido en todo un complemento de moda para lucir en cafés y aeropuertos. Por otra parte, Apple permite grabar gratuitamente el gadget, con un mensaje de cariño y hacerlo, de esa manera, sentimentalmente intransferible.