acusaciones realizadas por el ministro iraní de Asuntos Exteriores

El Gobierno británico rechaza la acusación de Irán de su implicación en dos atentados

"La sugerencia del Gobierno iraní de que hemos tenido algo que ver con los ataques de ayer en el sur de Irán es, obviamente, ridícula"

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El Gobierno británico ha tildado hoy de "ridículas" las declaraciones en las que el régimen de Teherán ha acusado al Reino Unido de colaborar en dos atentados que ayer quitaron la vida a ocho personas en el suroeste de Irán. "La sugerencia del Gobierno iraní de que hemos tenido algo que ver con los ataques de ayer en el sur de Irán es, obviamente, ridícula y merece ser tratada con desprecio por toda la comunidad internacional", afirmaba un portavoz del 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, Tony Blair. "Por supuesto, condenamos los atentados de ayer. Nunca puede haber ninguna excusa para el terrorismo", subrayaba la misma fuente.

No obstante, el portavoz oficial añadía que "culparnos a nosotros, y no a los terroristas responsables, recalca por qué existe una preocupación internacional tan amplia sobre este Gobierno iraní". El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manouchehr Mottaki, acusaba hoy al Reino Unido de colaborar con los autores de los dos atentados, cometidos en la ciudad de Ahvaz, capital de la rica provincia petrolera de Juzestán y cercana a la frontera con Irak. "Su cooperación, ya sea desde Londres o desde Basora (sur de Irak), está clara y con esta firmeza se lo diremos a los responsables británicos", declaraba Mottaki.

El titular iraní de Exteriores reiteraba que "los atentados de ayer fueron perpetrados por aquellos que tienen orgullosas fotografías junto a oficiales británicos, disfrutan del apoyo de los mandos del Ejército británico y usan sus recursos en Basora", donde está desplegado el grueso de las tropas del Reino Unido en Irak. La zona de Juzestán, próxima a Basora, ha sido escenario en los últimos meses de conflictos entre la población árabe, mayoritaria en esta región fronteriza, y las autoridades centrales persas.

Los árabes denuncian que el Gobierno de Teherán ha diseñado un plan para "desarabizar" esta zona, de alto valor estratégico, ya que bajo su subsuelo se encuentran gran parte de las ricas reservas petroleras de Irán, segundo mayor productor de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El régimen de los ayatolá ha denunciado que el brote de violencia en la zona ha sido animado por las tropas británicas desplegadas en la vecina provincia iraquí de Basora, extremo que ha negado el Gobierno de Londres.