La ministra Ana Mato. / Efe
EL ENTORNO DE LA MINISTRA

El mal partido de Ana Mato

Jesús Sepúlveda se fue de casa para vivir con su jefa de prensa, una mujer veinte años más joven, hija de Elsa Baeza. Pero todavía hoy sigue casado con la ministra y recibió los presuntos sobornos de la trama Gürtel antes de firmar la separación de bienes

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Pulcro, elegante, viste trajes al más puro estilo 'british' y tiene preferencia por los zapatos castellanos. Siempre con pañuelo o corbata, bien peinado y perfumado. Así es el 'look' al que Jesús Sepúlveda Recio (Madrid, 1954) se ha mantenido fiel desde que estudiaba la carrera de Derecho. "Un dandi, un 'gentleman', solo un pelín acomplejado por su escaso cabello. Su estilo, aunque es bajito de estatura, gusta mucho a las mujeres", cuenta gente de su entorno más próximo. A las jóvenes, pero también a las más maduras, esas que le jaleaban después de abandonar en 2009 la Alcaldía de Pozuelo de Alarcón por su implicación en el caso Gürtel, y le pedían que se presentara a las siguientes elecciones municipales al grito de 'torero, torero'. El exregidor, exsenador y marido de la ministra de Sanidad, Ana Mato (están separados pero no divorciados), ha dejado una huella indeleble en el municipio más rico de Madrid, el que acoge el mayor porcentaje de celebridades, políticos y millonarios por metro cuadrado. Allí gobernó seis años y ejecutó polémicas infraestructuras, hasta que su imputación en el escándalo de corrupción le obligó a dimitir y a suspender su militancia en el PP, el partido al que ha servido toda su vida y que sigue enviándole el sueldo a casa aunque no aparezca por la sede de Génova. Cuentan que cobra unos 2.000 euros por redactar informes.

Jesús Sepúlveda y su hermano Javier nunca tuvieron problemas de dinero. Su padre, oriundo de la localidad toledana de Puebla de Almoradiel, heredó una gran fortuna con la venta de las fincas de la familia. Los hermanos Sepúlveda aún conservan algunas tierras en la zona: el propio exalcalde de Pozuelo se personó recientemente en el Ayuntamiento para protestar por la recalificación de una parcela de viñedos que conlleva una subida en el recibo de la contribución. Allí todavía vive Antonio Sepúlveda, un tío suyo ya mayor que no quiere hacer declaraciones "porque no comulgo con sus ideas".

Los conocidos de Jesús Sepúlveda en Madrid coinciden en que siempre ha vivido muy bien, al igual que Ana Mato, de la que no ha llegado a divorciarse "por los hijos". Es más, un informe de la Agencia Tributaria del 30 de junio de 2009 revela, en contra de lo afirmado por la ministra, que entre 2000 y 2005 Sepúlveda y Mato convivían en régimen de gananciales. Años polémicos, ya que fue durante ese periodo cuando presuntamente recibió de la trama Gürtel y de su cabecilla, Francisco Correa, al menos 442.992 euros en dinero negro, coches de lujo, pago de viajes y hoteles para su esposa (a quien llegaron a obsequiar con bolsos de Louis Vuitton), además de sufragar el coste de fiestas familiares, incluida la comunión de su hija pequeña. La Oficina Nacional de Investigación del Fraude (Onif), dependiente de la Agencia Tributaria, también ha desvelado que en 2003 llegó a cobrar 123.863 euros de varios sueldos públicos (del PP, del Senado, de la Alcaldía de Pozuelo y de otras sociedades, una de ellas, Astrolago, compartida con el extesorero del PP Luis Bárcenas y el exdiputado Jesús Merino).

El matrimonio podía permitirse así vivir con sus tres hijos (el mayor, de 23 años, y dos hijas de 20 y 16) en la exclusiva urbanización Monteclaro de Pozuelo de Alarcón. Ana Mato, que acudió con Jesús Sepúlveda a la boda de la hija de Aznar en 2002, ha dicho estos días que se habían separado dos años antes. Sin embargo, su marido siguió durmiendo en la casa familiar al menos hasta 2005, cuando se consolidó su relación sentimental con su jefa de prensa, Natalia Bosch Baeza, hija de la cantante Elsa Baeza y del actor Joaquín Krémel.

Sonado romance

El romance pronto se convirtió en la comidilla del Consistorio, de todo el pueblo y del partido. Natalia, que entró al servicio de Sepúlveda en 2003, cuando este recogió el bastón de mando de Pozuelo, canceló su boda con un profesor de surf justo tres días antes de celebrarse. En 2005 Natalia y Jesús se instalaron en La Finca, en una casa que, según Tomás Toribio, amigo del exregidor y comerciante de Pozuelo, les dejó Luis García Cerezuela, el fallecido promotor de esta exclusiva urbanización, donde tienen chalé Cristiano Ronaldo o Penélope Cruz.

Cercano, amable y educado, pero de carácter "muy influenciable", Sepúlveda "se dejó llevar por la ambición de su novia (más de veinte años más joven que él), que le cambió en todo", relata una persona muy próxima al exalcalde que prefiere omitir su identidad. "Empezó a alejarse de la gente del pueblo y a hacer ostentación de su buena vida. Se lo reprochábamos, pero no nos hizo caso. Llegó a admitir que se había juntado con malas compañías (por Francisco Correa), pero nunca, por más que le advertimos, que su relación con ella le perjudicaba". La relación y la convivencia se rompieron poco después de ser imputado en la trama Gürtel, en 2009. Los teléfonos dejaron de sonar, se quedó sin novia y sin amigos. "Se sintió muy solo y adelgazó mucho", recuerda la misma fuente.

De la mano de Aznar

El hombre que siente pasión por los zapatos y por los trajes de estilo inglés y que cuida su físico a base de machacarse con la raqueta de pádel empezó a ser alguien en política de la mano de José María Aznar. Tenía 32 años cuando el entonces presidente de Castilla y León le encargó la misión de configurar una estructura de partido para poner coto a los desmanes de los virreyes de las nueve provincias de la comunidad. El líder popular acababa de ganar las elecciones y fichó al matrimonio para trabajar en Valladolid. Ana Mato fue nombrada subdirectora del Gabinete del presidente que dirigía Carlos Aragonés, otro madrileño que junto al diputado Miguel Ángel Cortés o el periodista Miguel Ángel Rodríguez formarían parte del núcleo duro del 'clan de Valladolid', que después controlaría el partido desde la sede de Génova y coparía altos cargos durante los ocho años de Aznar en La Moncloa.

En 1989, cuando Fraga nombró sucesor a Aznar en la presidencia del partido, Ana Mato le siguió, pero su marido se quedó dos años más en Castilla y León. Periodistas que le conocieron por aquella época destacan su amabilidad, su carácter jovial y su entrega a la causa: "Buscó la participación de la gente, de dentro y de fuera del partido. Hizo equipos, controló congresos internos y procesos electorales. Trabajó bien".

Sepúlveda fue miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP y secretario nacional del Área Electoral. En 1993 salió senador por Murcia, escaño que revalidaría en elecciones sucesivas, hasta que en 2003 dimitió para ser candidato a la Alcaldía de Pozuelo. Sus acólitos defienden su gestión. "Dio un gran impulso al municipio y lo modernizó con más de doscientas obras. Lo colocó en el siglo XXI".

No todos opinan igual. El portavoz municipal de UPyD, José Antonio Rueda, nacido en la localidad, habla de "pelotazos urbanísticos" como el del Parque de las Cárcavas, presupuestado en 4 millones de euros. "Una vez terminado se hizo una modificación del proyecto que disparó su coste hasta los 12 millones". O el centro comercial El Torreón, levantado en los años 90 en una parcela que el Ayuntamiento vendió por 35 millones de pesetas al grupo Sigla (de la trama Gürtel). Se construyó, pero fue degenerando y el Consistorio se lo compró por 3.500 millones de pesetas (21 millones de euros), pese a que esta gran superficie estaba arruinada. Pero es que, además, se gastó 12 millones de euros en su remodelación, todo para adjudicárselo a una UTE por un alquiler anual de 60.000 euros.

O qué decir del polideportivo Valle de las Cañas, que costó 23 millones de euros. En 2008, el Ayuntamiento adjudicó su explotación "un mes de agosto, con alevosía y nocturnidad a una empresa del extenista José López Maeso, recién creada y con un capital social de 3.000 euros, por un alquiler de 1.200 euros mensuales". Dos meses después Maeso alquiló la cancha al Real Madrid por 100.000 euros anuales. Son solo unos ejemplos. "Cogió el Ayuntamiento con superávit y lo dejó endeudado en 69 millones de euros", resume. Con todo, la actuación que más chanzas provocó fue la plantación de un roble belga (quercus palustris). La empresa que lo compró pagó 25.000 euros por él, pero al Ayuntamiento se lo vendió por 110.000. Eso sin contar el desembolso que supuso el viaje de siete personas a Bruselas, incluido el alcalde. "Y, encima, el roble está medio seco".

Sepúlveda reside ahora en un piso del selecto barrio madrileño de Aravaca, aledaño a Pozuelo. Viaja en un Ranger Rover, que dice haber comprado en su día de segunda mano, y en un Nissan Micra. Lleva a su hija menor al colegio y, de vez en cuando, es invitado a merendar por los comerciantes del pueblo, como Tomás Toribio. Ninguno de ellos ha visto el Jaguar que supuestamente le regaló Correa.

A Jesús Sepúlveda le privan el cocido madrileño, la comida de cuchara y los restaurantes caros, aunque también, siendo alcalde de Pozuelo, comía con su equipo menús por 8 euros en la taberna Serrano, frente a la Casa Consistorial. Tiene obsesión por los zapatos y le gustan los castellanos, preferentemente con borla. Siempre impecable, se surte de trajes, camisas y polos de la firma londinense Hackett, de la que son clientes Carlos de Inglaterra o Tom Cruise. El único deporte que practica y no perdona es el pádel.

Personas del entorno confirman que la relación entre él y Ana Mato, con la que dejó de convivir en 2005 para irse con su jefa de prensa, es buena y a veces comen juntos con sus tres hijos. Él siente debilidad por la pequeña, de 16 años, a la que sigue llevando al colegio.