CULTURA
El antebrazo momificado de una niña inca de hace más de cinco siglos, una de las rarezas del Museo Naval de San Fernando
La que fue la directora de esta galería, Alicia Vallina, que actualmente ocupa la jefatura y coordinación de los museos del Ministerio de Defensa ha publicado el libro 'Museos, galerías y rarezas'
Durante casi dos años, hasta que en agosto de 2019 pasó a ocupar la jefatura y coordinación de los museos del Ministerio de Defensa en la Subdireccion General de Publicaciones y Patrimonio Cultural, Alicia Vallina Vallina , fue directora técnica del Museo Naval de San Fernando, lo que, asegura influyó en despertar «aún más si cabe», su «interés y curiosidad por la ciencia del museo» .
Noticias relacionadas
Con una dilatada experiencia profesional, en la que, entre otros hitos, se encuentra el haber trabajado en las Subdirecciones Generales de Museos y de Protección de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura y la autoría de varios libros sobre museología e historia del arte, así como de artículos en revistas nacionales e internacionales sobre museos, historia de España, historia naval, arte contemporáneo y patrimonio cultural. La doctora en Historia del Arte y Mundo Antiguo Alicia Vallina se ha embarcado en la elaboración de un libro que hace poco ha visto la luz, 'Museos, galerías y rarezas: Estudio sobre la museographia neickeliana' . Afirma que, para ella, «el museo es un lugar al que se otorga libertad imparable a las mentes despiertas».
¿De qué forma ha influido su experiencia en el Museo Naval de San Fernando para la realización de esta obra?
Mi labor como directora técnica del museo influyó, sin duda, en despertar, aún más si cabe, mi interés y curiosidad por la ciencia del museo, por el modo de comprender la ordenación de los bienes culturales en el espacio expositivo, por analizar y estudiar la emoción estética del público frente al objeto y por analizar la historia de las colecciones . Todo esto se recoge en este trabajo de investigación, por lo que todas estas cuestiones se encuentran muy vinculadas con lo que fue mi trabajo en el museo.
¿Alguna rareza en este museo?
En el Museo Naval de San Fernando existen bienes culturales especialmente curiosos y que no se encuentran expuestos. Por ejemplo, un antebrazo inca momificado, datado entre los siglos XII y el XV, hallado en la necrópolis de Ancón, en Perú , y donado en legado testamentario por Julio Leal a Emilio Bonelli, cartógrafo, militar y expedicionario y uno de los más importantes africanistas del siglo XIX. Este antebrazo fue analizado por la doctora Milagros Macías y parece tratarse del fósil de una niña de unos seis años. Algo realmente asombroso y que merece ser puesto en valor.
¿En que consiste, exactamente, el trabajo de un museólogo?
Los museólogos somos profesionales que trabajamos en el ámbito de los museos. Nos encargamos del estudio, investigación, inventario y catalogación de las colecciones, de la conservación de los bienes culturales , de llevar a cabo estudios de público para conocer sus intereses y necesidades, de establecer vínculos de comunicación con los medios y de dar a conocer las actividades que realizamos en redes sociales. Y, por supuesto, llevamos a cabo la planificación de exposiciones temporales, su comisariado y gestionamos todo lo que tenga que ver con estas instituciones culturales (personal, adquisición de fondos, necesidades económicas etc). En mi caso, al ser Facultativa del Cuerpo de Conservadores de Museos del Estado me ocupo de estas tareas, pero siempre en museos de carácter nacional y dependientes del Ministerio de Defensa.
¿Cómo ha sido el trabajo de recopilación de toda la información necesaria para escribir 'Museos, galerías y rarezas'?
La verdad es que ha sido un trabajo arduo, ya que el ejemplar sobre el que versa el estudio se conserva en la Biblioteca Universitaria de Munich y tuve que viajar hasta allí. Del mismo modo, contacté con un estudioso medievalista alemán, Stephen Hess, para que me ayudara con la traducción del texto del alemán al castellano. Ten en cuenta que el tratado era muy extenso, alrededor de 500 páginas en letra gótica que jamás había sido traducido al castellano .
¿Por qué decidió escribir esta obra?
Lo cierto es que todos los museólogos, durante nuestro periodo de formación, estudiamos parcialmente dos de los tratados más importantes de esta disciplina: el publicado en 1565 y escrito en latín por Samuel Quichheberg, sobre el que hice un estudio editado por Trea en 2018, y este que ahora nos ocupa. La curiosidad por realizar un estudio exhaustivo que completara mi anterior trabajo fue lo que me llevó a planteármelo. Además de que no existía ningún estudio en castellano de esta obra. Pero sobre todo, lo que más me interesaba era saber si las preocupaciones que tenían los estudiosos del siglo XVIII son las mismas que tenemos nosotros ahora , hoy en día.
¿Y a qué conclusión ha llegado?
¡El mejor modo de averiguarlo es leyendo el libro! (Ríe) Es bueno que cada uno busquemos nuestras propias respuestas y nos planteemos nuestros propios interrogantes.
¿Qué tiene de novedosa esta obra?
Este trabajo es absolutamente actual. Es una especie de libro de viajes que recoge las principales colecciones artísticas del mundo conocido. No es un estudio al uso únicamente para eruditos e investigadores sino para cualquier persona que se acerque a él con curiosidad e interés. Un compendio de belleza y de sabiduría al alcance de mentes libres.
¿Qué conocemos del autor? ¿Quién era Neickel?
Neickel (1679-1729) era un comerciante de origen hamburgués muy bien relacionado . Gracias a su posición influyente en el mundo de los negocios pudo contactar con nobles y burgueses y conocer sus colecciones, muchas de ellas de primera mano. Y se dio cuenta del poco rigor, orden y análisis con las que se mostraban al visitante. Además, quería crear una especie de guía para viajeros y eruditos en un momento en que el viaje por placer comenzaba a despegar.
¿En qué momento histórico y social escribió el tratado?
Es una obra escrita en pleno Siglo de las Luces. El viaje por placer está desarrollándose de modo exponencial y el aumento de visitantes en ciertos lugares de Europa comenzaba a dar paso a lo que hoy conocemos como turismo cultural . En la obra de Neickel ya existe ese concepto tan actual y que ahora manejamos sin complejos pero que ya era visto entonces (y también ahora) como un riesgo para la conservación del patrimonio.
¿Cómo era el “museo ideal” según el autor?
Para Neickel el museo ideal era ese “teatro de la sabiduría” donde el objeto artístico era capaz de sorprender, de conmover y de contar su propia historia. Además, para el autor el coleccionista debía tener curiosidad. Algo esencial en el arte pues este está vinculado al conocimiento y a la belleza estética. Pero también debía tener buen juicio natural y conocer la materia objeto de su interés. Pero no hacía distinción entre clases sociales ni entre hombres y mujeres . Cualquiera podía convertirse en un excelente coleccionista si tenía inquietud en conocer y sabiduría y juicio para desarrollar este interés.
¿Qué colecciones destacan entre todas las que menciona?
Neickel recoge colecciones de todas las partes del mundo. Son magnificas las descripciones que realiza del palacio de Moctezuma o del Gran Mogol. Habla de los jardines y de la biblioteca del palacio del rey de Marruecos, del observatorio astronómico y de la colección de instrumentos científicos del palacio de Uraniborg (en la isla antes danesa de Ven y que hoy pertenece a Suecia), de las 20 cámaras de maravillas del castillo de Ambras e incluso de la colección del pintor Peter Paul Rubens en Amberes.
¿Alguna en España?
En España destaca por ejemplo la colección de reliquias del Palacio Real de Madrid, los tesoros de la catedral de Santiago de Compostela o la cámara de curiosidades del oscense Vicencio Juan de Lastanosa , amigo de Baltasar Gracián y gran coleccionista de obras de arte y de piezas numismáticas. En su palacio poseía obras de Tiziano, Rubens, Caravaggio o Tintoretto y una colección de 10.000 monedas griegas y romanas. Contaba también con una excelente colección de fósiles y piedras exóticas además de poseer una biblioteca de unos 7.000 volúmenes que fue repartida por toda Europa a su muerte. Su palacio fue lamentablemente destruido pero sus jardines conforman el actual parque de la ciudad de Huesca.
¿Qué importancia tienen las bibliotecas en el tratado?
Las bibliotecas son realmente esenciales en este trabajo, pues Neickel dedica la tercera parte completa de su estudio a las bibliotecas. De hecho, cualquier colección de objetos que se preciara debía completarse con una biblioteca que recogiera una cantidad abundante de ejemplares vinculados con el tipo de colección que albergara el coleccionista. Por ejemplo, si se coleccionaban piezas numismáticas, la biblioteca debería contener ejemplares vinculados a esta rama del saber. Pero Neickel también menciona la enorme importancia que tienen las bibliotecas públicas como centros de sabiduría y conocimiento y que deben estar abiertas a un público general para facilitar su educación y formación. En el estudio se recoge un amplísimo apéndice donde se señalan las más importantes del mundo conocido como las de las Universidades de Oxford y Cambridge, la del castillo de Ambras, la del archiduque de Mantua, la de El Escorial, las de los obispos de Lérida, Toledo y Ávila, las bibliotecas privadas de Diego Hurtado de Mendoza o las creadas por las órdenes religiosas, especialmente jesuitas, dominicos y carmelitas .
El autor dedica su obra a la Santísima Trinidad. ¿Cómo relacionar la belleza estética y el conocimiento de las obras artísticas con Dios?
Para Neickel el museo está en estrecha relación con el mundo creado por Dios pues muestra las mismas cosas del mundo. El estudio de esas cosas supone el honrar a Dios y cumplir sus preceptos, ya que el hombre virtuoso siempre busca la perfección a través del conocimiento y de la belleza. Por ello, a través del conocimiento del mundo el ser humano puede lograr conocer mejor a Dios .
