CULTURA

«Los españoles nos podemos sentir orgullosos del Museo Naval de San Fernando»

Entusiasta, ilustrada, siempre sonriente, la que fuese directora técnica del Museo Naval de San Fernando, Alicia Vallina, explica la huella que Cádiz ha dejado en ella

Vallina entre el capitán de navío Belizón y J. M. Gálvez, conservador y restaurador del Museo respectivamente. C. Cherbuy

Verónica Sánchez

Durante casi dos años ha sido la directora técnica del Museo Naval de San Fernando. Desde allí, la doctora Alicia Vallina Vallina ha impulsado cambios en la institución, que cada vez tiene un mayor atractivo para oriundos y foráneos. Ahora, desde su nuevo cargo como jefa de exposiciones en el Ministerio de Defensa nos explica su experiencia gaditana.

Como directora técnica del Museo Naval de San Fernando durante casi dos años, ¿qué mejoras se han realizado en las instalaciones en ese tiempo?

Se ha avanzado mucho en materia museográfica y en reordenación del discurso . Hemos incorporado varias piezas de interés para el museo y las hemos hecho formar parte de la exposición permanente. Del mismo modo, hemos tratado de mejorar la museografía del discurso, sustituyendo el cartón pluma, más obsoleto y menos atractivo, por el vinilo de corte. Hemos incorporado además el inglés a todo el relato del museo, así como a las cartelas e infografía general. Las salas se han ordenado y numerado siguiendo un discurso cronológico y temático. También hemos editado la primera guía del museo, pues el público demanda información sobre nuestra historia y colecciones y hemos logrado realizar las primeras exposiciones temporales de la institución. Del mismo modo, también está en marcha la catalogación e inventario de los cerca de 4.000 ejemplares históricos de la magnífica biblioteca del museo, compuesta por más de 12.000 volúmenes.

En poco tiempo se han conseguido logros importantes y hay un excelente caldo de cultivo para seguir trabajando en una institución de la que todos los españoles podamos sentirnos orgullosos.

¿Qué supuso para usted que la nombrasen directora técnica de ese museo?

Fue un reto importante y desde luego divertido. En mi caso es esencial que disfrute trabajando. El entusiasmo, la energía, en definitiva, las ganas de avanzar, de aprender, de mejorar, hacen que mi trabajo se convierta en mi vida y mi vida en mi trabajo. No conocía el museo y nunca había estado en San Fernando antes de que me nombraran directora técnica de la institución . Para mí todo era nuevo. Tampoco había trabajado antes con la Armada Española y creo que todo eso ayudó a que mi visión del museo fuera menos estereotipada. Esto me permitió acercarme a la historia con una visión menos sesgada en un momento social y político donde el relato está siendo modificado y reconstruido atendiendo a intereses partidistas. Por eso es tan importante la labor del museólogo , porque tenemos en nuestras manos la posibilidad de contar historias y esas historias siempre van a ser subjetivas porque dependen de la visión del profesional. La responsabilidad es enorme. Muy pocas veces se cuestiona lo que el museo nos cuenta a través de sus exposiciones. Y es precisamente eso lo que debemos tratar de buscar. Interrogantes. Hemos de ayudar a la gente a plantearse preguntas a través de nuestro discurso y tratar de que ellos mismos encuentren algunas respuestas.

En este tiempo se han organizado dos exposiciones no permanentes. ¿Qué resultado han dado?

Las exposiciones son uno de los modos que tiene el museo de contar esas historias de las que antes hablaba. El resultado no ha de medirse por el número de visitantes, que ha sido muy importante, sino por la calidad del discurso y de los interrogantes que logre que nos planteemos. En 2018 realizamos la primera de estas muestras sobre la presencia de la Armada Española en Guinea Ecuatorial. La idea era mostrar, no solo la historia de los marinos que navegaron hasta allí sino la aculturación de las gentes que los recibieron, sus costumbres, ritos, sociedad. Es importante que seamos capaces de mirar al futuro sin olvidarnos de lo que fuimos y de dónde venimos y ser conscientes de que nuestra historia es la historia de las sociedades que, en algunos casos con anterioridad a nosotros, construyeron su propio relato.

¿Tiene el Museo Naval de San Fernando mucho potencial aún sin descubrir?

Todos los museos e instituciones culturales son oportunidades reales de generar conocimiento. Y por supuesto el Museo Naval es uno de los más interesantes dentro de los museos dependientes de la Armada Española. No olvidemos que su enclave es esencial pues Cádiz, sede de la Casa de Contratación, departamento marítimo por excelencia, punto de salida y retorno de las más importantes expediciones y cuna de algunos de los más relevantes marinos de nuestra historia, es una de las ciudades españolas con más importancia cultural. En mi opinión, el Museo Naval de San Fernando ha de seguir siendo un referente cultural de la provincia , ofreciendo al público su experiencia, su conocimiento y su historia.

Díganos una pieza a la que usted le ha cogido especial cariño

Por la historia del objeto he cogido especial cariño a un modelo de fragata del siglo XVIII realizada en madera policromada que mandó construir el contraalmirante de la Armada, D. Julio Guillén Tato (quien fuera también director del Museo Naval de Madrid) como regalo a la familia del pintor Joaquín Sorolla.

Está ahora en Madrid en el Ministerio de Defensa. ¿Cambio y oportunidad?

Sí, el cambio es considerable pues en primer lugar el ritmo de la ciudad es muy diferente. Toda mi vida profesional la he desempeñado en Madrid a excepción de los dos años en San Fernando y al estar ahora en la Subdirección General de Publicaciones y del Patrimonio Cultural de la Defensa podré desarrollar proyectos desde el epicentro .

¿Desde su nuevo puesto seguirá vinculada de alguna forma con el Museo Naval de San Fernando?

La idea es poder seguir trabajando en la realización de proyectos culturales vinculados al patrimonio cultural del Ministerio de Defensa y, en ese ámbito, la Armada Española, y en particular, el Museo Naval de San Fernando, dispone de un excelente material que permite avanzar en esta idea. Además, una parte importante de mi vida profesional y de mi formación como museóloga se ha quedado allí, reflejada en sus muros, por lo que mi vinculación profesional y afectiva con la institución siempre estará muy presente .

Cómo resumiría su estancia en Cádiz?

Lo que más me impresionó fue su luz. Jamás vi unos amaneceres semejantes. La luz anaranjada cubre todo el cielo y la energía que eso transmite es inigualable. Las gaviotas sobrevolando las salinas y ese olor tan característico. La vida discurre tranquila, sin sobresaltos, no hay carreras y la tensión se disipa al ritmo de las palmas y el cante. Una tierra de artistas, poetas y valientes marinos, sin duda .

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