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«La Junta a no tiene nada que ver con la pérdida de banderas azules»

El delegado de Salud considera que el Ayuntamiento debe explicar los motivos por los que no se las han concedido

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El delegado de la Consejería de Salud, Hipólito García, ha mostrado su extrañeza por un comunicado del Ayuntamiento de Cádiz en el que se atribuye la pérdida de ‘banderas azules’ en dos de las playas de la ciudad a la vigilancia sanitaria que sobre las aguas de baño realiza la Consejería de Salud habitualmente. El delegado de Salud aclara que la Junta de Andalucía nada tiene que ver en la concesión de esta distinción, que usa parámetros diferentes a los de los técnicos de Salud Pública y Participación competentes en esta materia.

El Programa de Vigilancia Sanitaria de Playas de Andalucía establece un seguimiento analítico de aguas de baños costeras antes del comienzo del verano; así, se realizan, no sólo en la capital gaditana, sino a lo largo de los 581 kilómetros de costa existentes en la comunidad, una media de más de 6.000 análisis en función de un calendario de toma de muestras se comunica al Ministerio de Sanidad con meses de antelación.

En este sentido, y sobre la referencia del Ayuntamiento al muestreo realizado el 9 de agosto de 2010, coincidente con la celebración, el día antes, de las barbacoas del Carranza, Salud aclara que esta fecha fue decidida y comunicada al Ministerio el mes de marzo, mucho antes de que se conociera la celebración de este evento. No obstante, lo más relevante de este análisis es que reveló que las aguas de la capital gaditana eran aptas para el baño y no arrojaron ningún resultado anómalo; en caso de que así hubiera sido y, en virtud del mencionado programa, Salud tiene la obligación de comunicarlo inmediatamente al Ayuntamiento competente.

De hecho, y se puede consultar en los informes que con carácter quincenal y con motivo de la temporada de baños se actualizan y publican en la página web de la Consejería de Salud, las playas de la capital gaditana, tal y como ha reconocido el propio Ayuntamiento, no sólo son aptas para el baño, sino que suelen presentar unos resultados excelentes o buenos, algo a todos luces positivo pero que el Consistorio considera una adversidad. En caso de que realmente así fuera, cabría señalar que es injusto o de una simpleza absoluta, culpar al que alerta de cualquier situación anómala de que ésta exista.

Por todo ello, la Junta de Andalucía no entiende que el Ayuntamiento de Cádiz esgrima los criterios de Salud, que garantizan el buen estado de las aguas y han avalado la calidad del baño de las playas gaditanas, para justificar la pérdida de una distinción que otorga una ONG que tiene su propia metodología y que debería ser el objeto de sus reclamaciones. En este punto, habría que matizar, aunque sea obvio, que la Administración andaluza es la primera interesada que las playas de toda la comunidad luzcan ‘banderas azules’, ya que son un símbolo de prestigio que hace más atractiva para el visitante, si cabe, nuestra costa.

En definitiva, la Junta lamenta que se busque intereses ocultos en un procedimiento regulado por un programa, en virtud de un Real Decreto –concretamente el de la gestión de la calidad de las aguas de baño-, y cuyo objetivo es asegurar que los andaluces disfruten de unas playas en adecuadas condiciones sanitarias y sin riesgos.