La falta de puntería priva a los isleños de la victoria

La fiesta no fue completa y el único invitado que cumplió con creces fue la afición del equipo azulino, que volvió a dar el do de pecho en su apoyo total a un San Fernando que, de la manera en la que disputa los partidos, tiene la obligación de abandonar la división en la que milita.

Ayer el Municipal de Sacramento fue una auténtica fiesta y, a pesar de que el equipo azulino cosechó solamente un empate ante un rival infinitamente inferior, la despedida de los seguidores al plantel fue una tremenda y sonora salva de aplausos, demostrando la unión existente entre equipo y afición.

Y también porque el conjunto de Antonio Iriondo sigue mostrando argumentos sólidos para que los amantes al fútbol acudan al campo y ayer, sólo la falta de suerte, puntería y Manolo, el cancerbero del Almonte que fue el mejor del partido, privaron a los isleños de lograr su cuarta victoria consecutiva. El camino sigue siendo igual de largo y esto no es más que una piedra en el mismo.

Ya en la primera parte, los de La Isla pudieron haber sentenciado. Los almonteños se mostraban firmes en defensa. Pero los de Iriondo tocaban con calidad sin cesar y las ocasiones de gol iban cayendo poco a poco. La segunda fue un calco y fueron los locales los que dominaron el juego sin acierto de cara al marco.