Sociedad

Científicos italianos consiguen mediante ecografías vaginales confirmar que el 'punto G' existe

Desde que el ginecólogo alemán Ernst Grofenberg se atrevió a definirlo, el punto G se ha convertido en una zona casi mítica de la intimidad femenina. Pero esa localización misteriosa, que desencadenaría el placer sexual más intenso, tiene una localización anatómica. No es una leyenda urbana. Al menos eso es lo que defiende un grupo de ginecólogos y urólogos italianos. Y para apoyar su hipótesis ofrecen imágenes obtenidas por ecografía donde lo localizan. Los ultrasonidos han revelado diferencias anatómicas claras en la pared vaginal entre las mujeres que aseguran tener orgasmos vaginales relacionados con el punto G y las que no.

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Los médicos de la Universidad de L'Aquila, dirigidos por Emmanuele Jannini, publican sus hallazgos en el último número de la revista Journal of Sexual Medicine. La investigación italiana no sólo acaba con las dudas sobre la existencia del punto G. También brinda la posibilidad a las mujeres que lo deseen de realizarse pruebas para determinar si cuenta con el famoso punto. Si sus parejas deben seguir buscándolo o si deberÌan desistir. «Sería posible con una ecografía, un test sencillo, rápido y relativamente barato», asegura Jannini. No es el primer descubrimiento de este ginecólogo italiano en torno a la sexualidad femenina.

Hallazgo

Jannini ya había descubierto marcadores bioquímicos, relacionados con la intensidad de la función sexual del tejido que se encuentra entre la vagina y la uretra. Allí es donde Grofenberg sostenía que estaba localizado el punto G. Entre los marcadores estaba PDES, una enzima que procesa el óxido nítrico, a su vez implicado en las erecciones masculinas.

Sin embargo, esos marcadores no aparecían en el orgasmo vaginal, cuando no se necesita la estimulación del clítoris y basta con la de la pared vaginal. Así que el grupo de la Universidad de L'Aquila cambió de estrategia. Decidió utilizar ecografías vaginales para trazar un mapa del espacio entre la uretra y la vagina.

Los ginecólogos fotografiaron con ultrasonidos esa zona de nueve mujeres que aseguraron tener orgasmos vaginales y once con una experiencia diferente. Ninguna de ellas tenía alteraciones urológicas ni vaginales de ningún tipo. Estaban completamente sanas.

Si se confirman estos resultados, podrían diseñarse tratamientos para mejorar el deseo sexual de las mujeres. Fármacos que incrementaran el tamaño de ese tejido por ejemplo. Para otros médicos la teoría de los investigadores italianos no es tan clara. No creen que el punto G sea una estructura diferente.