Rajoy inaugura el puente «que traerá el crecimiento y el empleo a la Bahía»

La inauguración del segundo puente de Cádiz ha servido, entre otras cosas, para ofrecer una imagen política de cordialidad y lealtad institucional entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en víspera de unas elecciones autonómicas en Cataluña, que han puesto en jaque la unidad del Estado. Ambos mandatarios aparcaron este jueves sus diferencias en favor del diálogo y la colaboración, un fenómeno al que, desde luego, no estamos acostumbrados en los tiempos que corren. El nuevo acceso a la Bahía se ha definido, por tanto, como el mejor ejemplo de voluntad y esfuerzo conjunto.

La ceremonia de apertura del puente estuvo marcada por dos discursos con una fuerte carga social y política que huyeron en todo momento de la confrontación.

No hay que olvidar que el corte de la cinta estuvo precedido por una agria polémica protagonizada días antes por los alcaldes de Podemos de Cádiz y PuertoReal a cuenta del reparto de las invitaciones y de la organización del dispositivo de seguridad. Ambos regidores criticaron también la negativa del Ministerio de Fomento a celebrar una jornadas de puertas abiertas para que los vecinos pudieran pasear por el puente.

La situación llevó al alcalde de PuertoReal, Antonio Romero, a declinar su asistencia, mientras que el de Cádiz optó ayer por acudir al evento, aunque lamentó las prisas por inaugurar una obra que «no está aún terminada».

La primera en tomar la palabra tras escuchar las explicaciones técnicas relacionadas con el desarrollo de la obra fue la presidenta de la Comunidad andaluza, la socialista Susana Díaz, que, lejos de polemizar sobre el patrimonio y la autoría del puente, aclaró que se trataba de una obra «de todos». La presidenta cuidó mucho las formas y buscó al mismo tiempo las palabras justas para aclarar que el puente «es del conjunto de los ciudadanos». Susana Díaz salvó así la otra gran polémica que ha perseguido durante los últimos años la construcción del nuevo acceso, donde PP y PSOE han rivalizado por monopolizar la autoría del nuevo puente.

Un nuevo discurso

Ocho años de obras y casi dos décadas de gestación del proyecto han dado lugar para muchas disputas. Sin embargo, la apertura del puente ha permitido pasar la página de la controversia y ofrecer ahora un nuevo discurso. La presidenta destacó la grandeza de una obra que abre de par en par las puertas del progreso a Cádiz, pero subrayó que los gaditanos necesitan ahora otro puente: «el del empleo». Así se lo transmitió al presidente Rajoy en pleno acto de inauguración. Incidió en que «nos toca a todos hacer un segundo esfuerzo para combatir el paro».

La ceremonia se llevó a cabo en mitad del puente, justo en el punto del tablero donde se unen los dos abanicos del tramo atirantado, a 69 metros de altura.

A continuación, el presidente del Ejecutivo recogió el testigo que le brindó Susana Díaz y destacó que el nuevo acceso de la Bahía facilitará el crecimiento y el empleo en Cádiz. Rajoy hizo hincapié en que este puente hace también «pensar en el futuro» y destacó por ello «el acierto» de haber «apostado» por una infraestructura que va a estar al servicio de los gaditanos durante generaciones. Sobre este aspecto enfatizó que «es, sin duda alguna, el reto más importante que tenemos por delante: crecer y crear empleo en toda la región y, particularmente, en la provincia de Cádiz».

El presidente no dudó en valorar el puente como «una obra de talla mundial que marca época». Tras resaltar algunos datos de esta gran obra civil, que se ha convertido en el tercer puente de Europa con la mayor luz de vano principal y el segundo puente marítimo del mundo de mayor gálibo vertical, reconoció el trabajo de las empresas y también «el esfuerzo y la ilusión» de los operarios que han trabajado en él a lo largo de estos años.

Rajoy coincidió con la presidenta andaluza en que el puente de 'La Constitución de 1812' «no habría sido posible sin la colaboración de todos», incidiendo en que «las grandes obras siempre necesitan de ese espíritu de cooperación, de unidad y de lealtad».

Rajoy estuvo acompañado por la ministra de Fomento, Ana Pastor, cuya gestión ha sido clave para la culminación de la obra. Pastor tomó las riendas de Fomento en diciembre de 2011 tras el triunfo del PP en las generales de noviembre de ese año. La ministra visitó la Bahía en febrero de 2012, en vísperas de la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, y confirmó entonces lo que era un secreto a voces: al puente le quedaban aún dos años más de obras. No se equivocó.

Pastor garantizó desde el primer momento la financiación de la obra, algo que en años anteriores, concretamente en 2010 y a mediados d 2011, motivó su paralización por impagos de la administración socialista de varias certificaciones de obra a Dragados, adjudicataria del proyecto. Finalmente, el Gobierno de la nación despejó todas las dudas sobre el futuro económico del proyecto y confirmó su consignación presupuestaria. La obra se adjudicó a la UTE Dragados-Drace en noviembre de 2006 por 273 millones de euros y por un plazo de ejecución de 42 meses, sin embargo, ha terminado con tres años de retraso y una inversión de 511 millones de euros.

En este sentido, el presidente Rajoy manifestó que el nuevo puente es también ejemplo «de la apuesta de los gobiernos por las infraestructuras» en el conjunto de España. No en vano, pese a que estos años que han sido «difíciles desde el punto de vista presupuestario» debido a «la crisis económica más fuerte que España ha visto en décadas, se han seguido construyendo infraestructuras en el país».

Destacó que las administraciones han sido «conscientes» de que «para lograr crecer, crear empleo y que haya más bienestar» las infraestructuras son «fundamentales», ya que, entre otras cuestiones, «ayudan a la competitividad de las empresas». A modo de ejemplo, dijo que el Gobierno ha dedicado desde 2012 en Andalucía «más de 10.000 millones de euros en infraestructuras», lo que sitúa a esta comunidad como «la primera en compromiso inversor en los últimos años».

Aprovechó la ocasión para resaltar el talento de las empresas españolas en la construcción de puentes y otras obras de «calidad y envergadura» en diferentes ciudades del mundo, algo de lo que, en su opinión, hay que « sentirse orgulloso». De hecho, afirmó que es «bueno» ser consciente de ello porque «a veces» hay una «cierta tendencia» a decir qué es lo que «va mal».

Finalmente, Rajoy comentó que esta «gran obra» en Cádiz va a ser un recordatorio permanente para «todos».

La ronda de discursos concluyó con el descubrimiento de un monolito con el nombre del puente y la fecha de su inauguración. A continuación, Díaz y Rajoy realizaron un recorrido en autobús por la nueva infraestructura junto a numerosas autoridades, entre las que figuraban la ministra de Fomento, Ana Pastor; el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz; el consejero andaluz de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios; la presidenta de la Diputación, Irene García; el alcalde de Cádiz, José María González, y el empresario Florentino Pérez, presidente del Grupo ACS, al que pertenece Dragados.