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Entrada en los juzgados de Iván Odero, el otro 'Niño' - a. v
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El otro 'Niño' busca su enésima escapatoria

La defensa del conocido narco de Sanlúcar, Iván Odero, pide anular la principal prueba del juicio por la 'operación Q7'

silvia tubio
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Con más de media hora de retraso con respecto a la hora fijada, arrancaba ayer por la mañana el juicio que sienta en el banquillo al narcotraficante de Sanlúcar, Iván Odero, y a los integrantes de la banda que lideró hasta su detención en 2009.

Las defensas han planteado una batería de cuestiones previas para convencer al tribunal de la Audiencia Provincial de que anule la prueba principal del caso: las intervenciones telefónicas que permitieron conocer los movimientos de la organización.

Esta petición es habitual en los juicios contra el narcotráfico, ya que las escuchas constituyen una herramienta esencial de los investigadores. A través de los pinchazos telefónicos, los agentes pueden saber cuándo se va a producir un alijo y qué papel tiene cada miembro de la trama.

Sin embargo, si el tribunal entiende que no se han cumplido con los requisitos que marca la Justicia para que un juez permita una intervención telefónica, esta es anulada y con ello, todo el material probatorio que ha salido a partir de esos seguimientos.

No es raro que se produzcan estas nulidades; de ahí que las defensas de los narcos recurran a esta estrategia para salvar a sus clientes del juicio.

La Fiscalía Antidroga ha defendido la validez de esas escuchas porque los principales acusados tenían antecedentes por narcotráfico, poseían «cinco o seis móviles» cada uno y muchos de esos teléfonos eran de prepago y de numeración correlativa (un sistema habitual de comunicaciones entre las bandas de narcotraficantes). Ha mencionado también los bienes que atesoraban «sin acreditar ningún trabajo» y que fueron sometidos a vigilancias que probarían su contacto con el negocio de la droga.

El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial dio por concluida la sesión sobre las dos de la tarde. La vista oral se retomará el próximo 12 de enero, cuando los magistrados den a conocer su decisión sobre la petición de las defensas. En caso de ser aceptadas, el juicio estaría abocado a una sentencia absolutoria por falta de pruebas.

El hermano de Odero, a la entrada del juzgado
El hermano de Odero, a la entrada del juzgado

De los 13 acusados, solo tres continúan en prisión: Iván Odero (36 años), su hermano David (39) y su mano derecha en la organización, según la Fiscalía Antidroga, David Rodríguez (33).

Los tres ocultaron en todo momento sus rostros al llegar esposados a la Audiencia y también dentro del edificio cuando fueron conducidos a la sala de vistas.

Familiares de los acusados increparon a los periodistas e intentaron impedir que sacaran imágenes de los líderes de la banda. Dentro de la sala, algunos siguieron protestando por la presencia de periodistas.

Con las cámaras fuera, ya se pudo ver la nueva imagen de Iván Odero, muy transformada y distinta a cuando su rostro salió por primera vez en los medios. Fue en 2009, cuando estalló la ‘operación Q7’ que le sentaba ayer en el banquillo de los acusados.

El más veloz del Estrecho

Esa redada en Sanlúcar dio a conocer al llamado rey de las planeadoras. Un joven de la localidad que había sido capaz de desplazar a clanes tradicionales de la zona y concentrar el interés policial. Llamó la atención por su frenética actividad en la desembocadura del río Guadalquivir y por su destreza en el pilotaje de lanchas potentes (planeadoras) que cargan hachís en Marruecos y lo introducen por la costa gaditana.

Una vida en el Estrecho que ha inspirado al protagonista de ‘El Niño’, la película taquillera de Daniel Monzón.

La Fiscalía solicita para Iván Odero, como cabecilla de la organización, una pena de cárcel de seis años y nueve meses, además del pago de una multa de 11,8 millones de euros, que constituye el triple del valor del hachís que le fue intervenido a la organización.

El Ministerio Público hace un inciso en su escrito de acusación y es que en caso de que Odero sea sentenciado a una pena inferior a cinco años, solicita que se le imponga un año más de cárcel por impago de esa cantidad que le reclama.

Esta petición obedece a que los traficantes condenados no abonan las multas porque se declaran insolventes. Los narcos ocultan su patrimonio poniéndolo a nombre de terceras personas para eludir estas responsabilidades.

Su mano derecha

La fiscal pide una pena de prisión superior, ocho años y cinco meses, para la supuesta mano derecha del rey de las planeadoras, David Rodríguez. Lo acusa de ser codirector de la organización; pero, además, en el registro de su domicilio, la Guardia Civil halló un revólver del calibre 32 con el número de identificación borrado. Le imputa un segundo delito de tenencia ilícita de armas.

El resto de procesados se enfrentan a penas que van desde los cinco años y cuatro meses de prisión al año y tres meses en función del nivel de participación en los alijos imputados a la organización.

Además del hermano de Iván, entre los acusados está la que fuera su pareja sentimental entre 2008 y 2009, Caridad M. V., la única mujer que se sienta en el banquillo y supuesta integrante de la banda. Ambos no demostraron cercanía en su reencuentro; lo que evidenciaría, como apuntan algunas fuentes del caso, a que ya no mantienen una relación. Lo cierto es que son defendidos por letrados distintos.

Los acusados, en la sala
Los acusados, en la sala

En el escrito del Ministerio Fiscal se relata cómo la Guardia Civil comenzó a investigar a Iván Odero en 2008 y en abril de 2009, los agentes obtuvieron la autorización judicial para intervenirle el teléfono. A través de esas escuchas, supieron cómo se preparaban y ejecutaban alijos. Alguno no pudo ser interceptado como uno que fue descargado en la medianoche del 26 de abril de 2009, en Trebujena.

Un día después, otro cargamento tuvo que ser abandonado –detalla el Ministerio Público– en las costas marroquíes por problemas mecánicos. Más de un centenar de fardos que pesaron 3,5 toneladas. La droga hubiera alcanzado en el mercado un precio de 4,9 millones de euros.

El 23 de mayo de 2009, la Guardia Civil sí interceptó en Isla Mayor (Sevilla) un alijo de 2,8 toneladas, valorado en 3,9 millones de euros. Siete días antes, sostiene el fiscal, Iván Odero y su entonces pareja sentimental viajaron a Marruecos para ultimar los preparativos. El 22 de mayo, el rey de las planeadoras, junto a su hermano y su mano derecha salieron en una embarcación del puerto deportivo de Puerto Sherry. Alejados de la costa, Iván hizo transbordo y se subió a otra embarcación con la que traería el hachís hacia la costa gaditana.

Hoy, Iván Odero se sienta una vez más en el banquillo y se enfrenta a la posibilidad de alargar aún más su estancia en prisión. Ya cumple una condena de tres años de cárcel por un alijo que introdujo por Trebujena en 2011, a los pocos meses de quedar en libertad provisional gracias a una polémica decisión judicial que levantó muchas ampollas.

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