Vacaciones al centro del horror: se dispara la fiebre por el tanatoturismo o «turismo oscuro»

Este nuevo estilo de viajar abre el debate sobre el afán de convertir en espectáculo el sufrimiento humano

Autobús abandonado en Chernóbil ABC

María Sánchez/ Alba Bartolomé

Desde que la plataforma HBO estrenara en mayo el documental «Chernobyl» los viajes a este lugar se han duplicado. Se prevé que unas 100.000 personas visiten Chernóbil este año, el doble que en 2017. Entra así en la lista de destinos del conocido como «turismo oscuro». El ejemplo más representativo son los campos de concentración, pero los destinos que podrían incluirse en esta particular forma de turismo son muy heterogéneos.

Hay quienes consideran que el tanoturismo es una frivolidad. Esta forma de viajar abre el debate de si la sociedad actual convierte el sufrimiento humano en espectáculo y banaliza la tragedia. Sandra Balsells, fotoperiodista que cubrió el proceso de desintegración de la antigua Yugoslavia , cree que el turismo en zonas de conflicto es «un tema complicado de tratar». «Desde mi punto de vista, es muy interesante pisar el terreno para conocer y contactar con la realidad. No se trata de hacer espectáculo es importante conocer el sufrimiento humano y empatizar con él», asegura.

Son muchos los que se oponen a estas visitas y las consideran innecesarias. Carlos Lope, secretario de la Asociación Española de Profesionales de Turismo (AEPT) , advierte: «La gente parece que ya no se contenta con el turismo convencional, buscan nuevas experiencias en este tipo de destinos. Tenemos, cada vez más, la necesidad de conocer cosas extremas».

1

Se prevé que unas 100.000 personas visiten Chernóbil este año, el doble que en 2017

Chernóbil

En el año 2010 comenzaron a operar en Ucrania agencias de viajes que organizan visitas guiadas a Chernóbil. Chernobylwel es una de ellas. Esta empresa ucraniana ofrece excursiones de uno o dos días por precios que oscilan entre los 120 y los 400 euros . El turista puede explorar las ciudades fantasma de Chernóbil y Prípiat , situada a cinco kilómetros de la central nuclear. Uno de los principales atractivos de la oferta es la posibilidad de conocer a las «babushkas» , mujeres que volvieron a sus casas después de haber sido evacuadas y que trataron de reconstruir sus vidas a pesar del peligro de la radiación.

En junio del año pasado, esta empresa tenía registradas 4 reservas de viajes a Chernóbil. En 2019, ese mismo mes contaba ya con 148 . Esperan que continúe esta tendencia, a pesar de que saben que se trata de una moda pasajera. Reconocen que, más que el interés histórico, es el «morbo» lo que mueve a sus clientes. Los guías que los acompañan son expertos en la historia de Chernóbil, pero las explicaciones que dan son «básicas».

Lo que llama la atención de los visitantes es, sobre todo, poder estar en los lugares fantasma que se vieron sacudidos por la explosión y «hacer fotos». El riesgo de sufrir radiación en la zona es prácticamente inexistente, aunque se obliga a los turistas a tomar precauciones, como llevar una malla sobre la ropa que recomiendan lavar una vez finalizada la visita.

Desde la AEPT destacan la necesidad de «revisar el derecho» de las compañías locales . «El morbo vende, pero no hay que olvidarse del respeto. Nadie debería aprovecharse de una tragedia», advierte Carlos Pere.

2

En 2018 más de 2 millones de personas visitaron Auschwitz

Auschwitz

Los campos de concentración nazis se han convertido en un destino muy recurrente para el turista y también son objeto de negocio para las agencias de viajes. A pesar de que el visitante puede entrar en estos lugares por su cuenta (algo prohibido en Chernóbil), cada vez son más los que prefieren hacerlo en una visita guiada . En 2018 más de 2 millones de personas visitaron Auschwitz, el mayor campo de exterminio que crearon los nazis.

El pasado mes de marzo los responsables del Memorial de Auschwitz -que abarca el museo y el campo- se vieron obligados a recordar la necesidad de mantener una actitud respetuosa durante la visita. Lo hicieron después de que aparecieran publicadas en Instagram varias fotos de visitantes caminando y posando sobre las mismas vías de tren por las que las víctimas del holocausto entraron al campo hace setenta años. « Cuando vengas a Auschwitz recuerda que estás en el lugar donde más de un millón de personas fueron asesinadas. Hay mejores sitios para aprender a andar o a mantener el equilibrio que el lugar que simboliza la deportación de cientos de miles de personas», señalaron en su cuenta de Twitter.

La atracción hacia estos destinos puede ser síntoma de la superación de un determinado hecho histórico. Guillem Feixas , Catedrático de Psicología de la Universidad de Barcelona, apunta que estas visitas pueden formar parte de un proceso de entendimiento de las causas y consecuencias de una de las etapas más cruentas de nuestra historia. Ningún campo de concentración podría haberse convertido en lugar de visita de los turistas en Alemania o Polonia si el nazismo o el holocausto fuesen un tema tabú en alguno de estos países. Feixas no considera que la inclusión de estas excursiones en los circuitos turísticos contribuyan a la banalización de la tragedia. En todo caso, insiste, lo fundamental es la «actitud» con la que cada visitante se acerca a conocer estos lugares.

3

Refugio donde duermen los huéspedes del «War Hostel» de Sarajevo

Bosnia y Herzegovina

La matanza de miles de personas en el territorio de la ex Yugoslavia ha sido enmarcada dentro de los crímenes contra la humanidad . En la actualidad son muchos los turistas que deciden visitar la zona y conocer de cerca el sufrimiento de unos años que estuvieron marcados por la desgracia.

Arijan Kurbasic , también conocido como Zero Uno, nombre de guerra de su padre, y su familia sobrevivieron a la guerra y recrean mediante el «War Hostel» de Sarajevo los años en los que los bombardeos y tiroteos eran constantes. Una iniciativa que nace con el objetivo de «sacar a la gente de su zona de confort y hacerles testigos de una historia y unas vivencias que cambiarán su vida para siempre», según se puede leer en la página oficial del hostal donde se refieren al lugar como un sitio educativo muy alejado de lo político o ideológico. Un viaje a lo largo del tiempo, un retorno a 1992 en el que el turista es guiado en todo momento por un superviviente de guerra que les acompaña y relata en primera persona el conflicto.

Los tiroteos y sonidos de bombas rodean este hotel, donde el acceso al agua corriente, a la comida y a la electricidad es misión casi imposible. Los visitantes duermen en un refugio antiaéreo usado durante la guerra y aprenden a «sobrevivir».

«No todo vale. Recomiendo a mis estudiantes que vayan a un Bread and Breakfast que regenta una señora a la que tuve el placer de fotografiar y que vivió la guerra en primera persona. Irte a un hotel que recrea la guerra es algo que va mucho más allá», asegura Sandra Balsells .

Para un inmersión completa, el turista opta por visitas guiadas a lugares como la Avenida de los Francotiradores , una de las zonas conocidas durante guerra como de «muerte fácil», por donde los habitantes de la ciudad se veían obligados a cruzar, corriendo y cabizbajos, sin saber si llegarían al otro lado sanos y salvos. Hoy se puede ver repleta de turistas que fotografían sin parar.

El mercado de Markale es otro de los emplazamientos que los turistas visitan con el fin de conectar con la realidad vivida por el pueblo bosnio. En 1994 una granada terminó con la vida de 68 personas y dejó a más de 150 heridos , una de las mayores masacres que 25 años después sigue poniendo los pelos de punta a todos aquellos que deciden visitar este lugar testigo del horror.

4

La Catedral Notre Dame de París rodeada por unidades del ejército francés J. P. QUIÑONERO

Notre Dame de París

El pasado mes de abril, la Catedral de Notre Dame de París, el monumento más visitado de Europa, ardía . El sector turístico temía que esto supusiera una disminución en el número de visitantes de la capital francesa, como ocurrió a raíz de los ataques terroristas o de las protestas de los chalecos amarillos, pero no ha sido así. «Mantenemos nuestro crecimiento y oferta habitual con París. De hecho, estamos creciendo mucho en Francia y hemos abierto nuevas rutas con el país», afirman desde Iberia .

Antes del incendio, Notre Dame era visitada por 12 millones de turistas cada año. Desde abril la Catedral está cerrada al público y vigilada por unidades del ejército , pero los curiosos continúan acercándose a fotografiar las labores de reconstrucción.

Aunque la gran joya del gótico no se pueda visitar sigue siendo uno de los reclamos más fuertes de la ciudad y atrae a turistas de los cinco continentes, informa Juan Pedro Quiñonero .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación