El Sínodo concluye que es imprescindible que la mujer gane presencia en la Iglesia

Asume con tibieza las propuestas de celibato opcional y sacerdocio femenino pero matiza que son «suscitadas sólo en algunas diócesis» y por un «número reducido de personas», aunque detecta una «clara petición» de que «dialoguemos sobre ellas»

La Iglesia se reconoce como «responsable» de «una clara fractura» con la sociedad y asume que es vista como »una institución reaccionaria y poco propositiva, alejada del mundo de hoy»

Las diócesis españolas reclaman una mayor presencia de la mujer en la Iglesia

Una laica abulense comparte su experiencia en la Asamblea del Sínodo ABC
Jos� Ram�n Navarro-Pareja

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La «necesidad de discernir» sobre el celibato opcional, la ordenación de casados y el «tema de la ordenación de las mujeres» sí aparecerán en el documento final que la Iglesia española enviará a Roma como conclusión de la fase diocesana del Sínodo, aunque con el matiz de que se trata «de cuestiones suscitadas sólo en algunas diócesis y, en ellas, por un número reducido de grupos o personas».

Es una de las conclusiones del documento de síntesis que se ha presentado este sábado en la Asamblea Final del Sínodo , que ha reunido en el auditorio de la Fundación Pablo VI de Madrid a más de seiscientas personas. El documento incorpora también otras cuestiones recogidas en las síntesis diocesanas, como ha adelantado ABC, tales como la importancia de una mayor «corresponsabilidad de los fieles laicos» , la denuncia del clericalismo y «el autoritarismo en la Iglesia» y la necesidad de dar un mayor reconocimiento al «papel de la mujer en la Iglesia». Una de las cuestiones que ha provocado un aplauso de aprobación durante la asamblea ha sido la propuesta de dar «una mayor apertura del proceso de nombramiento de obispos y párrocos a la participación de la comunidad».

La propuesta también recoge «la necesidad de que la acogida esté más cuidada en el caso de las personas que necesitan de un mayor acompañamiento en sus circunstancias personales». Y especifica dos casos concretos, las que tienen una específica situación familiar y en ese sentido muestra «con fuerza, la preocupación por las personas divorciadas y vueltas a casar». También especifica la necesidad de cuidar más la acogida a quienes necesitan un mayor acompañamiento por razón «de su orientación sexual» . «Sentimos que, como Iglesia, lejos de quedarnos en colectivos identitarios que difuminan los rostros, hemos de mirar, acoger y acompañar a cada persona en su situación concreta», añade el documento.

Es, después de una larga introducción teórica, cuando el documento aborda las cuestiones que han causado una mayor expectación mediática. Y las va desgranando en un sentido inverso a su posible problemática doctrinal , a la par que añade, de forma progresiva y buscando un efecto preventivo, frases que aclaran que las propuestas no se corresponden con la mayoría de las aportaciones.

Así, cuando cita los «temas que han tenido una fuerte resonancia», señala como primero «sin duda alguna», la referencia «al papel de la mujer en la Iglesia como inquietud, necesidad y oportunidad». Y lo concreta al explicar que «se ve imprescindible su presencia en los órganos de responsabilidad y decisión de la Iglesia». Y continúa haciendo referencias a los jóvenes, las familias, los ministerios laicales y el diálogo con otras confesiones, con una especial referencia a la cuestión de los «abusos sexuales, de poder y de conciencia en la Iglesia» , que han tenido un «gran eco» en las propuestas de las diócesis «evidenciando la necesidad de perdón, acompañamiento y reparación».

Añade después otras cuestiones «relevantes», pero con «menor presencia» como el potenciar «la iglesia en el mundo rural», la religiosidad popular , la pastoral de los mayores y la conveniencia de incrementar la atención a «presos, enfermos o inmigrantes».

Sólo ya después, con la aclaración de que «se trata de cuestiones suscitadas sólo en algunas diócesis y, en ellas, por un número reducido de grupos o personas, vemos conveniente incorporar a esta síntesis, por su relevancia en el imprescindible diálogo eclesial y con nuestros conciudadanos, la petición que formulan acerca de la necesidad de discernir con mayor profundidad la cuestión relativa al celibato opcional en el caso de los presbíteros y a la ordenación de casados ».

A ello añade que «en menor medida, ha surgido igualmente el tema de la ordenación de las mujeres». Y añade la aclaración de que «en relación con estos temas, se detecta una clara petición de que, como Iglesia, dialoguemos sobre ellos con el fin de permitir conocer mejor el Magisterio respecto de los mismos y poder ofrecer una propuesta profética a nuestra sociedad».

Y para hablar del «magisterio», el documento introduce, a modo preventivo, una nota al pie al documento del Papa Francisco sobre las aportaciones al sínodo de la Amazonía . Es la única cita, junto a otra de un discurso papal, y hace referencia a los puntos en que Francisco se refiere a la figura del sacerdote y al papel de la mujer dentro de la Iglesia. En su momento, el sínodo de la Amazonía también generó expectativas sobre la posibilidad de la ordenación de hombres casados y aumentar las funciones de la mujer en las parroquias , en función de las especiales dificultades que presenta la evangelización en un territorio de una gran extensión geográfica y con escasa presencia de ordenados. Sin embargo, con su documento final —el que hace referencia la nota al pie de la síntesis presentada por la Iglesia española— el Papa zanjo la cuestión sin grandes cambios .

La síntesis también recoge la percepción de «una clara fractura entre Iglesia y sociedad» y reconoce que la institución eclesial «es vista como una institución reaccionaria y poco propositiva, alejada del mundo de hoy» . Una realidad que «en parte, consideramos que la responsabilidad es nuestra porque no sabemos comunicar bien todo lo que somos y hacemos. Y una imagen de la Iglesia que «nos duele» y «nos conduce a un profundo desánimo que dificulta la presencia evangelizadora y transformadora de la realidad», explican.

El documento ha sido analizado por los seiscientos participantes en la asamblea para resaltar los puntos fuertes o detectar las posibles lagunas. Las conclusiones han ratificado las conclusiones y han destacado que «el alto grado de coincidencia en las aportaciones de las diócesis es un signo de la acción del Espíritu Santo» en el trabajo del sínodo. En cuanto a las lagunas, han solicitado que se tenga también en cuenta «como prioridades a los niños y las personas con discapacidad».

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