Las diócesis españolas reclaman una mayor presencia de la mujer en la Iglesia

Ordenación femenina, celibato opcional o la redefinición del papel de los laicos: la Iglesia española en la encrucijada de elegir sus propuestas para el Sínodo

Algunos obispos hablan de «propuestas disonantes con la doctrina y la moral católica« entre las presentadas

El Papa invita al Sínodo «a aprender a escucharnos mutuamente: obispos, sacerdotes, religiosos y laicos»

Un grupo de mujeres asisten a una misa presidida por el obispo Demetrio Fernández en la catedral de Córdoba Valerio Merino
Jos� Ram�n Navarro-Pareja

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La presentación de la síntesis con las aportaciones de la Iglesia española será el momento central de la Asamblea Final del Sínodo de la Conferencia Episcopal, que reúne este sábado en Madrid a unas 600 personas, la mayor parte laicos, pero también 52 obispos y dos centenares de sacerdotes , seminaristas y religiosos. Un documento de unos diez folios que, tras ser discutido, será el que se lleve hasta Roma con las propuestas españolas, para sumarlas al resto de Iglesias nacionales y, finalmente, discutirlas ante el Papa en la Asamblea general del Sínodo de los Obispos , en octubre de 2023.

El texto tendrá que sintetizar cientos de aportaciones que han llegado hasta la Conferencia Episcopal desde las setenta diócesis españolas, después de un proceso en el que, según ha informado el propio episcopado, han participado más de 215.000 personas. Sobre la mesa, propuestas de todo tipo, desde la creación de una escuela de monaguillos hasta — la más repetida de todas— aumentar la corresponsabilidad y promover la participación de los laicos para reducir «el excesivo clericalismo que hay en la Iglesia española».

Como siempre, el foco mediático se ha centrado en aquellas que suscitan una mayor polémica: la revisión de las objeciones teológicas al sacerdocio femenino , el celibato opcional y la ordenación de hombres casados, la mayor implicación de los laicos en la elección de los obispos o la mejora de la acogida eclesial al colectivo LGTBi y a los divorciados vueltos a casar. Las mismas que, de forma habitual, ocupan titulares, pero con la diferencia de que, ahora, las propuestas no vienen de grupos alejados de la Iglesia , asociaciones de escasa representatividad o teólogos heterodoxos movidos por los vientos conciliares, sino que provienen de las propias diócesis.

Son las síntesis que cada iglesia local ha elaborado para enviar a la Conferencia Episcopal, están publicadas en sus páginas web y, la mayor parte de ellas, han sido presentadas por el obispo en un acto público. Unas aportaciones que responden a la idea que el Papa Francisco tiene para este Sínodo y que expresó en su discurso de apertura, en septiembre: « dejad las puertas y las ventanas abiertas , no os limitéis a considerar sólo a los que acuden o piensan como vosotros —que serán el 3, el 4 o el 5%, no más—. Dejad que entren todos».

Ahora una comisión constituida por la Conferencia Episcopal, y en última instancia la propia Asamblea, deben decidir cual es el contenido final de documento español, teniendo en cuenta que algunas de las propuestas ya han generado discrepancia interna . Es el caso de las presentadas por la diócesis de Barcelona, encabezada por el cardenal Juan José Omella, quien también preside la Conferencia Episcopal. El pasado 29 de mayo daban a conocer, en un acto presidido por el arzobispo, su síntesis en la que, según la nota de prensa de la diócesis, los retos más destacados son «la corresponsabilidad de los laicos en la Iglesia, el papel de la mujer y el uso de un lenguaje inteligible para la sociedad».

Unos temas recurrentes en la treintena de las síntesis que las diócesis han hecho públicas y a las que ha tenido acceso este periódico. Con la particularidad en Barcelona de que, al hablar de la implicación de la mujer en la Iglesia, se concreta en avanzar en el « reconocimiento real y efectivo de la igualdad y la dignidad de todos los bautizados, especialmente de ellas». Y señala que «algunas aportaciones piden que asuman un papel activo en la vida eclesial y se avance en la reflexión sobre su acceso al diaconado y, si fuera posible magisterialmente, al presbiteriado ».

"Se trata únicamente de unas propuestas, nunca votadas ni aprobadas, no estamos ante una nota doctrinal", afirma el cardenal Omella

El propio Omella terciaba esta semana en la polémica, «ante las noticias aparecidas sobre el proceso sinodal» para aclarar que « se trata únicamente de unas propuestas, nunca votadas ni aprobadas . No estamos ante una nota doctrinal, sino un documento generado por todos los bautizados». Más lejos llegaba, Demetrio Fernández, el obispo de Córdoba, quien en una carta pastoral dirigida a sus diocesanos hablaba de « voces que atentan contra la comunión eclesial » y de varias «propuestas disonantes con la doctrina y la moral católica, y especialmente a la propuesta del sacerdocio femenino, como si la Iglesia tuviera que ponerse al día en esta reivindicación al socaire del feminismo reinante».

La posibilidad de la ordenación femenina es, de lejos, la propuesta que puede tener un recorrido más complejo si finalmente siguiera adelante, pues entra en colisión con la declaración que Juan Pablo II hizo en 1994 en la carta apostólica 'Ordinatio sacerdotalis' en la que afirmaba: «declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres ». Una circunstancia que según afirma Demetrio Fernández, «ha dejado zanjada la cuestión».

Una propuesta recurrente

Sin embargo, la propuesta no viene exclusivamente desde Barcelona. La mayor parte de las síntesis recogen la petición de dar «una mayor presencia y reconocimiento de la mujer», como la de Astorga, sin hablar de sacerdocio. Pero otras van más allá para pedir «el acceso al diaconado y presbiterado», como la de León. O Pamplona —que especifica que lo pide un 20%, la de San Sebastián —, Segorbe-Castellón —que señala que la aportación la hacen 2 grupos de los 180 participantes—, Solsona, Tarazona, o Valladolid, donde se afirma que «algunos plantean el estudio de las razones teológicas para el no sacerdocio de la mujer en la Iglesia».

Otras propuestas, como la ordenación de hombres casados o el celibato opcional no implicarían un debate teológico tan enconado , porque dependerían de una decisión administrativa del Papa. Aunque, en la práctica, ya han sido tratadas en sínodos recientes, como el de la Amazonía, sin que se hayan concretado. Por otra parte, la implicación del laicado en la Iglesia y el mayor protagonismo de la mujer, sin llegar al sacerdocio, es una de las constantes en las últimas decisiones de Francisco , como en la reforma de la Curia que entró en vigor este domingo, que ya permite que puedan incluso presidir dicasterios vaticanos.

En este contexto, la Asamblea tendrá que decidir este sábado cuáles son las propuestas finales que llevará la Iglesia española hasta Roma . « Todas las propuestas, incluida la de la diócesis de Barcelona, están siendo escuchadas y recogidas de cara a elaborar la síntesis final», afirmaba hace unos días el secretario del grupo sinodal, Luis Manuel Romero. «Lo importante es este estilo de escucha y discernimiento y no tanto cuestiones particulares», añadía al presentar la asamblea a la prensa.

Un «ejercicio de discernimiento», realizado desde un «clima de oración» en el que tendrán que sopesar las aportaciones realizadas, la fidelidad doctrinal e, incluso, la repercusión mediática de la propuesta final . Una difícil encrucijada que las palabras de Francisco en la apertura del sínodo no contribuyen a aclarar: «no debe prevalecer la idea de distinguir entre mayorías y minorías: esto lo hace un parlamento... Cuántas veces los 'descartes' se han convertido en 'piedras angulares', los 'alejados' en 'vecinos'».

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