Parricidio de Castellón: La juez no apreció en las grabaciones que la madre se sintiera amenazada

«Me voy a cargar lo que más quieres», le dijo él; a los nueve meses pactaron la custodia

Entrada del colegio de las niñas asesinadas en Castellón Mikel Ponce / Vídeo: La juez no tuvo en cuenta las amenazas de muerte del parricida de Castellón

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La madre de Nerea y Martina, asesinadas el martes en Castellón por su padre, denunció el 24 de febrero a su todavía marido por las amenazas recibidas: «Entonces no vas a hacer nada, ya te puedes ir despidiendo de las niñas », «tú sabes lo que haces, ya estás sentenciada» y antes, en julio de 2017 le dijo: «Me voy a cargar lo que más quieres». Todas estas frases las plasmó Itziar Prats en su denuncia. Ella declara en el juzgado de guardia y él dos días después en el Juzgado de Violencia contra la Mujer número 1 de Castellón. La juez denegó a la mujer la orden de protección en la que pedía que se suspendiera el régimen de visitas de sus dos hijas. Ese régimen lo había acordado la pareja solo diez días antes, en un juzgado de Familia y es el primer hecho discordante con lo sucedido después.

Itziar y Ricardo pactaron que él llevaría a las pequeñas de seis y dos años al colegio todos los días y las recogería otros dos, pernoctando con ellas tres de cada quince días.

La magistrada deniega la orden de protección el 27 de febrero con tres argumentos: que no ha dado una explicación del miedo que dice sentir; que ese miedo no es compatible con sus actos fijó su residencia a unos metros) y que la Policía la ha catalogado como «riesgo bajo» . Tras el asesinato de las dos pequeñas, el foco se ha puesto en esta decisión judicial pero los siguientes pasos evidencian la extremada dificultad para predecir determinados comportamientos y las carencias que persisten en la dotación de medios para combatir la violencia de género.

«Tú ya estás sentenciada»

La madre recurre la decisión y la juez le pide que aporte las grabaciones realizadas a su marido. En su siguiente auto de 6 de abril, al que ha tenido acceso ABC, se desmenuzan tanto las frases amenazantes de dichas grabaciones como el contexto. Tras escucharlas -fueron grabadas el 3 de noviembre de 2017 y el 23 de febrero de 2018- la magistrada asegura que no aprecia que Ricardo « tratara de intimidar a su esposa y, lo que es más, que esta se sintiera amenazada por sus palabras». Son conversaciones largas de 6, 29, 15, 21 y 2,38 minutos en las que ambos hablan sobre cómo deben desarrollar la convivencia con sus hijas; en ellas discrepan «pero en un tono normal y sin palabras estridentes ni ofensivas».

Y aquí hay que enmarcar el contexto. «No, si tú ya estás sentenciada, tú ya estás lista de papeles», le dice Ricardo a Itziar en una de ellas, justo cuando acaban de hablar sobre sus discrepancias con la interpretación judicial de las visitas. En otra, él intenta convencerla para que flexibilicen ese régimen a lo que ella se niega y le dice: «Todo lo que puedas solucionar, lo hablas con tu abogado» (...) Siguen hablando y él la interroga sobre lo que va a hacer (se supone que en ese momento). La respuesta de la mujer es: «Pues me voy a casa y luego a trabajar... y tú qué vas a hacer». Ricardo dice: «Ya lo veré». Y ella continúa: «¿Ya lo veré? ¿me estás diciendo que me despida de mis hijas porque no las voy a volver a ver... Pues espero que mañana pueda hablar con ellas porque lo pone la sentencia. «Más allá de la ruptura familiar las palabras vertidas por el investigado no revisten entidad penal y se enmarcan en el ámbito de una difícil ruptura (...)», aprecia la juez.

Protección para las menores

El origen de esta denuncia, la primera y única que ella interpuso, fue la discusión que sostuvieron en una cafetería porque él quería adaptar las visitas a su nuevo horario laboral. «Entonces no vas a hacer nada, ya te puedes ir despidiendo de las niñas », le dijo él. Aun así ella acompañó a las niñas a casa del padre y se marchó. Itziar contó que antes de separarse, en julio de 2017 él le advirtió: «Me voy a cargar lo que más quieres». En el juzgado dio otra fecha y otro contexto. «Cambia su versión e indica que las amenazas van dirigidas a sus hijas y pide protección para las menores pese a afirmar que voluntariamente entregaba a las niñas al padre tras la ruptura» y que luego pactaron las amplias estancias con él.

La magistrada, especializada en violencia de género, da cinco razones de por qué no ve una situación objetiva de riesgo: las discrepancias son por la relación con las hijas; Itziar no ha argumentado por qué denuncia las amenazas muchos meses después, al hilo de una disputa por las visitas; no pidió protección para ella ante el Juzgado; el temor que dice sentir no es coherente con sus conductas y el riesgo valorado por la Policía es «bajo». El 29 de mayo se archivó el procedimiento. En julio, a Ricardo le embargaron las cuentas por impago de la pensión.

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