El Papa invita a los medios a no caer en la afición patológica «al escándalo, a comunicar las cosas feas»

En una línea de clara estima, el Papa ha reiterado que «los medios de comunicación son constructores de una sociedad», y ha subrayado que «por sí mismos, son para construir. Para intercambiar. Para fraternizar, para hacer pensar, para educar. En sí mismos son positivos».

Pero al mismo tiempo, en una entrevista con el semanario católico belga «Tertio», Francisco advierte que los medios deben evitar cuatro tentaciones.

Se trata en primer lugar de la calumnia, que es publicar información falsa sobre una persona o una entidad; la difamación, que es publicar información verdadera, pero antigua o que no viene a cuento; y la desinformación que es «decir una parte de la verdad y no la otra».

Según Francisco, si a un lector o espectador «le das la mitad de la verdad, no puede hacer un juicio serio sobre la verdad completa.

La desinformación es probablemente el daño más grande que puede hacer un medio. Porque orienta la opinión en una dirección, quitando la otra parte de la verdad».

A esas tres tentaciones el Papa añade «la enfermedad de la coprofilia» o afición patológica a los excrementos, «que es buscar siempre comunicar el escándalo, comunicar las cosas feas, aunque sean verdad. Y como la gente tiene la tendencia a la coprofagia, se puede hacer mucho daño».

Los medios serios que evitan caer en esas «cuatro tentaciones» son, según Francisco, «constructores de opinión y pueden edificar, y hacer un bien inmenso, inmenso».

En la misma línea positiva, el Papa ha iniciado en la audiencia general de este miércoles una nueva serie de catequesis sobre el tema de la esperanza.

La esperanza es una virtud muy propia del tiempo de este tiempo de Adviento que precede a la Navidad, y muy necesaria en el mundo de hoy, «en que a veces nos sentimos perdidos o impotentes frente al mal y la violencia que nos rodea».

El nacimiento de Jesús tuvo lugar en un contexto de pobreza y en la periferia geográfica de un imperio despiadado que se apoyaba en la fuerza. Pero en muy poco tiempo, los cristianos cambiaban la historia del mundo.