Papa Francisco: «En Panamá, la gente alzaba los niños en brazos al paso del ‘papamóvil’. Era conmovedor»

«La alegría de los jóvenes con sus banderas contrastaba con la triste tendencia a los nacionalismos conflictivos»

El Papa Francisco, este miércoles EFE
Juan Vicente Boo

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Recordando su viaje de la semana pasada a Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco ha manifestado este miércoles que se conmovía al ver que «la gente alzaba los niños pequeños en brazos al paso del ‘papamóvil’ como diciendo: ‘¡Este es mi orgullo! ¡Este es mi futuro!’ Los padres y madres estaban orgullosos de esos niños».

En la audiencia general a miles de peregrinos, el Santo Padre ha subrayado «cuánta dignidad hay en ese gesto y qué elocuente resulta para el invierno demográfico que estamos viviendo en Europa. El orgullo de esas familias son los niños. La seguridad para el futuro son los niños. El invierno demográfico sin niños es duro, ¡eh!».

Rememorando su encuentro con un cuarto de millón de jóvenes, Francisco ha comentado que « ver todas las banderas desfilar juntas , y bailar en manos de jóvenes felices de reunirse es un signo profético. Un signo contracorriente respecto a la triste tendencia de hoy a los nacionalismos conflictivos».

En contraste con la obsesión por «levantar muros», la felicidad del encuentro entre personas venidas de 150 países es, según el Papa, «una señal de que los jóvenes cristianos son un fermento de paz en el mundo».

Con aspecto cansado pero a la vez contento, Francisco ha recordado también la emoción del intenso Vía Crucis con los jóvenes, añadiendo que «a mí me gusta mucho el Vía Crucis porque es caminar con María detrás de Jesús». Sacando del bolsillo un objeto rectangular oscuro, ha revelado que «siempre llevo conmigo un Vía Crucis de bolsillo, que me regaló un apersona muy apostólica de Buenos Aires, y cuando tengo un momento, lo hago. Haced el Vía Crucis porque es seguir a Cristo con María».

En Panamá le impresionó también la consagración del altar de la catedral de Santa María la Antigua, y la misa final con setecientas mil personas en una inmensa explanada en las afueras de la ciudad.

En ese encuentro masivo «le dije a los jóvenes que están llamados a vivir el Evangelio en el ‘hoy’. Porque los jóvenes no son el ‘mañana’ sino que son el ‘hoy’ de la Iglesia y del mundo. E hice un llamamiento a los adultos para que no les falte a las nuevas generaciones educación, trabajo, comunidad y familia».

El Papa inició el largo viaje a Panamá el pasado miércoles y regresó este lunes, pero no va a poder descansar mucho pues el próximo domingo emprende un viaje de tres días a Abu Dhabi —el primero de un Papa a la Península Arábiga—, para hablar de fraternidad universal con líderes de otras religiones.

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