El Papa advierte que «culpar continuamente a los demás es una pérdida de tiempo: te alejas de Dios»
Pide solidaridad con Afganistán y agradece a quienes ayudan «a la población que sufre tanto, sobre todo mujeres y niños»
Las etnias de Afganistán
En una fuerte advertencia a los amargantes compulsivos , el Papa Francisco ha advertido este domingo que «a menudo pensamos que el mal proviene principalmente del exterior : del comportamiento de los demás, de quienes piensan mal de nosotros, de la sociedad».
Al tiempo que denunciaba ese vicio, e l Papa reconocía males objetivamente graves, y manifestaba tanto su «gran preocupación» por los atentados en Afganistán como su agradecimiento «a quienes ayudan a esa población que está sufriendo tanto, en particular las mujeres y los niños».
Pasando al plano religioso, ha añadido que «en momentos históricos como este no podemos permanecer indiferentes . Ruego a todos rezar y ayunar. Oración y sacrificio. Lo digo en serio, apelando a la misericordia de Dios».
Ante una tragedia humana de esa magnitud , tiene todavía menos sentido el vicio de la queja continua. Según Francisco, para quien cae en él, todo «es siempre culpa de los ‘otros’: de la gente, de los que gobiernan, de la mala suerte. Parece que los problemas vienen siempre de fuera. Y pasamos tiempo repartiendo culpas ».
En su encuentro con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus , el Papa ha descrito esa patología: «pasar el tiempo culpando a los demás es una pérdida de tiempo. Te enojas, te amargas y mantienes a Dios fuera de tu corazón» .
Y lo ha remachado: « No se puede ser verdaderamente religioso en la queja, pues nos envenena. La ira, el resentimiento y la tristeza cierran las puertas a Dios».
Como remedio ha sugerido «pedir al Señor que nos libere de echar la culpa a los demás. Pidamos la gracia de no perder el tiempo contaminando el mundo con quejas, porque esto no es cristiano».
Y ha recordado que «Jesús nos invita a mirar la vida y el mundo desde nuestro corazón. Si miramos dentro, encontraremos casi todo lo que odiamos fuera» . Esa actitud ayudará a superar «el vicio de culpar a los demás y de quejarse de todo».
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