El limbo de los bebés robados

300.000 recién nacidos fueron adoptados irregularmente entre 1940 y 1990. Muchos de ellos siguen buscando a sus padres

Víctimas de la supuesta trama de bebés robados se han concentrado en la Audiencia Provincial de Madrid EFE

Laura Daniele

1

Dacil Vera busca a sus padres biológicos Tony Cuadrado

«Quiero que mi madre biológica me diga que me dio voluntariamente»

Alrededor de 300.000 recién nacidos fueron sustraídos entre 1940 y 1990 en nuestro país, según las estimaciones de la asociación SOS Bebés Robados. Cerca de 30.000 han sido denunciados pero solo uno ha conseguido llegar a la Justicia. Es el caso de Inés Madrigal. El juicio comenzó esta semana en la Audiencia Provincial de Madrid y tuvo que ser suspendido por el mal estado de salud del único acusado, el doctor Eduardo Vela . Hace 49 años, Inés fue sustraída de su madre biológica al nacer en la Clínica San Ramón de Madrid y entregada a otra familia, que la pudo inscribir como su hija legítima gracias al certificado de nacimiento con datos falsos expedido por este ginecólogo que ahora tien 84 años.

«Es un día importante para la causa porque este no es solo mi caso. Todo el mundo sabe que en este país se robaron niños», aseguraba Inés esta semana durante la celebración del primer juicio en España por los casos de bebés robados. En 2011 esta mujer emprendió una lucha sin tregua para encontrar sus verdaderos orígenes. A ella se han sumado centenares de personas que buscan a sus padres biológicos, hermanos e hijos después de conocer que fueron adoptados de forma irregular.

Muchos de estos casos llegaron en 2011 a la Fiscalía General del Estado de la mano de la Asociación Nacional de Afectados de Adopciones Irregulares (Anadir). Esta organización presentó una denuncia masiva por el robo de 261 niños. A ellas se fueron sumando otras causas hasta llegar a las 1.072. La mayoría fueron archivadas por falta de acceso a las pruebas o porque los delitos denunciados habían prescrito.

Sin papeles de adopción

Dacil Vera se enteró hace un año de que sus padres la habían adoptado al nacer. La sorpresa fue aún más grande cuando s u madre le reveló que había nacido en la clínica San Ramón de Madrid y que fue el propio doctor Eduardo Vela quien la había entregado al matrimonio. «Mis padres no tienen papeles de adopción. Según me cuenta mi madre fue un trato con Vela», asegura esta mujer, que está convencida que sus «padres pudieron ser engañados».

«Yo no tenía ningún interés de encontrar a mi madre biológica pero desde el momento que supe el lugar donde había nacido sentí un deber moral de buscarla y que sea ella la que me diga si me dio voluntariamente», asegura Dacil. Sus temores son fundados después de que la Justicia decidiera sentar en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid al doctor Vela para responder por por tres delitos relacionados con el robo al nacer de Inés Madrigal para dársela a un matrimonio de manera ilegal. «Yo no sé lo que pasó pero parece que el caso de Inés no es un hecho aislado», comenta esta mujer, que lo ha pasado muy mal desde que su madre le confesó las circunstancias de su nacimiento. «Hay que tragar a pelo. Es muy duro digerir todo esto. Los bebés robados no tenemos apoyo psicológico y si no fuera por mi marido no habría podido superar este trance», afirma.

2

Alfonso Cárdenas vive en Sevilla Juan Flores

«Antes de que me recogieran mis padres ya llevaba sus apellidos»

Alfonso Cárdenas descubrió que era hijo adoptado meses antes de casarse. Tenía entonces 30 años. «Es un jarro de agua fría que te cae sin comerlo ni beberlo», afirma.

Su historia se remonta al año 1966 cuando fue entregado por un desconocido a la Casa Cuna de Sevilla. Allí le recogieron sus padres adoptivos días después. «Lo curioso es que en la ficha de entrega que tenían las religiosas figuro como hijo biológico de mis padres adoptivos. Esto quiere decir que antes de que me recogieran ya llevaba sus apellidos», indica.

Su padre murió y su madre nunca ha querido hablar del tema. «Siempre me dice que voy a morir con las ganas de saber quién soy», asegura este hombre que ahora se dedica a ayudar a otras personas a descubrir su verdadera filiación a través de la asociación Sos Bebés Robados Sevilla.

Conocer estas circunstancias ha sido un trago muy amargo para Alfonso. «Todo ha sido muy complicado. Tengo derecho a saber cuáles son mis orígenes y mi filiación. A veces llevo a mis hijos al médico y me preguntan por los antecedentes familiares y no sé qué contestar», afirma. Ahora se encuentra mejor, pero en algunas épocas hasta ha necesitado ayuda psicológica.

3

Pedro Cegarra nación en el Hospital Hispano Alemán de Madrid J. M. Rodríguez

«Cuando piensas que te pudieron quitar de tu madre te cambia la perspectiva»

Su madre no podía tener hijos pero en 1980, Pedro Cegarra llegó a la familia. Cuando cumplió siete años María, su madre, que ahora tiene 87 años, le confesó que lo habían adoptado. «Me dijo que un amigo de Madrid le había dicho que en la capital era fácil recoger niños y entonces le pidió que le consiguiera uno». En la familia Cegarra el tema se convirtió en tabú y no se volvió a hablar de ello hasta 2009 cuando murió el padre de Pedro. Entonces tenía 29 años y el joven pidió más detalles a su madre sobre lo que había sucedido. Supo que había nacido el 30 de julio de 1980 en el entonces hospital Hispano Alemán de Madrid (hoy Hospital Ruber Internacional).

«Mi madre me dijo que hubo dinero de por medio para arreglar el papeleo. Al parecer mi madre biológica estaba casada y me dio en adopción a la enfermera», asegura Pedro. En el parte oficial de nacimiento expedido por el hospital, Pedro figura como «hijo de madre desconocida» pero en su certificado del Registro Civil está inscrito como hijo biológico de María y Pedro Cegarra. «La adopción fue irregular y mucho», asegura este joven, que precisa que en el certificado del Registro se señala que su madre adoptiva le dio a luz en casa, circunstancia que corroboraron dos testigos.

Pedro denunció su caso ante la Justicia pero fue archivado por falta de acceso a la prueba, ya que el hospital cerró en 1982 y ya no había manera de acceder a los registros. «Cuando te cuentan que eres adoptado sientes un sentimiento de abandono que te acompaña toda la vida pero cuando piensas que a lo mejor te quitaron de tu madre te cambia la perspectiva. Sientes necesidad de conocer tus raíces y completar un eslabón de tu historia que te falta y desconoces», asegura Pedro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación