El primer médico juzgado por un bebé robado: «No he dado una niña a nadie»

Eduardo Vela no recuerda ni reconoce su firma en el parte de nacimiento falso de Inés Madrigal y que permitió que sus padres adoptivos la inscribieran como su hija biológica

Inés Madrigal, este martes, a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid Foto: EFE | Vídeo: ATLAS

LAURA DANIELE

Acompañado por su mujer y su hija, el ginecológo Eduardo Vela negó este martes ante la juez que hubiera entregado en 1969 a una niña recién nacida a una pareja que no eran sus padres biológicos cuando era director de la Clínica San Ramón de Madrid. El médico, que ahora tiene 84 años, se sentó en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid que le juzga por tres delitos relacionados con el robo al nacer de Inés Madrigal para dársela a un matrimonio de manera ilegal. Esta pareja consiguió inscribir al bebé como su hija biológica gracias a la inscripción de nacimiento con datos falsos expedido entonces por el doctor Vela.

Se trata de la primera causa sobre bebés robados que llega a juicio en España. En medio de una gran expectación, el ginecólogo —que llegó este martes al juzgado en sillas de ruedas— aseguró entre murmullos imperceptibles para los asistentes en la sala del tribunal que él «no había entregado una niña a nadie». La frase fue confirmada por la propia fiscal que repitió lo dicho por Vela en voz alta para que quedara constancia de ello.

Problemas de audición y memoria

El ginecólogo ya retirado se enfrenta a una petición fiscal de once años de prisión por un delito de sustracción de menores, suposición del parto, falsedad documental y detención ilegal. Además solicita una indemnización de 350.000 euros para Inés por los daños morales causados. La denunciante eleva la solicitud de pena a 13 años de cárcel.

En el primer día de juicio, Vela se mostró débil, con problemas de audición y de memoria, ya que no pudo responder a prácticamente ninguna de las preguntas de la fiscal y del abogado de la acusación al no recordar nada. Con el parte de nacimiento de Inés entre sus manos, el médico incluso aseguró que no recordaba haber firmado ese documento y que no reconocía su firma. En la fase de instrucción Vela en cambio sí había admitido que el nombre y la firma que figuraba en la inscripción del nacimiento eran las suyas.

El ginécologo tampoco pudo precisar cuál era el protocolo de atención a las mujeres embarazadas en la clínica, ni quienes eran los responsables de elaborar los partes de nacimiento, ni quién cumplimentaba los libros de registro. «Creo que no se comprobaba que los datos que venían en el parte de nacimiento fueran correctos», indicó.

Decenas de personas esperaban en la puerta de la audiencia la salida de Vela al grito de: «Criminal», «yo soy robada y no he prescrito». Muchos de ellos también buscan a sus verdaderos padres biológicos. Se estima que alrededor 300.000 recién nacidos fueron sustraídos entre 1940 y 1990 en nuestro país, según las estimaciones de la asociación SOS Bebés Robados. Cerca de 30.000 han sido denunciados pero solo uno ha conseguido llegar a la Justicia. Es el caso de Inés Madrigal.

Emocionada por las decenas de gestos de apoyo, esta mujer de 49 años aseguró al final de la primera jornada de juicio que no estaba sorprendida por la falta de colaboración mostrada por el doctor Vela. «Es curioso que el doctor no recordara nada en las preguntas del Ministerio Fiscal y del letrado de la Acusación y mostrara una mejoría repentina cuando tocaba responder a su abogado» , aseguró Guillermo Peña, abogado de la denunciante.

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