Una ciudadana intenta apagar el fuego en el Vale De Cambra, Portugal
Una ciudadana intenta apagar el fuego en el Vale De Cambra, Portugal - EFE

Los incendios desatan «una situación crítica» en Portugal

La acción del fuego se concentra en el norte del país vecino, cerca de Oporto, Braga y Aveiro

Lisboa Actualizado: Guardar
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Las palabras del secretario de Estado de Interior portugués, Jorge Gomes, no dejan lugar a dudas acerca de la gravedad causada por los fuertes incendios que arrasan el norte de Portugal. «Vivimos un momento muy crítico», ha dicho el portavoz autorizado del Gobierno socialista en vista de que sólo el 7 de agosto se registraron 115 fuegos, lo que obligó a una intensa movilización de recursos para realizar hasta 104 intervenciones aéreas.

Lás áreas que rodean Oporto, Braga y Aveiro desatan las mayores alarmas, especialmente por el incendio que se mantiene activo muy cerca de Galicia, en el Parque Natural de Gerês, no lejos del idílico pantano donde se asientan las mansiones de algunos famosos del país vecino, caso de Cristiano Ronaldo y Sara Sampaio.

La riqueza de la fauna y flora en esta zona constituye uno de los principales motivos de preocupación.

A sólo 20 kilómetros de Oporto se sitúa Melres, un pequeño municipio cuyo alcalde, José Andrade, se mostró angustiado por la dimensión de las llamas: «Nos faltan medios. Todo el pueblo trabaja con los bomberos, pero necesitamos ayuda».

Cinco grandes incendios y otros 84 menos intensos continúan vigentes en todo el norte de Portugal, asolado por el fuego en este mes de agosto.

El verano había comenzado con mejores perspectivas en este sentido, pues el mes de julio no fue nada prolífico después de una lluviosa primavera. Pero la tregua se ha quebrado con las altas temperaturas de los últimos días.

Según la plataforma que agrupa a los bomberos del país vecino, el 75% de los incendios declarados al otro lado de la frontera son provocados. La mayoría de estas incidencias se produce de Lisboa hacia arriba, con un índice mucho menor en regiones como el Alentejo y el Algarve.

Estas oleadas suelen repetirse por estas fechas. Hace dos años se calcinaron unas 150.000 hectáreas, una cifra que resuena como una pesadilla para las autoridades portuguesas.

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