El Papa Francisco habla a los fieles desde la ventana papal en el palacio de los Arzobispos de Cracovia
El Papa Francisco habla a los fieles desde la ventana papal en el palacio de los Arzobispos de Cracovia - efe

Francisco emociona a los jóvenes desde el balcón de Juan Pablo II

Les habló del voluntario diseñador gráfico, fallecido de cáncer el 2 de julio

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Manteniendo una tradición inaugurada por san Juan Pablo II, el Papa Francisco se asomó la noche del miércoles al balcón del palacio arzobispal de Cracovia para saludar a una multitud de jóvenes bulliciosos y entusiastas de verle.

Pero Francisco les sorprendió pidiéndoles silencio y adelantándoles que les hablaría de un tema serio. Sus palabras fueron un homenaje a Maciej Szymon Cieśla el diseñador de 22 años «que se presentó voluntario a la JMJ y ha realizado los logotipos, las mochilas, y las imágenes de los patronos», san Juan Pablo II y santa Faustina Kowalska, que se ven por toda la ciudad.

El Papa les contó que «el pasado mes de noviembre le diagnosticaron un cáncer, y los médicos no pudieron salvarle la vida, ni siquiera mediante la amputación de una pierna».

Los chicos y chicas escuchaban en silencio. Muchos no sabían que ese muchacho, artísticamente genial, apenas era creyente pero se acercó a la Jornada Mundial de la Juventud con la esperanza de revitalizar su fe.

Francisco les dijo que Maciej quería vivir, «y tenía puesto reservado en el tranvía en que iremos el jueves al encuentro con los jóvenes».

Era un tema inesperado, que obligaba a meditar. El Papa les dijo que no lo mencionaba «para arruinar la noche» sino por otro motivo: «tenemos que acostumbrarnos a las cosas bonitas y a las feas. La vida es así».

«¡Un aplauso para él!»

Después de rezar todos juntos, Francisco desató de nuevo el entusiasmo asegurándoles que este muchacho, fallecido el pasado 2 de julio, «está ya con Jesús, y nos está mirando a todos nosotros. ¡Un aplauso para él!».

Les dijo también que era lógico que celebrasen ruidosamente por la noche «para mostrar vuestra alegría cristiana, la alegría de los jóvenes cristianos».

El consejo era innecesario. En cualquier calle de Cracovia se encuentran grupos de chicos y chicas que sonríen, cantan y bailan a la menor oportunidad. Da la impresión de que esta ciudad es la «capital mundial de la alegría».

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