Estos son los alimentos que tienen aceite de palma y no lo sabías

Productos de bollería, galletas, cremas de cacao, caramelos o aperitivos. También en pan, cereales, pizzas, helados, salsas o patatas fritas. Este aceite vegetal cancerígeno está presente en gran parte de los alimentos porque es barato y

se oxida menos que otros aceites y los productos se conservan mejor.

MADRID Actualizado: Guardar
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Productos de bollería, galletas, cremas de cacao, caramelos o aperitivos. Son alimentos apetecibles pero que sabemos que hay que consumirlos de forma moderada. La sociedad está cada vez más concienciada respecto a las precauciones que hay que tomar con estos productos por la presencia de azúcar añadido y su relación con las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.

Pero aparte, hay otro enemigo en estos alimentos: el aceite de palma. Se trata de una grasa de origen vegetal (y no por eso sana) a la que ya se le declaró la guerra en 2014 cuando una normativa europea obligó a la industria alimentaria a especificarlo en la etiqueta. El aceite de palma nada tiene que ver con el de oliva.

El primero, es el más barato del mercado y al ser una fuente de grasas saturadas, es enemigo del corazón.

Por eso, ayer la cadena de supermercados Alcampo aseguró a este periódico que estudia retirar de sus locales aquellos productos de marca blanca que contienen aceite de palma. Alcampo sigue la línea de la cadena de supermercados ecológicos SúperSano, que decidió en el mes de octubre no vender productos elaborados con aceite de palma. En este caso, no solo prescindieron de las marcas blancas sino de todos los productos que contenían este aceite.

«El aceite de palma, aún siendo de origen vegetal, nos aporta grasas saturadas que, junto a las grasas hidrogenadas, hacen aumentar el riesgo cardiovascular. Es decir, existe mayor riesgo de sufrir infarto de miocardio o accidentes cerebrovasculares como embolias, trombosis o hemorragias cerebrales», advierte Mónica Carreira, dietista-nutricionista.

El aceite de palma está presente en los alimentos infantiles (leche de crecimiento incluida) pasando por galletas, productos de bollería, pan de molde, cereales, pizzas, helados, salsas, patatas fritas, snacks, cremas de cacao, platos preparados, etc.

Se obtiene del fruto de la palma africana Elaeis guineensis, originaria del continente africano. Esta planta se introdujo de forma masiva en el suroeste asiático a principios del siglo XX, aunque también hay plantaciones importantes en América del Sur. Además de malo para la salud, perjudica al medio ambiente.

«Por desgracia, los efectos de la expansión de cultivos intensivos dedicados exclusivamente al aceite de palma han provocado la deforestación de los bosques tropicales, según datos de la UNEP (Programa medioambiental de Naciones Unidas), apropiación de tierras autóctonas, abusos de derechos humanos y daños a las especies locales», señalan desde la OCU.

Se oxida menos y mejora el gusto

Es el aceite más apreciado por la industria pero el más denostado por los expertos en Nutrición. Es barato y «además, se oxida menos que otros aceites y los productos se conservan mejor. Por último, aportan palatabilidad a los alimentos (mejoran el gusto)», apunta Olveira, especialista en endocrinología y nutrición del Hospital Regional de Málaga.

«Es una grasa untuosa. No puedes hacer una crema de cacao con aceite de oliva porque sería líquida como una salsa», agrega Jesús Román, presidente de la Fundación Alimentación Saludable.

El problema está en el proceso de refinado al que se somete en Occidente y el que se utiliza en la producción industrial. En zonas de Asia, donde se consume masivamente, se toma sin tratar. Este producto más natural es rico en betacarotenos.

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