Alcampo estudia retirar sus productos de marca blanca que contengan aceite de palma

Se trata de una grasa de origen vegetal (y no por eso sana) cancerígena y muy maña para el corazón. La cadena de supermercados ecológicos SúperSano ya decidió retirar todos los productos con este ingrediente en octubre

MADRID Actualizado: Guardar
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La cadena de supermercados Alcampo estudia retirar de sus locales aquellos productos de marca blanca que contienen aceite de palma, según han afirmado a ABC fuentes de la cadena.

Se trata de una grasa de origen vegetal (y no por eso sana) a la que ya se le declaró la guerra en 2014 cuando una normativa europea obligó a la industria alimentaria a especificarlo en la etiqueta. El aceite de palma nada tiene que ver con el de oliva. El primero, es el más barato del mercado y al ser una fuente de grasas saturadas, es enemigo del corazón.

Alcampo sigue la línea de la cadena de supermercados ecológicos SúperSano que decidió en el mes de octubre no vender productos elaborados con aceite de palma.

En este caso, no solo prescindieron de las marcas blancas sino de todos los productos que contenían este aceite vegetal. «Desde hace un mes no hay un solo producto en la tienda con aceite de palma, los hemos sustituido por otros que no contenga este ingrediente y el precio no ha variado, es decir, por más que el aceite de palma sea más barato no ha habido diferencias», explican desde la cadena.

SúperSano, con 11 tiendas en toda España asegura que los clientes están muy agradecidos con la medida ya que les evita tener que revisar la etiqueta de cada uno de los productos.

Otra cadenas, como Día, han asegurado que «si los clientes deciden que no quieren más este tipo de productos lo dejaremos de vender siguiendo la lógica de la demanda del consumidor», aseguró a ABC el departamento de relaciones externas del Grupo Día.

Cancerígeno

Una reciente investigación española publicada en la revista científica «Nature» testó el efecto del ácido palmítico, ácido graso principal del aceite de palma, en la metástasis del cáncer y comprobó que, una vez inoculado en el ratón, ese tumor pasaba de una frecuencia metastática del 50 por ciento al cien por cien. Está presente en productos infantiles (leche de crecimiento incluida) pasando por galletas, productos de bollería, pan, cereales, pizzas, helados, salsas, patatas fritas, snacks, cremas de cacao, platos preparados, etc.

Por su presencia en los potitos se desató una polémica en Twiter el pasado mes de febrero porque la periodista Samanta Villar publicó un mensaje poco amigable a la empresa de nutrición infantil «Hero Baby»:«¿Por qué metéis aceite de palma en vuestros productos, con la baja calidad nutricional y el perjuicio al ambiente?». La compañía, como respuesta, publicó un comunicado justificando su uso: «Sabemos que el aceite de palma ha tenido mala prensa en los últimos años. Sin embargo, aporta ácidos grasos esenciales para el organismo como el ácido linoleico (omega 6) y algo de ácido alfa-linolénico (omega 3), además de oleico y palmítico. El problema surge cuando se hace un consumo excesivo del mismo».

«La mayoría de los alimentos infantiles y los productos elaborados tienen aceite de palma, que es muy poco recomendable. Lógicamente, que los niños consuman estos productos en exceso es negativo, pero todo está en la frecuencia con que lo hagan», explica, el especialista en endocrinología y nutrición del Hospital Regional de Málaga, Gabriel Olveira.

Cultivo polémico

Ninguna normativa europea prohíbe su uso aunque están estudiando los efectos denunciados. Su monocultivo también es polémico. Este aceite se produce en Indonesia y Malasia, donde se concentra el 85% de la producción mundial, aunque se pueden encontrar cultivos en Papúa, Colombia, Tailandia, Camboya, Brasil, etc. «Por desgracia, los efectos de la expansión de cultivos intensivos dedicados exclusivamente al aceite de palma han provocado la deforestación de los bosques tropicales, según datos de la UNEP (Programa medioambiental de Naciones Unidas), apropiación de tierras autóctonas, abusos de derechos humanos y daños a las especies locales», señalan desde la OCU.

La organización de consumidores y usuarios considera que los fabricantes de productos de consumo deberían «vetar el aceite de palma producido de manera no sostenible y garantizar al consumidor respeto medioambiental y social».

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